Bill Ackman, el activista que lleva la contraria... pero no demasiado
Ha abandonado su posición bajista sobre los bonos de EE UU ante las perspectivas de que la crisis sea peor de lo previsto
Se le da bien llevar la contraria al mercado, pero está dispuesto a cambiar de opinión si los hechos lo aconsejan. William Albert Bill Ackman (Chappaqua, Nueva York, 1966), fundador y CEO de la gestora de hedge funds Pershing Square, e inversor activista, ha abandonado su posición bajista sobre la renta fija de EE UU ante la perspectiva de que la crisis económica sea peor de lo previsto.
La deuda estadounidense ha vuelto a superar el 5%, un nivel que no se veía desde 2007. Ackman, uno de los inversores más influyentes en el mercado de deuda, reveló a principios de agosto que tenía una perspectiva bajista en los bonos a 30 años, ya que preveía que su valor caería en los meses siguientes. El lunes, sin embargo, afirmó que el escenario geopolítico –en particular, la situación de Oriente Próximo– y económico, así como la perspectiva de rentabilidades más altas a largo plazo, suponen demasiado riesgo para seguir apostando en posiciones cortas en la renta fija.
Pershing Square gestiona unos 18.000 millones de dólares en activos, y él posee, según Forbes, un patrimonio de 3.500 millones. Se crio en Chappaqua (Nueva York), una de las localidades del país con mayor renta per cápita. De ascendencia judía, es hijo de Lawrence David Ackman, expresidente de una empresa de financiación inmobiliaria. Se licenció magna cum laude en Estudios Sociales por Harvard; su tesis versó sobre la experiencia de los judíos y los asioamericanos en sus intentos por estudiar en Harvard. Tras hacer un MBA, fundó la firma de inversión Gotham Partners. Su fallido intento de comprar el Rockefeller Center de Nueva York le dio popularidad entre los inversores. En 2004 creó Pershing Square, su gestora actual.
Dice que sus inversiones más exitosas siempre han sido controvertidas, y que su primera regla de inversión activista es “hacer una apuesta audaz en la que nadie crea”. Sus jugadas más notables incluyen la venta en corto de los bonos de la firma de servicios financieros MBIA durante la crisis de 2008. También rescató el operador de centros comerciales General Growth, y ejecutó exitosas campañas activistas en Canadian Pacific Railway (ferroviaria), Fortune Brands (productos de hogar y seguridad) y Allergan (medicina estética). Intentó fusionar Allergan y la farmacéutica Valeant en 2014: ganó más de 1.000 millones con la primera, pero perdió 3.000 millones con la segunda.
De 2012 a 2018, mantuvo una posición en corto de 1.000 millones contra la empresa de nutrición Herbalife, a la que acusaba de ser un sistema piramidal diseñado como una empresa de marketing multinivel. Eso le provocó un enfrentamiento con otro famoso inversor, Carl Icahn, accionista de Herbalife y que ya había chocado con Ackman anteriormente.
Tras los débiles resultados de 2015-18, dijo a los inversores que iba a volver a lo básico, recortando personal, poniendo fin a las visitas de inversores que le quitaban tiempo y refugiándose en la oficina para investigar. Al año siguiente, Pershing Square devolvió un 58,1%.
Al principio de la pandemia, en 2020, obtuvo un beneficio de 2.600 millones con una inversión de solo 27 millones en coberturas crediticias sobre la solvencia de varias empresas. En una entrevista del 18 de marzo de ese año, contó que, en enero, una pesadilla sobre el virus le había hecho volverse más pesimista, y pidió al presidente, Donald Trump, un parón total de la sociedad y la economía durante un mes. Una semana después, animado por los estímulos de la Fed y el Gobierno, retiró todas sus apuestas bajistas.
En política, apoya a los demócratas, y en concreto, en 2016, a Michael Bloomberg como aspirante a la presidencia. Este mes ha pedido a su alma mater, Harvard, que dé a conocer los nombres de los alumnos que firmaron una carta de condena a Israel, para asegurarse de que su empresa y otras no los contraten. Una de las instituciones a las que ha donado es el Centro de Historia Judía.
Apoya a las organizaciones Innocence Project y Centurion Ministries, que defienden a condenados por error. En 2021, secundó las alegaciones de Kyle Rittenhouse, quien mató a dos hombres durante las protestas por la muerte del afroamericano Jacob Blake por disparos de la policía, de que actuó en defensa propia. La predicción de Ackman de que saldría absuelto resultó acertada. También ha apoyado financieramente a David Sabatini, un biólogo despedido de MIT por acusaciones de acoso sexual.
Es un gran aficionado a jugar al tenis, y muy competitivo en el gimnasio con los compañeros de oficina. Es muy estricto con la dieta. Dice que se le da bien conversar, gracias a su experiencia con las citas a ciegas. En 1994 se casó con Karen Ann Herskovitz, una arquitecta paisajista, con la que tiene tres hijos. La pareja organizaba fiestas de solteros para emparejar a sus amigos. Se separaron en 2016, y tres años más tarde, Ackman se casó con la diseñadora Neri Oxman, con la que tiene una hija.
Está muy pendiente del aspecto de los demás; suele dar su opinión al respecto, sea positiva o negativa, e incluso aborda a gente por la calle para darles consejo. En cuestiones financieras, en cambio, prefiere guardarse sus ideas para sí mismo.
Donaciones
Ha firmado la campaña The Giving Pledge, por lo que entregará al menos el 50% de su fortuna al final de su vida a causas benéficas.
Ha apoyado a asociaciones de policías y sanitarios de Nueva York, y a Planned Parenthood, entre otras.
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