La apuesta por el futuro de Puig
El debut en el mercado del grupo culmina el ejemplar proceso de crecimiento e internacionalización que ha llevado a cabo la centenaria empresa familiar
El discreto cierre con el que Puig ha finalizado su primera jornada en Bolsa –al mismo precio de salida, 24,5 euros por título, pese a la euforia inicial, que elevó la cotización hasta un 9%– no permite calibrar ni la expectación que ha despertado la operación en el mercado ni el interés de los inversores en el debut de una compañía familiar ya centenaria, pero estratégica y financieramente enfocada al futuro.
La multinacional de perfumería, cosmética y moda, fundada en Barcelona hace 110 años, ha puesto fin a la persistente sequía del mercado español, que acumulaba ya casi dos años sin ver un estreno. Los 14.000 millones de euros de valoración con los que el grupo ha desembarcado en el mercado convierten la operación no solo en la mayor salida a Bolsa en España desde la de Aena, en 2015, sino también en la más grande de Europa en lo que va de año y en el primer toque de campana que se escucha en la sede de la Bolsa de Barcelona desde la salida de Fluidra en 2007. La compañía es, además, una clara candidata al Ibex 35.
El debut en la Bolsa de Puig culmina el exitoso y ejemplar proceso de profesionalización, crecimiento e internacionalización que ha llevado a cabo el histórico grupo catalán, un objetivo que muy pocas empresas familiares consiguen alcanzar, dado que la gran mayoría de ellas desaparecen en el paso a la segunda generación. La arquitectura de la operación, cuidadosamente diseñada para blindar el control familiar, permitirá abordar la transición de la tercera generación de los Puig, que es la que gestiona hoy la empresa, con Marc Puig como presidente y consejero delegado, y de la cuarta generación, que mantendrá su presencia solo en los órganos de gobierno. El debut en el mercado busca seguir financiando el ambicioso crecimiento del grupo, que se ha ido expandiendo en los últimos años mediante fusiones y adquisiciones, y le permitirá, previsiblemente, refinanciar su deuda.
El fuerte atractivo de Puig como valor cotizado y la expectación que ha despertado en el mercado se explica por el perfil de una compañía que cuenta con sólidos fundamentales y una estrategia de internacionalización que le ha permitido competir con los grandes gigantes del mercado del lujo, algunos de las cuales son empresas cotizadas y con origen familiar. Su estreno debería servir también de acicate para animar a los inversores de un mercado español que tiene sed de nuevas oportunidades.
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