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Breakingviews
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La creciente fragilidad del empleo de EE UU y Europa anuncia problemas

Los datos podrían ser falsas alarmas, pero un aumento sostenido del paro puede provocar un círculo vicioso

Construction workers on Dekalb Pike
Reparación de un pozo negro en King of Prussia (Pensilvania, EE UU).Tyger Williams (AP)

Sin dolores, todo son ganancias (no pains, all gains). Ese es el sorprendente mensaje enviado por los mercados laborales de Estados Unidos y Europa en los dos últimos años. Incluso cuando los tipos de interés subieron bruscamente, el desempleo se mantuvo bajo. Eso ha dado a los bancos centrales de ambos lados del Atlántico la confianza de que pueden lograr el aterrizaje suave económico de derrotar a la inflación sin provocar una recesión importante. Su problema es que la sorprendente resistencia de las fuerzas laborales está mostrando signos de ruptura. Una vez que esto ocurre, suelen producirse contracciones económicas.

“El desempleo es como un dolor de cabeza o una fiebre alta: desagradable y agotador, pero no conlleva en sí mismo ninguna explicación de su causa”. La famosa definición de paro del economista británico William Henry Beveridge se ha vuelto del revés. El mercado laboral de la mayoría de las economías occidentales goza de buena salud desde el final de la pandemia, para asombro de los banqueros centrales y Wall Street.

Después de todo, la Reserva Federal y el BCE subieron los tipos para combatir la elevada inflación provocada por los trastornos económicos relacionados con la pandemia y la invasión de Ucrania. El encarecimiento de los préstamos suele frenar la demanda de bienes y servicios, lo cual reduce los ingresos de las empresas y las impulsa a recortar gastos despidiendo trabajadores. Los nuevos parados se aprietan el cinturón, reduciendo aún más las ventas de las empresas y afectando al crecimiento. Este bucle negativo termina cuando los tipos vuelven a bajar.

Esta vez, sin embargo, ha sido diferente. La Fed empezó a subir los costes de endeudamiento a principios de 2022 y los elevó a un máximo de 23 años. Pero la tasa de desem­pleo de EE UU se mantuvo en su mayor parte por debajo del 4% durante todo este periodo, muy por debajo de la media desde 1948, del 5,7%. En la zona euro, los costes de endeudamiento alcanzaron un máximo histórico del 4% en septiembre de 2023, pero el paro lleva 18 meses rondando su mínimo histórico del 6,4%.

Entretanto, ambos bloques se recuperaron bruscamente de recesiones inducidas por la pandemia. El PIB de EE UU creció a una tasa anual del 3% en el segundo trimestre de 2024. La zona euro sufrió una breve contracción en 2022, pero se recuperó para crecer un 0,6% interanual en abril-junio.

La explicación más convincente es que las empresas se negaron a despedir trabajadores incluso cuando no tenían suficientes cosas que hacer. Los datos apoyan esta narrativa del acaparamiento de mano de obra. En marzo de 2020, las empresas de EE UU despidieron a más de 13 millones de trabajadores. Un año después, esa cifra se había reducido a 1,4 millones y se ha mantenido en torno a ese nivel desde entonces. Y casi la mitad de los CEO del país esperan mantener estable su plantilla, según una encuesta de Business Roundtable. En Europa, el porcentaje de empresas que esperan que la producción disminuya, pero el empleo se mantenga, alcanzó un récord del 31% durante la pandemia.

Menos claro está por qué las empresas son tan reacias a deshacerse del personal innecesario. Una posibilidad es que los directivos quedaran marcados por las dificultades a las que se enfrentaron para contratar trabajadores tras la pandemia. La segunda razón es que no había tanta grasa que recortar. A diferencia de los desplomes económicos provocados por excesos anteriores, los retos externos planteados por la covid y la guerra de Ucrania no exigieron el nivel habitual de recorte de gastos. La resistencia tanto en EE UU como en Europa de los beneficios empresariales, que también se beneficiaron de un fuerte estímulo fiscal, respalda esta opinión.

Pero este cuento de hadas podría no tener un final feliz. La señal de alarma más sonora suena en EE UU, donde se ha disparado un infalible indicador de recesión. La regla de Sahm –que toma su nombre de la ex economista de la Fed Claudia Sahm– establece que cuando la media móvil de tres meses de la tasa de paro se eleva al menos 0,5 puntos porcentuales por encima de su nivel más bajo en los 12 meses anteriores, la producción económica de EE UU ya se está contrayendo, o está a punto de hacerlo. La regla de Sahm, que ha predicho con exactitud todas las recesiones de EE UU desde 1970, se activó en julio, cuando la tasa de paro alcanzó el 4,3%.

En Europa también se ciernen nubarrones. Menos del 10% de las empresas están acumulando mano de obra, mientras que la rentabilidad corporativa ha caído por debajo de su media a largo plazo, según Gavekal Research. Y por primera vez desde principios de 2021, las compañías de la zona prevén reducir plantilla, según una encuesta de S&P Global entre 5.000 empresas.

Podrían ser falsas alarmas. La tasa de paro de EE UU bajó al 4,2% en agosto. Y los aumentos anteriores pueden haberse debido a un repunte de la inmigración que impulsó la oferta de mano de obra. Los analistas de Goldman Sachs calculan que casi 3 millones de inmigrantes entraron en el país en 2023, frente a 1 millón un año antes de la pandemia. Si los recién llegados encuentran trabajo, el paro podría estabilizarse en niveles bajos. Y los bancos centrales ya están en la senda de rebajar los tipos.

Pero los riesgos aumentan, entre otras cosas porque, como escribieron los economistas Robert E. Hall y Marianna Kudlyak en 2021, “el desempleo sube como un cohete y baja como una pluma”. Un aumento sostenido de la tasa de paro puede desencadenar un círculo vicioso.

En EE UU, las ofertas de empleo están en el nivel más bajo desde enero de 2021. Bill Dudley, expresidente de la Fed de Nueva York, dijo a los analistas de Goldman Sachs que, una vez activada la regla de Sahm, la tasa de paro puede aumentar rápidamente otros 1,9 puntos porcentuales. Esto la situaría por encima del 6%, un nivel no visto desde 2021. En los últimos 75 años, un aumento de un punto porcentual del paro en EE UU ha ido acompañado de un descenso medio de 1,5 puntos porcentuales del PIB, según un estudio de la Fed de San Francisco. Por tanto, un repunte del desempleo como el previsto por Dudley desviaría a la economía de su curso, ya que el PIB se está expandiendo al 2,5% anual, según la Fed de Atlanta. Los efectos de un aumento del desempleo sobre el crecimiento parecen ser más moderados en Europa, pero la anémica tasa de crecimiento del bloque implica que incluso una desaceleración limitada podría llevarla a la recesión.

Es posible que los bancos centrales logren un aterrizaje suave recortando los tipos. Pero si sus medidas tardan demasiado en surtir efecto, el aumento del paro podría acarrear problemas para EE UU y Europa.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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