Italia ordena el embargo de 780 millones a Airbnb por presunta evasión fiscal
No habría declarado a Hacienda el gravamen del 21% que deben tributar los propietarios, tal y como obliga una ley aprobada en 2017. La plataforma justifica que es un mero intermediario y que recurrirá la decisión
Segundo gran golpe judicial a Airbnb en lo que va de año. Si el pasado 5 de septiembre Nueva York prohibía el alquiler de pisos turísticos con la entrada en vigor de una legislación hiperrestrictiva en la que impedía el alquiler completo si no era por más de 30 días y solo permitía habitaciones por un tiempo inferior, siempre y cuando el propietario estuviera presente en la casa, el fisco italiano ha ordenado esta mañana embargar a Airbnb 780 millones de euros por presunta evasión fiscal al no haber declarado y abonado a Hacienda el gravamen del 21% que establece una ley de 2017 para los alquileres a corto plazo. Esa norma creó un impuesto fijo a los alquileres temporales de pisos para turistas que ahora la primera ministra italiana, Georgia Meloni, quiere elevar hasta el 26% para los multipropietarios de pisos turisticos.
Desde Airbnb se defienden argumentando que la obligación de pagar ese tributo recae sobre el casero que alquila el piso, puesto que ellos son meros prestadores de un servicio de intermediación, mientras que el fisco italiano argumenta que es la plataforma la que tiene que hacer frente al pago de esos impuestos y al no haberlo hecho ha procedido a solicitar el embargo. “Airbnb Irlanda [la sede central de la plataforma] ha mantenido conversaciones con la agencia tributaria italiana desde junio de 2023 para resolver este asunto. Estamos sorprendidos por la acción anunciada por el fiscal italiano. Confiamos en haber actuado en pleno cumplimiento de la ley y tenemos la intención de ejercer nuestros derechos con respecto a este asunto”, destacó la compañía en un comunicado.
Este conflicto con Italia surge solo cinco días después que la plataforma anunciara los mejores resultados financieros de su historia durante el pasado verano. Entre junio y septiembre facturó 3.197 millones de euros, lo que representó un crecimiento del 18% respecto al mismo período de 2022 y más que duplicar la cifra de negocio registrada en el verano de 2019 (1.548 millones de euros). El fuerte control de costes y el alza de precios dispararon la rentabilidad de la compañía. El resultado de explotación creció un 26% hasta los 1.726 millones de euros, un 54% más que en el mismo período de 2022 y seis veces más que antes de la pandemia (295 millones de euros), mientras que el beneficio neto se incrementó un 32% hasta los 1.510 millones de euros, el más alto de la historia en una temporada alta. “Para el período comprendido entre octubre y diciembre, esperamos obtener unos ingresos de 2.005 a 2.042 millones de euros, lo que equivaldría a un incremento anual entre el 12% y el 14%”, remarcó la compañía en el informe de resultados.
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