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El Ejecutivo británico pide calma al mercado y promete cumplir las reglas fiscales

Los bonos frenan su escalada tras la intervención del número dos del Tesoro británico pero siguen en niveles de 2008

El primer ministro británico, Keir Starmer, visita el equipo de delitos económicos en la sede de la Policía de Londres, donde presentará los detalles del nuevo régimen de sanciones del gobierno, este jueves.
El primer ministro británico, Keir Starmer, visita el equipo de delitos económicos en la sede de la Policía de Londres, donde presentará los detalles del nuevo régimen de sanciones del gobierno, este jueves.Paul Grover (via REUTERS)
Juan Pablo Quintero

El temor a un déficit fiscal en el Reino Unido crece y el Ejecutivo británico ha salido a calmar al mercado. El número dos del Tesoro británico, Darren Jones, ha asegurado que “los mercados de deuda del Reino Unido siguen funcionando de manera ordenada” y se ha comprometido a cumplir con las reglas fiscales ante la fuerte escalada que vive en las últimas jornadas la rentabilidad de la deuda pública británica y la debilidad que está mostrando la libra.

Jones ha acudido este jueves al Parlamento británico y ha aclarado que “no debería haber ninguna duda sobre el compromiso del Gobierno con la estabilidad económica y la solidez de las finanzas públicas”, al mismo tiempo que ha añadido que “el cumplimiento de las normas fiscales no es negociable”. Un mensaje que busca aplacar la inquietud del mercado: ha llegado a asegurar que “no es necesaria ninguna intervención de emergencia, y no la ha habido” y que por el momento ha servido para frenar la escalada de las rentabilidades de la deuda pública británica.

El bono a 10 años, que en los primeros compases de la negociación llegó a situarse en el 4,923%, ha moderado su avance hasta el 4,811%, niveles aún de 2008, mientras que el rendimiento del bono a 30 años se sitúa aún en el 5,377%, niveles de 1998. La libra, por su parte, ha llegado a tocar mínimos en 14 meses frente al dólar aunque posteriormente se ha recuperado y se cruza a 1,2311 dólares.

Los activos británicos están siendo los primeros en padecer lo que parece una caída global provocada por las últimas amenazas de Donald Trump de imponer aranceles y las preocupaciones de que la inflación se mantenga alta por más tiempo de lo esperado. La velocidad de los acontecimientos ha generado comparaciones con las consecuencias del desafortunado mini presupuesto de Liz Truss en 2022. Y aunque la estructura del mercado se ha fortalecido para prevenir una crisis de esa magnitud, la creciente carga de la deuda del Gobierno vuelve a ser una fuente de preocupación para los inversores. A ello se suman las declaraciones de Elon Musk, fundador de Tesla y aliado de Trump, asegurado que estudia cómo destituir al primer ministro británico, Keir Starmer, como primer ministro de Reino Unido antes de las próximas elecciones.

Matthew Ryan, jefe de estrategia de mercado en la firma de servicios financieros Ebury, comenta que se trata de una “condena en contra de las políticas fiscales laboristas, en particular, la de la subida de las cotizaciones sociales.” Ryan apunta que son sobre todo las empresas las que han advertido que dicho escenario provocará un aumento de los precios y un empeoramiento de las condiciones del mercado laboral. El experto apunta que la fuerte subida de las rentabilidades de la deuda británica se justifica dado que “la débil demanda de gilts aumenta el riesgo de recortes del gasto público o de nuevas subidas de impuestos, que no serían positivas para el crecimiento económico”. En esa misma línea se posiciona el banco suizo UBS, que explica que los gilts han perdido el atractivo en comparación con los bonos estadounidenses, y que ni siquiera el apetito local sacia las necesidades de endeudamientos británicas. Este escenario convulso, dice Ryan, deja a los activos británicos con una elevada prima de riesgo, por lo que no descarta que “la libra esterlina sufra más caídas.”

Vías de escape

Las tasas de interés más altas suelen hacer más atractiva una moneda. Pero esta caída de la libra puede ser el síntoma de una fuga de capitales. El mercado de opciones sugiere que la inestabilidad de la libra podría continuar, ya que cubrirse contra las fluctuaciones frente al dólar o el euro se ha encarecido desde las elecciones en EE UU. Según recoge la agencia Bloomberg, los operadores ahora son más pesimistas sobre la moneda del Reino Unido que hace dos años. La libra ha perdido el 3,21% de su valor respecto al dólar en el último año.

Para calmar las aguas, UBS destaca que se requiere confianza en dos niveles: en el Banco de Inglaterra y en la política fiscal. La confianza en una trayectoria que lleve hacia una reducción de la tasa de interés del Banco restauraría el carry— la diferencia entre el rendimiento que se obtiene de un activo y el costo de mantenerlo —y aliviaría las preocupaciones sobre las implicaciones fiscales de los altos costos de financiamiento.

UBS espera que una menor inflación ayude a proporcionar dicha confianza este año, aunque no lo ven “en el corto plazo”. De hecho, prevén que el IPC aumente al 2,7% interanual la próxima semana, desde el 2,6% actual. Una política fiscal más estricta en respuesta a la presión del mercado ayudaría a construir la confianza del mercado en una trayectoria de tasas más bajas. La Oficina de Responsabilidad Presupuestaria calcula que un aumento en 100 puntos básicos del financiamiento eleva el gasto en intereses en 16.000 millones de libras para 2029-30, por lo que el aumento de las tasas desde el presupuesto significa, “casi con certeza”, que el margen fiscal con respecto a la regla principal de estabilidad— que exige un superávit para 2029-30 y que, a partir de ese año, se mantenga en equilibrio o con un déficit no mayor al 0,5% del PIB —se pierda.

“La libra podría seguir siendo la válvula de presión preferida para los inversores ansiosos que se preocupan por las perspectivas de sus carteras en el Reino Unido”, dijo Valentin Marinov, jefe de estrategia de divisas del G10 en Crédit Agricole en Londres, a Bloomberg. “Los mercados están bastante nerviosos en este momento. Los operadores de divisas seguirán exprimiendo la volatilidad elevada de las divisas para lo que valga”, remachó.

Sobre la firma

Juan Pablo Quintero
Colombiano (1997). De Bogotá, con raíces caleñas. Psicólogo de la Pontificia Universidad Javeriana, con experiencia en el sector de la pequeña y mediana empresa (Pyme). Es redactor en la sección de Economía de El País-Cinco Días, donde cubre noticias de Mercados Financieros. Lector asiduo de Platón y de Gustavo Adolfo Bécquer en los tiempos libres.
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