El futuro relevo de Powell lastra al dólar a mínimos de 2021
La posibilidad de que Trump acelere el nombramiento de su sucesor agravan la debilidad de la moneda estadounidense. Las Bolsas tratan de resistir el efecto divisa


El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, parece decidido a acelerar la debilidad del dólar. El republicano podría adelantar el nombramiento del sucesor de Jerome Powell al frente de la Reserva Federal y hacerlo público en septiembre u octubre, según publica el Wall Street Journal, a pesar de que su mandato no expira hasta mayo de 2026. La negativa del presidente del banco central a recortar los tipos de interés de forma inminente estaría tensando la paciencia del mandatario, que en las últimas semanas ha intensificado sus ataques contra la Fed y su actual responsable.
Los mercados no son inmunes a estas presiones y las dudas sobre la independencia de la Reserva Federal están impactando de lleno en activos como la divisa estadounidense y los bonos del Tesoro. El índice dólar —que mide la evolución del billete verde frente a una cesta de seis divisas principales— cae este jueves un 0,5% y se sitúa en mínimos desde 2022. Más significativa aún es la evolución del cruce entre el euro y el dólar: la moneda común se cambia ya a 1,17 billetes verdes, el nivel más alto desde septiembre de 2021.
Desde que Powell afirmara la semana pasada que aún es pronto para bajar los tipos, varios miembros de la Fed próximos al entorno de Trump han sugerido que julio podría ser un buen momento para retomar el ciclo de recortes. Las expectativas de una política monetaria más laxa, junto a la reciente reducción de tensiones en Oriente Medio, han devuelto el protagonismo de la debilidad del billete verde. “La lenta reacción del dólar a noticias canónicamente favorables (como el alza del petróleo) en comparación con el rápido retorno a los mínimos tan pronto como se calmaron las tensiones geopolíticas nos indica que estas consideraciones siguen siendo muy relevantes para la acción del precio a corto plazo”, afirma Francesco Pesole, estratega de divisas en ING.
Por el contrario, el euro sigue ganando impulso en los mercados financieros. Xavier Chapard, estratega de LBP AM, apunta que la moneda única se está viendo respaldada por las perspectivas de un mayor gasto público en Europa y la presentación de los presupuestos alemanes. “El potencial alcista del euro a medio plazo sigue siendo importante”, señala. Con la subida de este jueves, el euro encadena seis sesiones consecutivas al alza, la mejor racha en un año. Algunas casas de análisis ya prevén que podría alcanzar los 1,20 dólares en los próximos meses.
Desde Berenberg recuerdan que la destitución de Powell no sería legalmente sencilla. El pasado mayo, en plena escalada de ataques contra la Fed, el Tribunal Supremo subrayó que la institución está fuera del alcance de cualquier injerencia directa por parte del Ejecutivo. Sin embargo, Trump no parece dispuesto a esperar. “Un anuncio prematuro de su sucesor —antes del habitual periodo de transición de tres o cuatro meses— aumentaría notablemente la presión sobre Powell. Además, el mero nombramiento tendría ya efectos en el mercado, incluso antes de que el nuevo presidente asumiera el cargo”, señalan los analistas del banco alemán.
El hipotético relevo al frente de la institución ha reavivado las expectativas de rebaja de tipos. A finales de la semana pasada, el mercado descontaba dos recortes de tipos este año, en línea con las proyecciones del comité. Ahora, tras los últimos movimientos políticos, empieza a cobrar fuerza la ida de tres reducciones de 25 puntos básicos este año. Las expectativas de tasas más bajas a medio plazo contribuyen a relajar las presiones sobre la deuda, especialmente, la de las referencias a más corto plazo, que son las más sensibles a los cambios monetarios. La rentabilidad del bono de EE UU a dos años baja dos puntos básicos hasta el 3,74%, mientras la referencia con vencimiento en 2035 se modera al 4,26%, tres puntos básicos menos, y la deuda a 30 años se mantiene estable en el 4,8%. “El entusiasmo de los mercados por un recorte anticipado de la Fed podría ser infundado, y el cruce euro-dólar podría retornar a alrededor de 1,15-1,16, a la espera de información concluyente sobre la inflación”, apuntan desde ING.
Desde la óptica de Donald Trump, un dólar más débil es fundamental para revitalizar la industria estadounidense. Su estrategia busca abaratar las exportaciones, fomentar la producción local, recuperar empleo en el sector manufacturero y reducir el abultado déficit comercial del país. En este contexto, crece la presión sobre la Reserva Federal para adoptar una política monetaria más laxa crece la presión sobre la Fed para adoptar una política monetaria más laxa.
El efecto divisa también tiene consecuencias directas en las Bolsas, sobre todo en las compañías más expuestas a las exportaciones. Una moneda fuerte hace que las empresas pierdan competitividad porque los productos se encarecen. Sin embargo, los inversores no están dispuestos a desaprovechar la tregua geopolítica para mantener o incrementar de manera modera sus posiciones en renta variable.
Después de encajar ayer su mayor caída desde el 9 de abril, el Ibex 35 concluye la sesión en tablas. El tirón de las utilities y la recuperación de BBVA (0,38%) ha ayudado a la Bolsa española a esquivar las pérdidas y mantener a flote los 13.800 puntos. Superiores a los ascensos de Iberdrola (0,28%), Enagás (0,74%) o Redeia (0,98%) han sido las ganancias de Grifols (3,1%) e Indra (2,26%), los valores más alcistas del selectivo. Aunque España ha mostrado su oposición a aumentar hasta el 5% el gasto en defensa, la compañía que preside Ángel Escribano se suma a la tendencia alcista del sector.
Las principales Bolsas europeas también experimentaron movimientos estrechos, con el Dax liderando las ganancias (0,6%). La debilidad del dólar favorece a las firmas estadounidenses. Al cierre de los mercados europeos Wall Street avanza un 0,6%, con el S&P 500 a las puertas de tocar los máximos el pasado 19 de febrero, cota ha llegado a acariciar en niveles intradía.
El apetito por la renta variable se mantiene firme pese a que los últimos datos confirman que la economía estadounidense se está enfriando. El gasto al consumidor en el primer trimestre mostró el menos crecimiento desde la pandemia y provocó que la revisión del PIB del arranque de año mostrara una contracción del 0,5% en tasa anualizada. Steve Auth, director de inversiones en Federated Hermes, sigue viendo potencial para que el índice estadounidense prolongue el rally y alcance los 7.000 puntos a largo plazo. Como catalizadores el experto señala tres: los efectos positivos de la campaña de desregulación de la administración, los recortes fiscales y los efectos secundarios de la inversión masiva en inteligencia artificial. Son precisamente las buenas perspectivas de este negocio las que han animado la remontada de firmas como Nvidia o Microsoft.
Este optimismo contrasta con la cautela que muestra el consenso del mercado. Desde Macroyield avisan de que el entusiasmo podría ser prematuro: “Aunque se alcanzaran acuerdos mejores de lo previsto, los aranceles no volverán a los niveles previos a esta guerra comercial”, concluyen.
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