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La medida de inflación preferida por la Fed cae mientras el consumo se enfría

El indicador subyacente de precios PCE baja al 2,5%, su mínimo en cuatro años

Un mercadillo en Minneapolis, Minnesota.
Miguel Jiménez

La inflación se enfrió en abril en Estados Unidos hasta su mínimo en cuatro años, según el índice PCE, un deflactor de los gastos de consumo personal que la Reserva Federal de Estados Unidos toma como principal referencia para su política monetaria. El índice general se situó en el 2,1%, al borde del objetivo de estabilidad de precios del 2% fijado por el banco central, según las cifras de la Oficina de Análisis Económico del Departamento de Comercio, cuyos datos muestran además un enfriamiento del consumo.

Ese 2,1%, tras una subida mensual del 0,1%, iguala la tasa interanual que alcanzó el índice en septiembre del año pasado, cuando la Reserva Federal empezó a bajar los tipos de interés. Desde ahí, sin embargo, sufrió un repunte que lo llevó hasta el 2,6%. Aparte de septiembre pasado, una tasa de inflación tan baja no se alcanzaba desde febrero de 2021, antes de que empezase la crisis inflacionaria global desatada por los atascos en la cadena de suministros en la recuperación de la pandemia y agravada por la guerra de Ucrania y el encarecimiento de las materias primas.

En cuanto al índice subyacente, que excluye los precios de la energía y los alimentos y que es seguido muy de cerca por la Fed, los precios subieron también un 0,1% en abril. Con ello, la tasa interanual baja al 2,3%, la más baja desde marzo de 2021.

Las cifras difundidas por el Departamento de Comercio muestran también un debilitamiento del consumo tras el tirón que experimentó en marzo. Ese mes, las ventas de coches se dispararon por el temor a que la entrada en vigor de los aranceles hiciese subir los precios y contribuyeron a un incremento del 0,7% del consumo. En abril, el gasto ajustado por la inflación aumentó solo un 0,1%.

Las estadísticas del primer trimestre ya mostraban un debilitamiento del consumo, que los economistas atribuyen en gran medida a la incertidumbre provocada por Donald Trump con su política económica y comercial. Aunque el impacto de los aranceles no se ha dejado sentir apenas por el momento en los precios, sí ha afectado a la confianza de los consumidores, que se hundió tras el regreso de Trump a la Casa Blanca. La tasa de ahorro subió en abril al 4,9%, la mayor en casi un año, como consecuencia aparente de esa incertidumbre.

En esa situación de incertidumbre y de continuos cambios en la política económica a expensas de los caprichos de Trump y de las decisiones judiciales, los responsables de la política monetaria de la Reserva Federal parecen dispuestos a mantener los tipos de interés sin cambios en el futuro inmediato, hasta que tengan más claridad sobre el alcance de los aranceles y su impacto, no solo en los precios, sino también en otros pilares de la economía, como el mercado laboral y el gasto de los consumidores.

En su reunión con el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, de este jueves, Trump le dijo que consideraba “un error” no rebajar ya los tipos de interés. Powell dejó claro que “la trayectoria de la política dependerá totalmente de la información económica que se reciba y de lo que esta signifique para las perspectivas”, según señaló la Fed en un comunicado. Los miembros del comité que fija la política monetaria tomarán sus “decisiones basándose únicamente en un análisis cuidadoso, objetivo y apolítico”, añadió el banco central.

En las actas de la Reserva Federal, publicadas esta semana, la palabra “recesión” reaparecía. Los economistas del banco central rebajaron las previsiones sobre el crecimiento del PIB real en 2025 y 2026, por el lastre de la política comercial. También esperan que las políticas comerciales provoquen un crecimiento más lento de la productividad y, por lo tanto, reduzcan el crecimiento potencial del PIB en los próximos años. “El personal consideró que la posibilidad de que la economía entrara en recesión era casi tan probable como la previsión de referencia”, se indicaba.

Los técnicos de la Fed creen que el mercado laboral se debilitará “sustancialmente”, con un aumento de la tasa de desempleo por encima de su denominada tasa natural este año y que se mantendría elevada hasta 2027. También consideran que los aranceles impulsarán “notablemente” la inflación este año. Sin embargo, los miembros de la Fed destacaban la enorme incertidumbre reinante.

Sobre la firma

Miguel Jiménez
Es director adjunto de EL PAÍS. Fue corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos y a lo largo de su carrera en el periódico, redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director en el diario económico Cinco Días.
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