Los fabricantes de automóviles de Detroit ganan la guerra de ayer
Mientras los gigantes se benefician de la subida de sus precios, los inversores ya piensan en el mañana
A los grandes fabricantes de automóviles de Estados Unidos se les da muy bien fabricar coches, como demostraban sus resultados del segundo trimestre; el problema es que son el tipo equivocado de vehículos. Los negocios de motores de combustión de General Motors y Ford Motor siguen acelerados, a pesar de los temores de una recesión inminente y el aumento de los tipos de interés de los préstamos para automóviles. Los inversores están más centrados en los vehículos de baterías del mañana.
Los dos gigantes de Detroit se benefician de la subida de precio de sus coches impulsados por combustibles fósiles. Esto les ha reportado un beneficio de explotación combinado que supera en 3.100 millones de dólares el que registraron en el mismo periodo del año anterior.
Ford Motor anunció el 27 de julio unos ingresos de 45.000 millones de dólares en el segundo trimestre, es decir, un 12% más que el año anterior. El beneficio de explotación de 3.800 millones de dólares aumentó un 2% interanual y superó las expectativas de los analistas fijadas en 3.100 millones de dólares.
Su rival estadounidense General Motors presentó sus resultados del segundo trimestre el 25 de julio. Los ingresos aumentaron un 25% interanual, hasta los 44.700 millones de dólares. La empresa elevó en 1.000 millones de dólares su previsión para todo el año del beneficio de explotación, hasta una horquilla de entre 12.000 y 14.000 millones de dólares.
Sin embargo, los vehículos eléctricos están siendo una masacre. Tesla, de Elon Musk, líder del mercado, ha recortado sus precios en repetidas ocasiones, a expensas de sus beneficios. La jefa de GM, Mary Barra, asegura que no piensa sacrificar beneficios por volumen, pero el precio inferior a 30.000 dólares de un Chevrolet Bolt fabricado por GM afirma lo contrario.
Dado que tanto GM como Ford se han comprometido a pasarse a las baterías, las cosas se pondrán cada vez más difíciles. Dejando a un lado el precio, incluso la producción de vehículos está resultando difícil para GM, que tuvo que hacer frente a un cargo de 792 millones de dólares relacionado con una metedura de pata con las baterías.
Por otra parte, las pérdidas de explotación de la unidad eléctrica de Ford han pasado de 500 millones de dólares hace un año a 1.100 millones en la actualidad y la empresa ha aplazado uno de sus objetivos de producción hasta dentro de un año. Pero Tesla no es el único problema: los fabricantes de automóviles chinos están ganando terreno en su país y en el extranjero. Por ahora, se enfrentan a barreras en Estados Unidos, pero puede que esto no sea así para siempre.
Más allá de su voluntad de abaratar los precios, la principal ventaja del dúo sobre Tesla son las camionetas eléctricas: Ford ya fabrica una y GM empezará a entregarlas en breve. Pero incluso en este terreno, Musk quiere unirse a la carrera con el esperado Cybertruck.
Detroit está ganando la guerra de la gasolina de ayer, pero la capitalización bursátil de 800.000 millones de dólares de Tesla, aproximadamente ocho veces la de GM y Ford juntas, demuestra que los inversores piensan que la guerra de mañana es otra historia.
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