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No fue solo el ‘carry trade’: los analistas buscan nuevos focos de tensión en los mercados más allá de Japón

Citi, UBS y Goldman Sachs enfocan su preocupación en el yuan, la moneda china que también era utilizada para este tipo de inversiones

Signos del yuan chino y del dólar estadounidense en una casa de cambio en Shanghái, China
Signos del yuan chino y del dólar estadounidense en una casa de cambio en Shanghái, ChinaALY SONG (Reuters)
Leandro Hernández

Son tiempos de victimismo crónico. La pulsión por encontrar rápidamente a un único culpable del último ‘lunes negro’ encontró en el ‘carry trade’ un villano perfecto. Esta estrategia de inversión — tomar préstamos a tasas bajas en un país para financiar la compra de activos en otras geografías — aprovechaba la depreciación del yen japonés para invertir en las grandes tecnológicas y otros activos de mayor riesgo, dos de las grandes víctimas de la sacudida financiera. El circulo de responsabilidades parecía cerrarse allí, pero, ya sea por encontrar nuevos culpables o quizás para protegerse de nuevas turbulencias, los analistas están a la caza de nuevos focos de tensión. La primera respuesta parece estar a pocos kilómetros, también en el mercado asiático: las maniobras con la moneda china, el yuan, son ahora motivo de preocupación en Wall Street.

El informe de empleo del pasado viernes, que señala que la tasa de paro creció por cuarto mes consecutivo en EE UU, fue el gran catalizador para poner en duda la confianza, hasta hace poco ilimitada, en el futuro de las empresas tecnológicas. Desde comienzos de julio, los siete magníficos se dejan 2,47 billones de euros de capitalización ante la huida de los inversores. “No creemos que el desmantelamiento del ‘carry trade’ haya sido una razón importante para la caída del mercado de acciones estadounidenses”, señala un análisis de Citi Research. Para el equipo de este banco estadounidense, la compra de activos volátiles en la Bolsa norteamericana “no suelen financiarse mediante préstamos en yenes”, a la vez que apuntan que el desmontaje de estas operaciones ocurrieron ya hace muchas semanas. Con todo, el epicentro del terremoto del lunes fue Tokio, con una histórica caída de la Bolsa.

Algo similar apuntan desde UBS. “El término ‘carry trade en yenes’ se está usando con demasiada flexibilidad”, afirman en un informe publicado este miércoles. La entidad helvética apunta a que las posiciones cortas en yenes alcanzaron los 1.100 millones de dólares a finales de junio pero la mayoría de ellas —hasta el 60%, aseguran — se deshicieron a mediados de julio, después de que la moneda tocara su mínimo ante el dólar estadounidense. Incluso, los analistas estiman que el resto de los bajistas ya liquidaron sus posiciones esta semana. Al mismo tiempo, critican que los préstamos de la banca japonesa a inversores extranjeros, que alcanzan los 463.000 millones de dólares, no pueden considerarse simplemente como ‘carry trade’ sino que son probablemente inversiones estratégicas a largo plazo y “es poco probable que se vendan de manera significativa”.

Los analistas de Citi no escapan a la tentación de encontrar un culpable, pero apuntan en este caso a las expectativas de una recesión en Estados Unidos como el verdadero motivo del pánico entre los inversores. Cuando hay temor a una desaceleración, explican los economistas, los tipos de interés suelen bajar, lo que a la vez fortalece al yen japonés. Al mismo tiempo, estas previsiones hacen que los precios de los títulos en Wall Street bajen. “El problema es que el cambio de perspectivas sobre la economía norteamericana afecta tanto a las estrategias de ‘carry’ como a la renta variable, en lugar de que los inversores que han sido perjudicados en ‘carry’ se vean ahora obligados a vender acciones estadounidenses”, apuntan.

La venta de activos denominados en yenes también permite comprender el hundimiento de la Bolsa japonesa, que el lunes vivió su peor jornada en 37 años con una caída del Nikkei de 12,4%. Según Citi Research, las ganancias de las empresas japonesas dependen mucho de un yen débil, después de 25 años de tipos de interés cercanos al 0%. Las empresas exportadoras y la banca se benefician de esta debilidad frente al dólar, ya que permite combatir la deflación y fortalecer sus ingresos. La subida del yen agudizó, así, la caída del índice.

¿Libre de riesgos?

“Las diferencias de tasas siguen siendo elevadas, pero el choque de volatilidad debería ahora descartar de manera duradera las estrategias de carry”, pronuncian en su análisis del miércoles el equipo de Société Générale. El fin del atractivo de esta estrategia no impide que los riesgos sigan ahí. “En lugar de posiciones cortas en yenes, la forma de financiamiento más popular ha sido probablemente el yuan. La razón es que la moneda china también se vio envuelto en las operaciones populares de Trump”, apuntan desde Citibank. Las tensiones geopolíticas y la amenaza de aranceles altos llevaron al mercado a la expectativa de una fortaleza del dólar frente al yuan, lo que podía traducirse en cuantiosas ganancias,

Hasta 2023, los mismos nombres que ahora dan la señal de alerta, como Goldman Sachs y Citigroup, recomendaban el yuan como una alternativa interesante para financiar la compra de activos más riesgosos. Como ejemplo, los estrategas de Goldman Sachs recomendaban financiar las compras de reales y pesos colombianos con yuanes, aprovechando que la moneda china estaba en su nivel más bajo en 16 años.

Pese a las últimas jornadas, marcadas por la volatilidad, el yuan ha caído un 0,5% frente al dólar en lo que va del año y se encuentra bajo fuerte presión desde 2023. Desde Goldman Sachs apuntan a otros dos factores locales que hacen atractivo el yuan para los inversores del ‘carry trade’: la demanda interna en China sigue siendo débil y la expectativa del mercado es que el banco central chino siga relajando la política monetaria, que se mantiene actualmente en el 3,35%. En julio, las autoridades locales recortaron los tipos después de que las cifras de crecimiento económico en el segundo trimestre fueran más bajas de lo esperado.

En una reunión el pasado jueves, antes del lunes negro, el Banco Popular de China (PBOC) aseguró que “mantendrá la estabilidad básica” del tipo de cambio y recordó su compromiso “prevenir resueltamente el riesgo de una sobrerreacción” ante los cambios en la política monetaria. El regulador controla estrictamente el comercio de su moneda fuera y dentro del país, a diferencia de lo que sucede en el resto de las economías capitalistas. Esto no impide, sin embargo, el impacto de las tendencias globales. “El yuan está atrapado en las tendencias globales y probablemente seguirá reaccionando principalmente a noticias externas”, apunta Roman Ziruk, analista senior de Mercados de Ebury.

Además, la ralentización de la economía y el desplome del sector inmobiliario, han generado que los grandes inversores eviten la renta variable china, e inviertan sus yuanes en otros mercados más alejados.

Las señales de calma de la autoridad monetaria no han impedido la preocupación del mercado e incluso las alertas por parte de los analistas más dramáticos. “La próxima víctima del carry trade podría ser el yuan,” dijo Khoon Goh, jefe de Investigación de Asia del banco australiano ANZ a la cadena de televisión CNBC el miércoles. Las próximas jornadas decidirán si Goh sigue la estela de Marko Kolanovic, exjefe de estrategia global para JP Morgan, o si se trata de un comentario catastrófico más.

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Sobre la firma

Leandro Hernández
Periodista económico. Interesado en entender más de criptoactivos, transformación digital y energía. Se incorporó a este periódico en 2022 después de haber trabajado en diferentes países de América Latina y en Estados Unidos. Estudió Relaciones Internacionales en la Universidad Torcuato Di Tella (Argentina), y el Máster de Periodismo UAM-El País.
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