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Breakingviews
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La expansión de BYD muestra a la UE que hay alternativas a los aranceles

Turquía y Tailandia favorecen la importación de vehículos eléctricos a cambio de una producción más cercana

Fábrica de BYD en Tailandia.
Fábrica de BYD en Tailandia.Chalinee Thirasupa (REUTERS)

La entrada de BYD en Turquía y Tailandia podría ayudar a Bruselas a encontrar una forma alternativa de pensar respecto a los aranceles a los vehículos eléctricos. El fabricante, valorado en 94.000 millones de dólares, ha decidido construir una planta turca de 1.000 millones, pocos días después de abrir otra en Tailandia. Ambos países ofrecen condiciones preferenciales para las importaciones de los fabricantes chinos de automóviles, a cambio de una producción más cercana.

Esas políticas más favorables impulsan el desarrollo de la industria local. Ankara anunció la inversión después de decir que renunciaría a un arancel adicional del 40% sobre los vehículos importados de China, siempre que los fabricantes también produzcan en Turquía. En Tailandia, las autoridades eximen a los vehículos eléctricos importados de los aranceles correspondientes si las empresas se comprometen a producir localmente un determinado número de unidades.

Desde que Tailandia introdujo el plan en 2022, varias marcas chinas han empezado a fabricar vehículos allí, y otras tantas tienen previsto seguirles. Las empresas también están invirtiendo más allá de las fábricas: BYD acaba de comprar el 20% de su distribuidor Rever Automotive, con sede en Bangkok.

La falta de un fabricante nacional de automóviles de peso significa que los objetivos de Bangkok son probablemente más sencillos que los de la UE, cuyos miembros pueden querer apoyar a Renault, Volkswagen y otros operadores tradicionales. Por eso es menos preocupante que BYD acaparara casi la mitad de las ventas de eléctricos en Tailandia en el primer trimestre, según Counterpoint.

La relación no está exenta de problemas: los agresivos precios han irritado a las partes interesadas. El primer ministro, Srettha Thavisin, dijo al jefe de BYD, Wang Chuanfu, que debía esforzarse más por gestionar las expectativas de los clientes, después de que las repetidas rondas de descuentos irritaran a los consumidores que habían comprado coches antes a un precio más alto.

La creación de cadenas de suministro y los conocimientos técnicos pueden ayudar a otras empresas a desarrollarse, como bien saben las advenedizas chinos. La propia industria china cobró impulso después de que la planta en el país de Tesla permitiera a China lograr economías de escala en el abastecimiento de baterías y otros componentes que redujeron los costes de empresas emergentes más pequeñas, como Nio y Xpeng..

La UE, que ha subido los aranceles a los vehículos chinos hasta un 37,6% –que se suma al 10% ya existente–, aún puede reconsiderar su decisión antes de noviembre. El bloque podría inspirarse en Turquía y Tailandia.

Tras los coches, el comercio on-line

Los pequeños paquetes de todo tipo, desde calcetines a cargadores de teléfono, enviados desde China directamente a los consumidores del resto del mundo, han puesto un brillante lazo a las exportaciones del país, que Occidente pronto podría arrebatar. La UE está elaborando planes para imponer derechos de aduana a los productos de bajo valor que los clientes compren en línea a través de minoristas como Shein y Temu, han contsdo al FT fuentes cercanas. Las autoridades de EE UU también están aumentando la vigilancia sobre una laguna jurídica que permite a estas empresas eludir los derechos de importación.

En conjunto, el comercio electrónico transfronterizo creció un 20% interanual en 2023. Representa el 7% de las mercancías que China envía al extranjero. Las exportaciones alimentan casi un quinto de su PIB, pero apenas aumentaron un 0,6% hasta 23,8 billones de yuanes (3,38 billones de dólares) en el mismo periodo. Marcan el éxito de lo que Pekín identifica como una nueva industria estratégica. Desde 2015, el país ha desarrollado 165 zonas industriales especiales para vender directamente a los compradores online extranjeros. Pekín también publicó en junio un proyecto de normas para promover la construcción de almacenes en el extranjero. Y el impulso también está favoreciendo operaciones corporativas: JD.com es uno de los posibles pretendientes de la británica Evri.

El fenómeno es un objetivo obvio para las autoridades de Occidente, que temen que China inunde el mundo con productos baratos para mantener en funcionamiento las fábricas de su economía, que está en desaceleración. El número de paquetes con bienes por valor de menos de 800 dólares que entraron en EE UU se disparó a 1.000 millones el año pasado desde los 410 de 2018. Hasta el 70% llegaron de China.

Controlar este comercio es más complicado que imponer aranceles a artículos voluminosos de gran valor, como los coches eléctricos. Los datos probablemente subes­timen su magnitud, por lo que cualquier medida enérgica podría tener un impacto negativo mayor de lo esperado en el consumo de los países que intentan erigir barreras contra China. Empresas no chinas como Amazon también se están beneficiando. Cortar el grifo de las exportaciones chinas hará que las cosas sean menos bonitas para todos.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Pierre Lomba Leblanc, es responsabilidad de CincoDías.

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