Las claves: se acabó la crisis de los precios...ahora toca poder pagarlos
Tras más de dos años, la eurozona acaricia el ansiado objetivo de inflación del 2%
Tras más de dos años, subidas récord del precio del dinero, desaceleración económica, caídas de Gobiernos y guerra en suelo europeo mediante, la eurozona ya da por cerrada la crisis de precios, con una inflación al cierre de 2024 que roza ya el ansiadísimo 2% buscado por el Banco Central Europeo. Una buena noticia, sobre todo para esos líderes políticos que han aguantado el chaparrón mientras veían a su alrededor Ejecutivos temblando (y, al otro lado del charco, cayendo) y, en principio, para el ciudadano de a pie.
Todo esto está muy bien, con el matiz obvio de que los precios no bajan, sino que suben menos (y mejor que así sea, por el bien de la economía). Y con el apunte de que, en este arreón inflacionario, los europeos se han hecho un poco más pobres: sus euros son capaces de pagar menos cosas, y por ellos les dan menos dólares. Pero, claro, los economistas defienden que los salarios no deben subir demasiado fuerte, porque se dispararía la inflación. Y el mandato del BCE no entiende de cambio de divisas. Así que ya dejamos lo de recuperar poder adquisitivo para el año 2026. En España, advierte la UE, el riesgo de pobreza ya está en nivel “crítico”.
El no tan amplio abanico económico español
Los empleados de las entidades financieras y aseguradoras de Madrid y los trabajadores agropecuarios de Andalucía son los dos extremos del amplio –pero no tan amplio– abanico salarial español. No resulta especialmente sorprendente que sectores más especializados, en núcleos económicos donde la vida es mucho más cara, arrojen una media de renta más alta. Pero sí debería invitar a la reflexión que los profesionales de estos no sean tantos como sería deseable, y que los de ambos extremos estén por debajo en sueldo de sus pares europeos. La economía española, sus pensiones incluidas, necesitan que esto cambie.
El llamativo giro editorial de los gigantes de EE UU con el cambio en la Casa Blanca
Empresas como Disney, Apple o Meta están dando un llamativo giro en su línea editorial y en su programa de donaciones a políticos, coincidiendo con el cambio en la Casa Blanca. Cabe sospechar, pues, que ni su postura actual ni la anterior responden a principios o a opiniones sólidas, sino más bien a intereses comerciales, o simplemente a llevarse bien con el poder de turno.
Meta, en particular, ha dado entrada en su consejo a Dana White, CEO de la firma de lucha libre UFC, y muy cercano a Donald Trump. White se ofreció en su momento a organizar la pelea a la que se retaron Mark Zuckerberg y Elon Musk, que ahora parecen estar en el mismo bando. En el consejo de Meta entra también John Elkann, el heredero de los Agnelli. Como diría Joaquín Sabina, en algunas fiestas están “todos menos tú”.
La frase
Las agencias de rating, bancos y fondos de pensiones occidentales están siendo estúpidos al rechazar invertir en defensa. ¿Por qué no les convencen billones de dólares? ¿Qué ha sido de vuestro instinto empresarial? ¿Es que sois estúpidos?Rob Bauer, presidente del comité militar de la OTAN
La gente sigue tomando muchas bebidas azucaradas... porque le gustan
“Todo lo que me gusta es ilegal / es inmoral o engorda”, cantaba Pata Negra, de los hermanos Amador. Es el caso de las bebidas azucaradas, que causan millones de casos de diabetes y accidentes cardiovasculares: los expertos acusan a la ingente publicidad de las marcas de que el consumo siga al alza, pese a que se saben de sobra sus perjuicios. A lo mejor el problema no es tanto la publicidad, sino, simplemente, que este tipo de bebidas están ricas. Ya lo decía Mary Poppins: “Con un poco de azúcar, la píldora que os dan pasará mejor”. Tiene sentido prohibir que se distribuyan en los comedores escolares, pero el problema de fondo, como con los juegos de azar, el alcohol, el tabaco o las redes sociales, es la ansiedad que favorece los comportamientos adictivos.
