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A Fondo
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Los bancos centrales, algo menos ‘manirrotos’ de lo que se esperaba para 2024

La caída del cacao, Nvidia y el bitcóin refleja que se va asumiendo que la Fed solo hará una o dos bajadas de tipos este año

Juan Ignacio Crespo
Christine Lagarde
Christine Lagarde, presidenta del BCE, y Jerome Powell, presidente de la Fed.picture alliance (picture alliance via Getty Image)

Hace no mucho hablábamos aquí de tres activos financieros cuya cotización estaba muy especulada. Se trataba de un activo financiero derivado de otro real (el futuro del precio del cacao); de la cotización en Bolsa de las acciones de Nvidia, la empresa de microprocesadores, y de la cotización de las piezas de un juego de casino digital al que la convención y el deseo de tener más destinos a los que dirigir la abundantísima liquidez existente (así como el de mantener la innovación esotérica, tan característica de los mercados financieros) ha proporcionado la categoría de activo (el bitcóin).

Respectivamente, y en algún momento de los dos últimos meses, habían acumulado una subida máxima de precio del 173%, el 91% y el 74%.

Posteriormente, se han moderado algo (o mucho) y han convergido las revalorizaciones respectivas, de manera que, al cierre del lunes, esas rentabilidades acumuladas eran del 81% para el cacao; el 86% para Nvidia, y del 50% para el bitcóin.

¿Qué quiere decir todo esto? En primer lugar, algo fundamental: que se ha ido asumiendo que lo más probable es que la Reserva Federal solo vaya a efectuar una o, como mucho, dos bajadas de tipos de interés en lo que queda de año, y que ambas tendrán que ser efectuadas después del verano.

En paralelo, el exceso de liquidez en los mercados monetarios de EE UU tuvo un bajón importante a mediados de abril (-5%), lo que dificulta que las cotizaciones en los diferentes mercados financieros se estén comportando tan alegremente como lo hicieron durante el primer trimestre.

A eso hay que añadir el que dos entidades, de las que se esperaba que fueran fuertes proveedores de liquidez en 2024, parece que no lo están siendo tanto. Una de ellas es el Banco de Japón que, tras haber ampliado su balance a lo largo del primer trimestre, efectuó una reducción del 2,2% a mediados de abril, hasta dejar la expansión acumulada del año en solo un 0,5%. El otro es el Banco de la China Popular, que, en vez de expandir su balance, lo redujo un 4% en los dos últimos meses del primer trimestre.

La especulación más atrevida, pues, se ha moderado algo, a la vista de que los bancos centrales más importantes del mundo (sobre todo, aquellos de los que más se esperaba que dieran de sí en términos de suministro de liquidez) frenaban la expansión de sus balances o, incluso, los contraían.

También al reparar en que, en EE UU, la bajada de los tipos de interés no para de retrasarse, a la par que el exceso de liquidez se reduce en sus mercados monetarios. En cuanto a la zona euro, si bien se da por hecho que los tipos de interés se reducirán en junio, el tamaño del balance del BCE ha seguido su curso de reducción, que ha sido del 5% desde que se iniciara el año (en EE UU, esa reducción del balance ha sido del 4,5%).

Las perspectivas para los mercados no son tan halagüeñas como podía esperarse hasta hace poco. Y no es que los síntomas de crecimiento de la economía mundial estén empeorando. Se trata más bien de que el juego de la liquidez y de las decisiones sobre el nivel de los tipos de interés no está respondiendo a la expectativa que se había creado al iniciarse el año.

De hecho, en EE UU el crecimiento del PIB del primer trimestre fue mejor de lo esperado, y algo similar le sucedió a la economía china.

Hay un síntoma digno de mención que apunta en la misma dirección en cuanto a un mayor crecimiento económico de lo que se podía imaginar: el precio de los metales industriales, que comenzó 2024 con mucha flojera, se ha recuperado y ya acumula en lo que va de año un 11,4%. A ello contribuyen de manera especial la subida de la cotización del níquel (15,9%) y la del cobre (15,5%), que están en la cuarta y la quinta posición de mayores subidas de precio de las materias primas.

Es verdad que, como sucede en todo momento, los datos apuntan en diferentes direcciones y algunos de ellos no sustentan una expectativa tan optimista. Por ejemplo, aunque el empleo no agrícola creado en EE UU en abril fuera la nada desdeñable cifra de 175.000 puestos de trabajo, el mercado se lo ha tomado por la parte que más le gusta, concluyendo que hay flojera económica y que habrá antes de que termine el año dos bajadas de tipos de interés.

A ese eventual debilitamiento de la economía USA también señala el Índice de Confianza de los Consumidores, que se situó en abril en 97, el nivel más bajo desde julio de 2022.

El pronóstico de la Newsletter de Mercados de CincoDías para los metales industriales era que, tras una subida razonable (que ya se ha cumplido), vendría una posterior caída de precio que aún está por ver que se cumpla, lo que le quitaría fuerza a lo dicho del futuro de la expansión económica.

Para complicar las cosas, la inflación sigue, según lo esperado, en dientes de sierra, agravada por una recuperación rápida del precio del gas natural después de las fuertes caídas del inicio de año.

Conclusión: aumento de los altibajos en Bolsa y bandazos en las cotizaciones de la mayoría de los activos.

Juan Ignacio Crespo es estadístico del Estado y analista financiero

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