Claves: una avalancha de opas, y el (poco) sentido adiós de los mercados al candidato Biden
En lo que va de año se han producido 11 ofertas por un valor agregado de 22.600 millones de euros
11 ofertas por un valor agregado de 22.600 millones de euros. Todo en apenas medio año. Es una avalancha de opas sobre el mercado español, que ve revivir el trajín de fusiones y adquisiciones hasta alcanzar unos niveles no vistos en años. Opas, además, de todos los colores, y para todos los gustos: desde la no muy amistosa –a pesar de lo que defiende Carlos Torres– oferta lanzada por BBVA sobre Sabadell, hasta el salvavidas del fondo Brookfield con la familia Grífols por la polémica y homónima (salvo por la tilde) compañía, pasando por el culebrón industrial –geopolítica mediante– de Talgo.
Como en casi todo en la economía, y en la vida, de esta avalancha salen ganadores y perdedores. El movimiento en el mercado de fusiones y adquisiciones es un síntoma de un clima económico positivo, pero también refleja la debilidad de ciertas compañías españolas, que han visto, contra su voluntad, como se les ha colgado el cartel de “opables”. Tampoco habla especialmente bien de la Bolsa española, que apunta a ser cada vez menos concurrida. Todo ello es un negocio suculento para los ganadores inapelables del fenómeno: los banqueros de inversión.
El poco emotivo adiós de los mercados al presidente de EE UU
Los mercados, por lo general, tienen pocos sentimientos. Miedo, como mucho, y solo ante eventos que no han sabido predecir. Quizá por eso el adiós a Joe Biden haya sido tan poco emotivo: el dólar ni se ha inmutado; la Bolsa, en su imparable línea ascendente, y los bonos, como si nada.
Como ser inversor es, de cierto modo, cultivar habilidades proféticas, los mercados ya vaticinaban desde hace tiempo que las elecciones de noviembre tenían un ganador, y este no era Joe Biden. Han acertado. Ahora queda por ver si aciertan en noviembre. Por lo pronto, good bye, Joe.
De patito feo de la Bolsa a valor seguro, gracias al BCE
Hace apenas tres años, invertir en acciones de bancos españoles era motivo prácticamente de burla. Las entidades venían de seis años de cultivar en las tierras yermas de los tipos ultrabajos, con rentabilidades nulas, ingresos contenidos y cotizaciones en Bolsa muy (muy) lejanas de su valor contable. Hasta el 22 de julio de 2022, una fecha que cualquier dirigente de banca debería empezar a celebrar como un cumpleaños.
La subida récord del precio del dinero por parte del BCE ha sido un bálsamo para el negocio financiero. Agua en mitad del desierto para las entidades, que desde entonces cosechan resultados récord, a lomos de préstamos más caros y suculentos márgenes, e, incluso, un inusitado interés en Bolsa.
La frase
No parece que las negociaciones para el cese del fuego [en Gaza] vayan a tener un resultado positivoJosep Borrel, alto representante de la UE para la política exterior
El moho koji, de hongo tóxico a ser la superestrella de las salsas
Hace nueve milenios –año arriba, año abajo–, mientras los humanos comenzaban a domesticar cerdos, y a plantar maíz, algunos habitantes de China estaban domesticando hongos. Uno de ellos es el Aspergillus oryzae, moho koji para los amigos. En su versión más asilvestrada, este hongo es todo un peligro: un productor de potentes toxinas, capaz de envenenar a una persona y provocar cáncer de hígado y otros órganos, y, además, una plaga agrícola destructiva que causa cada año pérdidas de millones de dólares por daños a cultivos como el cacahuete y el maíz. Tras un largo proceso, el moho koji es una superestrella culinaria, responsable de clásicos asiáticos como la salsa de soja o el sake. Una historia de redención.
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