Las nuevas normas de la UE sobre pisos turísticos sacarán a la luz las reservas turbias
El sistema de supervisión puede ayudar a las autoridades fiscales a vigilar mejor los ingresos por los alquileres
Jornada de puertas abiertas. Los anfitriones de casas vacacionales tendrán que airear sus negocios según las nuevas normas de la Unión Europea sobre alquileres de corta duración. El 15 de noviembre, los Estados miembros y el Parlamento Europeo alcanzaron un acuerdo preliminar sobre la forma de hacer un seguimiento de las reservas efectuadas a través de plataformas internacionales como Airbnb, Booking.com y Expedia.
Las nuevas normas son voluntarias para los países miembros y entrarán en vigor 24 meses después de su aprobación oficial, prevista para principios del próximo año. Se espera que unos 25 Estados se adhieran al nuevo sistema, que pide a las jurisdicciones participantes que establezcan un sistema gratuito en línea para registrar a los anfitriones y un portal de datos a través del cual las plataformas de reserva presentarán datos mensuales. El nuevo modelo utilizará normas comunes y será más fácil de gestionar en toda la UE. El objetivo es dar a los gobiernos y a las autoridades locales más información sobre cómo afectan los alquileres de corta temporada a sus economías, sobre todo en destinos muy populares. Una mayor transparencia también puede arrojar luz sobre los ingresos no declarados. Airbnb y Expedia afirman que apoyan el planteamiento armonizado previsto, ya que simplificará los trámites y facilitará su cumplimiento.
Los alojamientos de alquileres de corta temporada en la UE han vuelto a los niveles anteriores a la pandemia. Airbnb, Booking.com, Expedia y Tripadvisor declararon en conjunto 12,3 millones de pernoctaciones en el primer semestre de 2023, según Eurostat. La normativa supone un primer paso para ayudar a ciudades como Ámsterdam, Florencia y Barcelona a gestionar una avalancha de anuncios de alquileres que ha crecido hasta representar una cuarta parte del mercado de alojamiento turístico de la UE, pero que, según algunos estudios académicos, puede echar a residentes y estudiantes de las viviendas locales. La fragmentación de la supervisión de las más de 700 plataformas de reservas existentes en la UE también puede favorecer los anuncios múltiples de propietarios, los registros falsos y la evasión fiscal.
En ese sentido, el nuevo sistema de supervisión puede ayudar a las autoridades fiscales a vigilar mejor los ingresos por los alquileres y evitar nuevos enfrentamientos con las plataformas. Por ejemplo, las autoridades fiscales italianas embargaron el mes pasado 780 millones de euros a Airbnb, valorada en 81.000 millones de dólares, supuestamente por no cobrar a los propietarios un impuesto del 21% sobre los alquileres.
Establecer normas comunes de registro implica costes iniciales para los gobiernos, que tendrán que crear los nuevos sistemas, y para las plataformas de anuncios, que tendrán que compatibilizar sus registros. Por otro lado, este planteamiento es un buen primer paso para abordar los alquileres para estancias cortas en toda la UE.
Bruselas no está capacitada para decir a las ciudades qué parte de su parque inmobiliario debe ponerse a disposición de los turistas, ni debe proponerse establecer derechos de alquiler paneuropeos para los propietarios. Arrojar más luz sobre el mercado de las casas vacacionales ayudará a los gobiernos a exigir responsabilidades a los anfitriones y a las empresas de reservas por comportamientos turbios.
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