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Breakingviews
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Tesla hace dedo para subirse a un incierto futuro de bajo coste

La firma invierte más dinero del que genera, y sus competidores, como General Motors, se fortalecen

Volkswagen Golf 8, en el Salón del Automóvil de Pekín de septiembre de 2020.
Volkswagen Golf 8, en el Salón del Automóvil de Pekín de septiembre de 2020.Thomas Peter (REUTERS)

Los decepcionantes resultados de Tesla en el primer trimestre muestran lo amable que fue la pandemia con ella. En su punto álgido, en 2022, cuando tenía una valoración de más de 1 billón de dólares, era tremendamente rentable y crecía a una velocidad vertiginosa. Ahora, con las ventas de vehículos eléctricos en picado, el crecimiento de Tesla se ha estancado. Elon Musk intenta convencer a los accionistas de una empresa valorada en 450.000 millones de dólares de que el futuro será tan bueno como el pasado.

Como mínimo, deberían esperar que sea mejor que el presente. Los ingresos de 17.000 millones en enero-marzo fueron un 11% inferiores a lo que esperaban los analistas, según LSEG. Los beneficios por acción tampoco alcanzaron la marca, y el margen de beneficio bruto en su negocio principal, ajustado por las ventas a crédito regulatorio, es la mitad de lo que era en su mejor momento. Otra señal de que el brillo de Tesla se está desvaneciendo es que las ventas cayeron interanualmente por primera vez desde el inicio de la pandemia.

En retrospectiva, era inevitable que se produjera algún tipo de caída tras la covid. Durante esos años, los consumidores dispusieron de más dinero del habitual y Tesla no tenía competencia efectiva. Sus mayores rivales de EE UU, General Motors y Ford, se vieron perjudicados por la escasez de piezas, y su cuota conjunta del mercado de vehículos de batería cayó por debajo del 5%. Pero ya no quedan ansiosos compradores tempranos. Las ventas de eléctricos en EE UU acaban de registrar su primer descenso intertrimestral en años, según Cox Automotive. Los precios se han desplomado.

Tesla aún tiene una gran esperanza: ha anunciado que acelerará el desarrollo de versiones “asequibles”, lo cual podría aludir a un esperado vehículo de 25.000 dólares, pese a que Reuters informó el día 5 de que el proyecto se había descartado. Mejor aún, Musk afirma que la producción comenzará antes de lo prometido, aunque los detalles siguen siendo frustrantemente vagos. El sueño es que esto haga bueno el mantra de Musk de que Tesla está simplemente “entre olas de crecimiento”, antes de que nuevos modelos de gran éxito o los robotaxis la devuelvan a la estratosfera.

Mientras, Tesla invierte más dinero del que genera y sus competidores se hacen más fuertes. GM dijo en sus propios resultados del martes que su negocio de combustión va viento en popa, lo cual le da beneficios que puede reinvertir en el negocio de eléctricos. No es de extrañar que Musk quiera que los inversores se centren en el futuro de los coches baratos de Tesla, por especulativo que sea, en vez de en su poco atractivo presente.

Salón de Pekín

El Salón del Automóvil de Pekín, el primero desde la pandemia, será un campo de batalla. Los fabricantes extranjeros harán alarde de un arsenal de nuevas ideas en su intento de defenderse de sus rivales chinos. Se espera que acudan a la feria, que comienza hoy, unos 700 expositores. Muchos de ellos habrán visitado la edición del año pasado en Múnich, donde marcas como BYD y Xpeng presentaron una flota de eléctricos sofisticados y competitivos en costes. Por primera vez desde la entrada del país en la Organización Mundial del Comercio, en 2001, las firmas chinas terminaron el año con una cuota combinada del mercado nacional superior a la de las extranjeras.

La contraofensiva ha comenzado. Se espera que las firmas foráneas presenten hasta 30 coches inéditos en el salón, informa Bloomberg. Volkswagen presentará seis nuevos modelos. Musk se sumó a la contienda el domingo, diciendo que podría lanzar el software de “autoconducción total” de Tesla en China “muy pronto”. Toyota y Nissan anuncian planes de prototipos y colaboraciones locales

Los fabricantes chinos están subiendo la apuesta. El martes, Xiaomi anunció que ya ha cerrado más de 70.000 ventas de su asequible primer modelo, parecido a un Porsche. Pioneros de la conducción autónoma como Pony.ai, DeepRoute.ai y Baidu están abriendo nuevos frentes. Baidu ya ha organizado antes del Salón paseos para visitantes en sus robotaxis por carreteras de Pekín designadas para ello.

El mercado chino es crucial por sí mismo: es el mayor del mundo, con unas ventas de 22 millones de vehículos en 2023, según la Asociación China de Turismos. Pero el auge de sus marcas impulsadas por baterías también convirtió el país en el mayor exportador de automóviles del mundo, con casi 5 millones de unidades. Según las últimas previsiones de la Agencia Internacional de la Energía, es probable que el 20% de los motores que circulen por las carreteras de la UE y EE UU funcionen con baterías de aquí a 2030.Eso explica por qué Bruselas está investigando si Geely, BYD y SAIC se benefician de subvenciones injustas y por qué Washington intenta mantener los coches y componentes chinos fuera de Norteamérica.

No se sabe si el objetivo de Musk de vencer a sus rivales del gigante asiático en su propio terreno de juego, con modelos más baratos, bastará para impedir que BYD, valorada en 79.000 millones de dólares, arrebate a Tesla la corona de mayor vendedor de eléctricos puros. Pero es una señal de que la guerra del automóvil en China no se quedará sin baterías a corto plazo.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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