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BlackRock se suma a la estampida de bancos y gestoras que huyen de los compromisos contra el cambio climático

El mayor gestor de activos del mundo justifica su salida por las demandas e investigaciones que están ejerciendo representantes del partido republicano estadounidense

Activistas ambientales llevan máscaras con la cara del gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, durante una protesta en Londres, Reino Unido, en una imagen de archivo.
Activistas ambientales llevan máscaras con la cara del gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, durante una protesta en Londres, Reino Unido, en una imagen de archivo.TOBY MELVILLE (Reuters)
Juan Pablo Quintero

La guerra contra las finanzas verdes la va ganando Donald Trump. La mayor gestora de activos del mundo, BlackRock— con 11,13 billones de euros bajo gestión —, ha abandonado el Net Zero Asset Managers Initiative (NZAMI), un grupo internacional de gestores de activos comprometidos con el objetivo de alcanzar emisiones de gases de efecto invernadero iguales a cero para 2050 o antes, que llegó a agrupar 55,78 billones de euros bajo gestión. Su decisión se produce a escasos días de que Trump se convierta en el nuevo presidente estadounidense y después de que los seis mayores bancos estadounidenses, JPMorgan, Citigroup, Bank of America, Morgan Stanley, Wells Fargo y Goldman Sachs, realizaran un movimiento similar.

BlackRock ha tomado esta decisión tras ser objeto de críticas y persecuciones judiciales por parte de políticos republicanos y un mayor escrutinio regulatorio en los esfuerzos por mitigar el cambio climático. Formar parte de este grupo “causó confusión respecto a las prácticas de BlackRock y nos sometió a investigaciones legales por parte de varios funcionarios públicos”, aseguró el vicepresidente de la gestora, Philipp Hildebrand, en una carta este jueves. Eso sí, añadió que “la salida no cambia la forma en que desarrollamos productos y soluciones para los clientes, ni cómo gestionamos sus carteras”.

La firma con sede en Nueva York ha sido blanco de ataques por parte de legisladores del Partido Republicano, que acusan a la empresa de adoptar políticas woke (término peyorativo que se asocia con movimientos progresistas). De hecho, BlackRock fue una de las gestoras de activos demandadas, junto a Vanguard y State Street, por el Estado de Texas, que alega violaciones de las leyes antimonopolio por la adopción de estrategias de sostenibilidad que limitan la producción de carbón. Vanguard, la segunda gestora más grande ligada a esta iniciativa optó por abandonarla ya en 2022, mientras que State Street sigue siendo miembro. Pero el gigante de la renta fija, Pimco, y la división de gestión de activos de Goldman Sachs nunca se llegaron a incorporar a esta iniciativa.

En el caso de los bancos, el goteo de salidas de la Net Zero Banking Alliance (NZBA) se ha visto acelerado desde septiembre con la salida de Goldman Sachs, Wells Fargo, Citigroup, Bank of America, Morgan Stanley y JP Morgan. A esto se suma la salida o la reducción de su vinculación con el Climate Action 100+, la mayor iniciativa de grupos de inversión y grandes empresas para la reducción de emisiones y la lucha contra el calentamiento global, de JP Morgan, BlackRock, State Street y Pimco, que suman billones de dólares en activos bajo gestión.

Se trata de unos movimientos que han sido interpretados como el deseo de Wall Street de protegerse de la creciente presión política que significa el segundo aterrizaje de Donald Trump a la Casa Blanca. De hecho, justo a principios de esta semana, el fiscal general de Texas, Ken Paxton, retiró su amenaza de cortar los acuerdos de bonos municipales con los prestamistas después de que abandonaran la NZBA.

Desde que en 2020 BlackRock adoptara la postura de que “el riesgo climático es riesgo de inversión”, la gestora ha sido objeto de ataques constantes por parte de políticos conservadores en Estados Unidos. Una circunstancia que no ha evitado que al mismo tiempo diferentes grupos progresistas se muestren cada vez más críticos con la postura de BlackRock de que el máximo rendimiento financiero para sus clientes debe ser la prioridad, sacrificando criterios ambientales. Es decir, la sostenibilidad no se promueve activamente, a menos que los inversores soliciten específicamente priorizarla en sus estrategias de inversión. El apoyo de BlackRock a las propuestas de los accionistas en cuestiones ambientales y sociales ha caído de forma drástica en las últimas temporadas de junta de accionistas, desde el 47% registrado en 2021 a solo el 4% en 2024.

BlackRock ha intentado en ocasiones de encontrar un equilibrio en este tema, en parte porque también tiene un gran grupo de clientes en Europa que desean un progreso más rápido en la lucha contra el cambio climático. El año pasado, adoptó una postura intermedia en el Climate Action 100+. El gigante abandonó el grupo como entidad global en junio de 2023, pero dejó su brazo internacional (BlackRock International), más pequeño, como miembro.

Sobre la firma

Juan Pablo Quintero
Colombiano (1997). De Bogotá, con raíces caleñas. Psicólogo de la Pontificia Universidad Javeriana, con experiencia en el sector de la pequeña y mediana empresa (Pyme). Es redactor en la sección de Economía de El País-Cinco Días, donde cubre noticias de Mercados Financieros. Lector asiduo de Platón y de Gustavo Adolfo Bécquer en los tiempos libres.
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