_
_
_
_
Editorial
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Una gestión responsable y racional de la confianza

La experiencia demuestra que el pánico en los mercados es una fuerza ciega que ninguna reglamentación, por exhaustiva que sea, puede detener

CINCO DÍAS
Deutsche Bank
Sede de Deutsche Bank en Londres.LEON NEAL (Getty Images)

El castigo bursátil sufrido el viernes por Deutsche Bank, que llegó a desplomarse casi un 15% durante la sesión y cerró la jornada con una caída del 8,5%, es un ejemplo de las dificultades que entraña diferenciar la influencia de factores subjetivos, como el miedo y la desconfianza, de la justificada por datos financieros objetivos a la hora de explicar las razones por las que el mercado se ensaña con un valor. Pese a que en los últimos años la entidad alemana ha acumulado un historial de gestión escasamente ejemplar, lo que incluye desde sonadas multas por la manipulación de índices hipotecarios como el líbor hasta sobornos en el mercado de divisas, Deutsche Bank cerró 2022 con los mejores resultados obtenidos en 15 años, unos beneficios de 5.000 millones de euros.

Precisamente por ello, los analistas no lograban alcanzar el viernes un diagnóstico unánime sobre las razones del duro castigo infligido a la entidad por los inversores. La chispa detonante puede haber sido la decisión del banco de amortizar una emisión de 1.500 millones de dólares de deuda subordinada con vencimiento en 2028, lo que disparó el coste de los seguros para cubrir un posible impago (CDS) y desencadenó también un castigo sobre los cocos de la entidad. Pero no se explica por un deterioro en los ratios de solvencia y capital, un desequilibrio en su balance equiparable a la del fallido Silicon Valley Bank o unas pérdidas multimillonarias similares a las de Credit Suisse.

Más allá de que puedan aflorar razones todavía no explícitas que terminen justificando con mayor contundencia la caída en desgracia de Deutsche, buena parte del castigo sufrido por el valor se explica por la crisis de confianza que ha calado ya en los mercados financieros como consecuencia del rescate de tres bancos estadounidenses y de uno europeo, este último de dimensiones sistémicas. A pesar de la fortaleza en términos de solvencia y capitalización que la regulación bancaria europea ha exigido al sector financiero, la experiencia demuestra que el miedo en los mercados es una fuerza ciega que ninguna reglamentación, por exhaustiva que sea, puede detener.

Junto a los llamamientos de los reguladores, siempre imprescindibles, a la calma y la serenidad, y su determinación de hacer lo que sea necesario hacer para recuperar la estabilidad, como garantizar ríos de liquidez, es fundamental apelar también a la racionalidad y responsabilidad de todos los agentes del mercado a la hora de gestionar sus inversiones, sin bajar la guardia frente a los acontecimientos, pero sin desencadenar un pánico capaz de convertir un fuego limitado en un incendio descontrolado que se lleve por delante el sistema y el mercado.

Sigue toda la información de Cinco Días en Facebook, Twitter y Linkedin, o en nuestra newsletter Agenda de Cinco Días

Newsletters

Inscríbete para recibir la información económica exclusiva y las noticias financieras más relevantes para ti
¡Apúntate!

Archivado En

_
_