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Breakingviews
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Los banqueros centrales deben hablar menos sobre salarios... y esperar

Los sueldos están cayendo en términos reales, y el efecto de las alzas de tipos ya hechas aún no se ha notado del todo

Foro de Sintra (Portugal), con Kazuo Ueda (Banco de Japón, primero por la izquierda), Jerome Powell (Fed), Christine Lagarde (BCE) y Andrew Bailey (Banco de Inglaterra), el miércoles 28.
Foro de Sintra (Portugal), con Kazuo Ueda (Banco de Japón, primero por la izquierda), Jerome Powell (Fed), Christine Lagarde (BCE) y Andrew Bailey (Banco de Inglaterra), el miércoles 28.BCE (BCE)

En su foro anual de Sintra (Portugal), los banqueros centrales occidentales han señalado el crecimiento salarial como el último obstáculo en su batalla contra la inflación. Es una afirmación extraña, dado que los sueldo de los trabajadores suben a un ritmo más lento que los precios al consumo. El efecto acumulativo de esta serie de subidas de tipos sin precedentes acabará frenando los aumentos salariales. Las autoridades monetarias necesitan moderación… pero en sus propias expectativas sobre la rapidez con la que pueden actuar.

Trabajadores del mundo, uníos para ganar menos. Los responsables de la Reserva Federal de Estados Unidos, el Banco Central Europeo y el Banco de Inglaterra han elegido el bello marco de Sintra para transmitir este inquietante mensaje. En su opinión, los tipos de interés se mantendrán elevados hasta que se modere el crecimiento salarial o las empresas reduzcan sus márgenes para pagar más a sus trabajadores. Eso, a su vez, reduciría la inflación hasta los objetivos del 2% de los bancos centrales.

De hecho, los incrementos salariales han hecho subir la inflación, especialmente en los sectores de servicios con gran intensidad de mano de obra, como la hostelería y los viajes. Los precios de los servicios subieron a un ritmo interanual del 6,6% en EE UU en mayo, del 5% en la zona euro, y se dispararon un 7,4% en el Reino Unido, el ritmo más rápido desde marzo de 1992.

Pero el crecimiento salarial apenas se está poniendo al día con un repunte inflacionista que ha recortado los ingresos reales de los trabajadores. En el primer trimestre, los costes laborales de la zona euro (medida general del coste de la mano de obra) aumentaron un 5% anualizado. En el mismo periodo, la inflación fue del 8% de media. En el Reino Unido, los salarios ajustados a la inflación cayeron un 2% entre febrero y abril, según cifras oficiales. En Estados Unidos, los salarios crecieron un 4,3% interanual en abril, pero los precios al consumo subieron un 4,9%.

La cuestión es qué ocurrirá a continuación. El bajo desempleo, impulsado en parte por la acumulación de mano de obra por parte de las empresas para hacer frente al aumento de la demanda, ha ayudado a los trabajadores a conseguir aumentos salariales hasta ahora. Pero las subidas de tipos funcionan con un desfase de 18 a 24 meses, por lo que el impacto del imponente endurecimiento monetario de Occidente desde finales de 2021 aún no se ha dejado sentir en los pedidos de las empresas ni en los mercados laborales.

Ya hay signos de enfriamiento. El crecimiento de los salarios anunciados de la zona euro se redujo al 4,7% entre marzo y mayo, frente al 4,8% de los tres meses anteriores, según el portal de contratación Indeed. En Estados Unidos, el crecimiento de los salarios se ralentizó del 5,7% al 5,3%.

Los banqueros centrales tienen que mirar hacia delante. La dura medicina que han administrado en el último año sigue haciendo efecto en la economía mundial. Administrar más medicamentos sin ver cómo reacciona el paciente podría causar un daño innecesario.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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