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El Foco
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Ahorrar en pensiones, invertir en ahorro

España ha destacado siempre por una reducida cultura financiera, así como por un perfil inversor muy conservador

Un jubilado pasea con su nieto por el madrileño parque del Retiro
Un jubilado pasea con su nieto por el madrileño parque del RetiroPablo Monge

No es ninguna novedad el hecho de que las pensiones públicas, las proporcionadas por el Estado, sufrirán cambios en las próximas décadas. Conviene aclarar que la prestación sí está garantizada, pero no es menos cierto que tendrán que ponerse en marcha cambios que provocarán una disminución necesaria en la pensión pública que recibirán los cotizantes del presente.

Es la única forma de hacer sostenible un sistema que se tambalea, en un escenario de tormenta perfecta por el incremento de la población jubilada, sobre todo ahora que están alcanzando los 65 años las generaciones del baby boom, y la caída de la natalidad (337.380 nacimientos en 2021, la cifra más baja desde que comenzaron los registros ). Ante esta realidad, la única solución que tienen los trabajadores de hoy es comenzar a ahorrar para su jubilación. O lo que es lo mismo, empezar a invertir en su futuro, planteando alternativas de ahorro para completar su pensión pública, como único modo de mantener el poder adquisitivo cuando todos esos cotizantes se retiren del mercado laboral.

Esa protección que nos ofrece el Estado no será suficiente ante la reducción de la denominada tasa de sustitución, que mide el importe de la pensión frente al último salario, que se espera que baje progresivamente desde cerca del 80% actual, hasta apenas el 50% en 2050, según datos de la Comisión Europea. Por ello, es necesario que los ciudadanos comencemos a mentalizarnos de la importancia de encontrar esas alternativas que permitan acumular un buen colchón financiero antes del esperado retiro profesional.

Nuestro país siempre ha destacado por un nivel bajo de cultura financiera, así como por un perfil de inversor muy conservador con sus ahorros y finanzas. En este sentido, los planes de pensiones siempre se han remarcado como un vehículo clave para prepararse para la jubilación, pero debido a la drástica reducción que ha sufrido el límite desgravable, que ha bajado de 8.000 a 1.500 euros anuales en los dos últimos años, se trata de una posibilidad que está perdiendo popularidad y que ha empujado a los ahorradores a buscar otras alternativas para sus inversiones y ahorros.

Existen diversas herramientas que pueden complementar las pensiones de jubilación, como son por ejemplo los planes de previsión asegurados (PPAs) o los planes de ahorro, así como la inversión directa en renta variable o en fondos de inversión, que se trata de una de las mejores alternativas, dada su flexibilidad para diseñar carteras diversificadas que permitan aspirar a rentabilidades ajustadas, según las condiciones del mercado y el perfil de riesgo de cada inversor. Y, es que, dependiendo el perfil del inversor, ya sea conservador, moderado o agresivo, se aconsejará una cartera de ahorro u otra.

Por ejemplo, los planes de pensiones o los fondos con un sesgo de renta variable tienen un riesgo mayor, aunque conllevan unas posibilidades de rentabilidad más alta, mientras que los vehículos de renta fija se asocian a un menor riesgo, aunque su rentabilidad también será más baja. Del mismo modo, la elección dependerá de la edad del inversor, ya que no es lo mismo gestionar un producto de ahorro o inversión cuando el inversor se encuentra al inicio de la carrera laboral, que permite invertir a largo plazo con un poco más de riesgo, que cuando ya está próximo a su jubilación, donde se busca asegurar la pensión con inversiones a corto plazo, más conservadoras, con el objetivo puesto en preservar el capital acumulado.

Elegir los vehículos de ahorro que mejor se adaptan a las necesidades de cada inversor es crucial, pero no es una tarea sencilla. Empezar lo antes posible con el plan de ahorro para la jubilación se ha convertido en una necesidad. Lo ideal es realizar aportaciones periódicas cuanto antes, dentro de las posibilidades de cada perfil, para aprovechar los beneficios del interés compuesto, que se refiere al que se produce sobre el capital y los intereses ya generados anteriormente de forma que se van acumulando para originar más intereses, y adaptar dichas inversiones en cada momento a la situación personal del ahorrador.

En definitiva, darnos cuenta que ahorrar para la jubilación es invertir en su futuro.

Andrea Carreras-Candi es directora de EFPA España


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