La Bolsa china logra su mejor semana desde 2008 impulsada por los nuevos estímulos
Pekín anunció un plan para que las compañías cotizadas puedan recomprar sus propias acciones
La Bolsa china ha cerrado su mejor semana desde hace 16 años, impulsada por los planes anunciados por Pekín para apuntalar a las compañías cotizadas del país. El furor inversor desatado ha hecho incluso que fallen algunas órdenes de compra de acciones en Shangai. El índice CSI 300, que sintetiza la evolución de las mayores empresas chinas, ha terminado el viernes con una subida del 3,8%, lo que deja la revalorización semanal en el 15%, la mejor desde 2008. El índice Hang Seng de Hong Kong subió un 2,8% y suma un 12% en la semana, el mejor dato desde agosto de 2007.
El martes, el Banco Popular de China —el banco central del país— dio a conocer un plan específico para impulsar la renta variable, que incluye un fondo de financiación dotado de 800.000 millones de yuanes (102.000 millones de euros). Este dinero se podrá utilizar para dar préstamos a empresas que quieran recomprar sus propias acciones. También permitirá prestar dinero a instituciones financieras no bancarias, como aseguradoras, para comprar acciones locales.
Los programas de recompra de acciones son el revés de las ampliaciones de capital. Cuando una compañía saca de la circulación parte de sus propios títulos bursátiles, lo que hace es concentrar el capital en menos manos: los anteriores propietarios son dueños de una parte mayor de la empresa. Justo al revés de las ampliaciones de capital, en las que las acciones antiguas se diluyen. Estos programas de recompra de títulos, que son una alternativa al reparto de dividendos, suponen un catalizador del valor de las acciones.
La batería de estímulos anunciada por Pekín también incluye el recorte del tipo de interés de referencia, el del tipo hipotecario para viviendas existentes, una bajada del coeficiente de reservas de los bancos (lo que les permitirá dar más financiación) y el mencionado paquete especial destinado a animar el mercado bursátil. Entre las preocupaciones de la segunda economía del planeta se encuentra la larga digestión de la crisis inmobiliaria, el escaso crecimiento de consumo y un desempleo juvenil en auge. El objetivo es volver a tasas de crecimiento del PIB del 5%.
Estos paquetes de medidas han dado el pistoletazo de salida para que muchos inversores, que llevaban tiempo analizando la oportunidad de invertir, se pusieran a comprar acciones chinas. De hecho, el volumen de negociación del viernes en la Bolsa de Shangai duplicó los datos de las sesiones previas. Esto provocó fallos y retrasos en el procesamiento de órdenes, de acuerdo con la agencia Bloomberg. Nadie quiere quedarse atrás.
Con los mercados chinos cerrados la próxima semana por las vacaciones de la Semana Dorada, los inversores nacionales temen que el repunte continúe en Hong Kong mientras ellos están de vacaciones. David Chao, estratega de estratega de Invesco Asset Management, considera que este movimiento alcista no ha hecho más que empezar y que las acciones chinas “tienen otro 20% más de recorrido”.
Uno de los más entusiastas con lo sucedido en China es el multimillonario estadounidense David Tepper, famoso por sus inversiones en bonos basura. El fundador del hedge fund Appaloosa Management lleva tiempo con importantes posiciones en empresas chinas en su cartera, como Alibaba, pero ahora a empezado a comprar todo tipo de compañías. “Pensé que lo que la Reserva Federal hizo la semana pasada llevaría a China a relajarse, pero al final han sacado la artillería pesada”, explicaba el jueves en una entrevista en la CNBC. El inversor reconoció que están aumentando el peso de las acciones chinas en cartera.
“Estamos en un momento crucial para la economía china y su mercado de valores”, ha explicado al Financial Times Nicholas Yeo, jefe de acciones de China en Abrdn, quien dijo en una nota que el reciente recorte de tasas de interés de la Reserva Federal de Estados Unidos también sería un impulso de cola significativo para la Bolsa del país asiático.
El fuerte impulso de la Bolsa china se une al buen tono que presentan los mercados de acciones y bonos de casi todo el mundo. Wall Street marcó máximos históricos hace unos días, tras la fuerte bajada de tipos por parte de la Fed. El índice de referencia, el S&P 500, se ha revalorizado en el año un 21%, mientras que su equivalente europeo, el Stoxx 600 sube un 10% en el año. También Japón, y las Bolsas de países emergentes se anotan subidas de más del 12%.
La renta variable china lleva más de tres años en el ojo del huracán. Después de unos ejercicios brillantes, entre 2016 y 2020, cuando compañías como Baidu, Tencent o Alibaba asombraron al mundo con su potente expansión internacional, el mercado bursátil fue víctima de los propios problemas de la economía del país. Durante décadas, China basó su crecimiento en potenciar hasta el extremo sus exportaciones, para intentar así ir creando una nueva clase media. Sin embargo, el consumo interno siempre se ha resistido. Además, los estímulos públicos provocaron una auténtica burbuja en el sector inmobiliario, con grandes promociones de nueva construcción vacías y gigantes como el Evergrande, en quiebra.
Otro de los factores que ha lastrado a las cotizadas chinas ha sido el férreo control por parte del Gobierno y el Partido Comunista Chino, que ha limitado, por ejemplo, el máximo de horas que se pueden pasar en redes sociales o consumiendo videojuegos.