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Perfil
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El amable ejecutivo que planea asesinar a Twitter

Adam Mosseri, CEO de Instagram, se convierte en el líder de la novedad de Meta, Threads, competidora directa del Twitter de Elon Musk

Adam Mosseri
Adam MosseriJosé Manuel Esteban

No se sabe si como provocación o en un simple intento de demostrar que no son rivales, Adam Mosseri (Nueva York, 1983) publicó en su cuenta de Twitter, como si de cualquier otra cosa se tratase, el lanzamiento responsable de la debacle mediática en la que se han visto envueltas Meta y la red del pajarito desde el pasado 5 de julio. Con actitud desenfadada y sus distintivas gafas de pasta, Mosseri se puso ante la cámara y comenzó la narración: “Threads, una nueva app de Instagram”, anunció sonriente en su cuenta personal, como acostumbra a hacer semanalmente con cualquier novedad que presenta la red social que capitanea.

Pero en esta ocasión no era una actualización cualquiera. Threads, bautizada ya por los medios estadounidenses como Twitter Killer (asesino de Twitter), se impone como la red social con mayor número de usuarios en menor tiempo, al sobrepasar masivamente el reciente récord de Chat GPT. En tan solo cinco días, alcanzó las 100 millones de descargas, y el número sigue creciendo.

El dinamismo y la iniciativa de Mosseri como CEO de Instagram, y ahora también como líder de Threads, parece contagiosa. Ha sido parte del equipo que ha gestado la idea de la nueva plataforma y su personalidad queda, de alguna forma, plasmada en ella. Porque si hay algo que comparte con la nueva red social es el crecimiento rápido y exponencial que ha experimentado su carrera de la mano de Meta.

Con raíces israelíes y nacido y criado en Nueva York, Adam Mosseri decidió estudiar Medios y Diseño de Información en la New York University (NYU). Pero antes de terminar el grado, su carrera profesional ya había despegado. En 2003, dos años antes de cerrar su etapa académica, fundó una asesoría de diseño, Blank Mosseri, una startup que llegó a tener oficinas en Nueva York y San Francisco.

La verdadera pasión que sentía por el campo de lo digital hizo inevitable su incorporación en 2008 a Facebook, donde ha crecido desde entonces. Su capacidad de adaptación posibilitó que año tras año sus responsabilidades se fueran ampliando, escalando puestos dentro del conglomerado hasta que, en 2018, lo nombran vicepresidente de producto en Instagram y, cuatro meses más tarde, CEO de la red social de fotografías.

Ha llegado, aunque no literalmente, a dar su vida por Instagram. Al menos, así se creyó durante unas horas, cuando en 2021 un hacker logró mandar un falso obituario y bloquear la cuenta de Mosseri temporalmente, algo que puso en evidencia los sistemas de verificación de la plataforma.

No habrá dado todo por la causa, pero mantuvo su lealtad cuando las cosas se pusieron difíciles en 2018: ante el sonado escándalo de Cambridge Analytica y el empleo de datos recopilados por Facebook indebidamente que se utilizaron para la elaboración de propaganda política, el directivo no abandonó la empresa. Y el tiempo demostró que hizo bien.

Hoy es una persona cercana a Mark Zuckerberg, fundador de Meta, y uno de los pocos ejecutivos que ejerce como portavoz directo de cualquier novedad en la compañía. Muy activo en redes y, con clara intencionalidad divulgativa, presenta sus pequeñas aportaciones a la red social de fotografías que dirige.

Aunque también publica, orgulloso, imágenes de su familia: su mujer, Monica, junto con sus tres hijos, inundan su feed en Instagram. Eso sí, sin excesivas ostentaciones, pese a su reconocida posición en la lista de las 40 fortunas de millonarios menores de 40 años en la categoría tecnológica, gracias a su patrimonio de 120 millones de dólares.

Esta semana, con el estreno de Threads, Mosseri intenta calmar las aguas. Insiste en que no quiere ser competidor de Twitter. La plataforma solo es un “lugar menos tenso para las conversaciones”, descentralizado, donde la política o las noticias aparecerán inevitablemente, pero sin que la entidad tenga mano en el tema.

Pero parecen mensajes contradictorios. Ya no solo por el hecho de que en funcionamiento y concepto tenga una mal disimulada similitud con el gigante de la mensajería instantánea de Musk, sino que, además, parece que a este último se le embarran los pies y Meta lo está aprovechando.

Bajo el mandato de Elon Musk, Twitter ha perdido más de la mitad de su valor. A la oleada de despidos y dimisiones y la huida de anunciantes, se le suma esta estocada de la multinacional de Zuckerberg, que la CEO de Twitter, Lisa Yaccarino, ya ha definido como “una apropiación indebida” por la presunta contratación de sus ex empleados para crearla.

No es la primera vez que Instagram se inspira en competidores para hacerse más grande. El pasado año, el director ejecutivo se llegó a enfrentar, aunque muy diplomáticamente, a la más joven de la estirpe Kardashian, justificando la incorporación de los reels, un claro guiño a Tik Tok, por la apremiante tendencia de la imagen grabada. “Creo que con el tiempo Instagram tenderá cada vez más al video”, aseguró por aquel entonces Mosseri. Ahora, sin embargo, se adentra en el terreno de la palabra con Threads.

De cualquier manera, la nueva propuesta de Meta promete. O así se ve entre los más entendidos. Según un análisis de Evercore ISI, la propuesta que dirige Mosseri podría llegar a generar alrededor de 8.000 millones de dólares en ingresos anuales en los dos primeros años.

A grandes rasgos, el conglomerado de Zuckerberg sigue al alza en Bolsa, y acumula en 2023 hasta la fecha un crecimiento de un 142,87%, y subiendo.

Threads ha llegado a 100 países y ya ostenta un ritmo difícil de superar en incorporación de usuarios. Todo ello sin contemplar a la población europea, por las restricciones legislativas de la UE que en la actualidad la red trabaja por sortear.

Threads ya ha entrado al juego, aunque su simplicidad, difícil de pasar por alto, recuerda a una versión beta. Todavía no hay nada escrito, aunque muchos creen que Twitter puede acabar pendiendo de un hilo y que Threads, de titiritero, intentará hacer honor a su nombre.

El escándalo de Cambridge Analytica

Facebook tuvo que pagar una multa de 5.000 millones de dólares, la mayor jamás pagada por una compañía hasta el momento. Por su parte, Mosseri, que fue uno de los pocos directivos que se atrevió a defender la postura de Facebook, asumió el cargo de director de la red social de fotografías tras la dimisión de los fundadores de Instagram por el escándalo.

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