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El Foco
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Los retos del ‘trading’ de materias primas en un entorno volátil

Antes la actividad estaba dominada por agentes independientes del mercado de las materias primas, pero se ha transformado de forma acelerada

Venezuela Wall Street
Betty Laura Zapata (Bloomberg)

El trading de materias primas, la herramienta de inversión y negociación de recursos naturales que se consumen y producen en el mundo, es una actividad tremendamente dependiente de la relación entre la oferta y la demanda, lo que lleva aparejada una elevada volatilidad de los precios.

A pesar de esa volatilidad, y según datos de la consultora Oliver Wyman, el sector alcanzó en 2022 la cifra récord de 115.000 millones de dólares de beneficios brutos, lo que supone superar por primera vez la barrera de los 100.000 millones. Esto implica que los beneficios se han triplicado desde 2018. Entre las materias primas, el petróleo supuso en 2022 el 32% de los beneficios totales del trading, con un incremento muy importante respecto a 2021.

Volatilidad y mercado del petróleo son dos conceptos que históricamente están unidos de forma muy estrecha. Es muy difícil encontrar un periodo histórico en el que el precio del petróleo no haya sufrido grandes altibajos y máximos y mínimos extremos en su cotización. Conflictos armados, desastres naturales, sanciones económicas, problemas en las cadenas de suministro, recesiones económicas, inflación o decisiones de los países productores son algunas de las múltiples causas de ese comportamiento extraordinariamente cambiante.

Como muestra de los vaivenes, basta revisar el panorama del mercado del petróleo en la actualidad. La realidad es que los precios del petróleo y de sus productos derivados, entre los que se encuentran los combustibles, se han incrementado desde junio de 2023 hasta alcanzar su máximo en septiembre. A partir de ese momento se sitúan en una senda de descenso solo alterada por las posibles incertidumbres derivadas de los conflictos en Oriente Medio. Estas tensiones producidas entre la oferta y la demanda de la materia prima se deben a unos pocos factores concretos.

En el lado de la oferta, las tensiones tienen su origen en los fuertes recortes en el suministro de petróleo de la alianza OPEP+, liderada por Arabia Saudí y Rusia, que previsiblemente se mantendrán en los próximos meses. Según la alianza, esta medida busca garantizar la estabilidad y el equilibrio en los mercados del petróleo.

Por otro lado, la demanda ha aumentado por el incremento de los viajes en avión durante el verano pasado en el hemisferio norte, la reactivación de la economía en China tras la desaparición de la política Covid Cero, el mayor uso de petróleo en la generación de energía y el incremento de la demanda de la industria petroquímica, especialmente en China, que está multiplicando los proyectos para la conversión en las refinerías de crudo en productos químicos. La tendencia descendente de los precios en los últimos meses tiene, probablemente, mucho que ver con los temores a una caída de la demanda como consecuencia del enfriamiento de las principales economías y al aumento de la producción en Estados Unidos.

En los años transcurridos desde la pandemia, el precio del petróleo ha oscilado entre 16 y 111 dólares por barril, mientras que en las últimas semanas se sitúa aproximadamente entre 75 y 90 dólares.

A pesar de ese elevado nivel medio de los precios, y como indica la OPEP, la demanda mundial de petróleo sigue alcanzando máximos históricos y en 2023 se estima que ha aumentado en 2,5 millones de barriles diarios hasta alcanzar los 102,1 millones. China ha sido el responsable de más del 70% de ese crecimiento. El aumento del consumo, las oscilaciones acusadas de precios y la búsqueda de la estabilidad del mercado componen un modelo de negocio del petróleo que resulta complicado de gestionar para los agentes de este sector.

Volviendo al mundo del trading, el comercio internacional de petróleo se apoya en elementos como los arbitrajes, la información o el riesgo y está activo las 24 horas del día de los 365 días del año. En él las operaciones se realizan en tiempo real. Se trata de una actividad que antes estaba dominada por agentes independientes del mercado de las materias primas (trading houses), pero que se ha transformado de forma acelerada, fruto de los avances en comunicación, de la entrada de nuevos actores y de la innovación en instrumentos financieros.

El petróleo se ha convertido en una commodity y en un elemento más de inversión para cualquier agente, esté implicado o no en el sector de la energía. A esto se suma la gran volatilidad de sus precios y de sus productos derivados, ya que se trata de recursos limitados. Todo ello hace que la gestión de riesgos se haya convertido en un factor clave del negocio, que requiere el uso de instrumentos financieros. Por otro lado, el trading del petróleo, además de la compra de los propios activos físicos (barriles de petróleo), permite negociaciones basadas en la especulación sobre la evolución del precio de la materia prima.

Para las empresas proveedoras de productos derivados del petróleo (como los hidrocarburos), que ocupan la etapa de downstream del petróleo, el trading es una necesidad para poder garantizar el suministro de productos a sus clientes y trasladarles precios ajustados y competitivos. Necesitan poder comprar en condiciones óptimas. Y los entornos volátiles y con altos grados de incertidumbre no generan las condiciones óptimas.

Con el objetivo de reducir la incertidumbre, han tenido que multiplicar los esfuerzos en los últimos años para fortalecer sus equipos comerciales y de traders y su inteligencia de mercado y reforzar y diversificar las líneas de suministro mediante alianzas con operadores y traders internacionales, empresas navieras y aseguradoras.

Otra forma de reducir los grados de incertidumbre pasa por disponer de capacidad de almacenamiento propia de hidrocarburos. Esto permite a los proveedores ser muy flexibles en la planificación de las importaciones y disponer de mayor capacidad de adaptación a las oportunidades de compra de producto que puedan surgir en el mercado.

En resumen, en un negocio petrolífero caracterizado por la volatilidad de los precios y por un contexto económico complejo, es difícil trabajar con un instrumento financiero como el trading y que requiere recursos especializados. Pero, a la vez, es necesario para que los proveedores de hidrocarburos puedan contar con una oferta flexible y adaptada a las necesidades de los clientes, de forma que se vean menos afectados por posibles situaciones de incertidumbre. El primer paso para ello es un trading sólido y rentable.

Diego Guardamino es director general de Grupo Hafesa

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