La revolución casi invisible del euro digital, y el reto del gasto en defensa
La nueva divisa del BCE deberá explicarse bien
Las autoridades monetarias van a tener que hacer una gran labor divulgativa para explicar las diferencias entre el euro digital y los euros virtuales que ya manejamos a través de las tarjetas de crédito o las cuentas bancarias. Una característica básica del euro digital es que está garantizado por el BCE: eso lo distingue de los euros de las cuentas corrientes, que en realidad han sido creados por entidades privadas, y que solo están protegidos hasta un cierto límite (100.000 euros en España). Precisamente por eso, a fin de bloquear pánicos bancarios, el supervisor pretende poner un límite a su tenencia, de modo que el cambio de paradigma será solo parcial. Así, el objetivo principal, expresado Ignacio Terol, jefe de producto del euro digital en el BCE, es competir con Visa, Mastercard y el resto de sistemas de pago privados, en su mayoría no europeos. El euro digital tiene las mismas funciones que el efectivo, es decir, que debe admitirse en cualquier establecimiento. Las autoridades deberán afinar el sistema para que sea práctico, y a los ciudadanos les compense alterar sus costumbres para apoyar una transición casi invisible a los ojos.
Una empresa que hace la ardua tarea de entender las ofertas de luz y gas
Hay que ser prácticamente ingeniero para entender la factura de la luz, y no digamos para averiguar cuál es la tarifa más barata de las que pueblan el mercado libre, si es que es mejor que la regulada, el mal menor al que se acogen los que no quieren o pueden complicarse la vida. Pero hay una empresa, casi un milagro, que se dedica justamente a buscar el contrato de luz y gas más barato. Se llama Selectra, y no se lleva comisión del ahorro del cliente, sino de las compañías a las que trae nuevos usuarios, sean empresas o particulares. Casi hay que pellizcarse para comprobar que no es un sueño.
Los negocios que perdurarán (quizá incluso en el caso de un desastre nuclear)
Con la burocracia pierde casi todo el mundo, salvo las asesorías legales. Y con la incertidumbre jurídica en torno a la vivienda pierden los caseros, pero ganan las agencias inmobiliarias. Estos dos sectores son los que presentan una tasa de supervivencia mayor en España, según datos del periodo 2016-2021.
La nueva ley de vivienda pretende reducir el negocio de las inmobiliarias, que eleva el coste de los alquileres, y las propias compañías se han quejado de que así ha sido, aunque sea solo por el hecho de que desincentiva las transacciones; pero ya se están buscando alternativas, como el build to rent. En cuanto a los despachos de abogados, parece improbable que vaya a irles peor, pues el papeleo y las normas enrevesadas gozan de una excelente salud, incluso sin que haya pandemia.
El gasto en defensa, ante el reto de mantener el impulso de la guerra de Ucrania
Los países europeos llevaban años prometiendo que incrementarían su gasto en defensa hasta el 2% del PIB, pero no ha sido hasta la guerra de Ucrania que, espoleados por un sentimiento de urgencia que se ha ido apagando con el tiempo, han hecho un esfuerzo extra. Mantenerlo, sin embargo, no será fácil, en un contexto de incremento del déficit y de cuentas públicas muy endeudadas. Italia ya ha dicho que le costará alcanzar el mencionado objetivo, y Alemania, que aún sigue tambaleándose tras romper drásticamente sus fuertes lazos con Rusia, admite que las negociaciones para sostener el gasto militar serán complejas. Salvo los vecinos de Rusia, por la cuenta que les trae, los miembros de la UE no terminan de ver las orejas del lobo bélico.
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