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La Bolsa japonesa se hunde en su peor jornada en 37 años

El Nikkei 225 se desploma un 12,4% y el Kospi surcoreano registra las mayores caídas desde la crisis ‘subprime’

Un hombre reflejado en paneles de la Bolsa de Tokio, en Japón.
Un hombre reflejado en paneles de la Bolsa de Tokio, en Japón.Issei Kato (REUTERS)

Los mercados financieros de Asia han vivido este lunes una jornada marcada por la venta masiva de acciones, que ha afectado gravemente a los índices bursátiles de la región. El más afectado ha sido el Nikkei 225, el índice de referencia de la Bolsa de Tokio, que se ha desplomado un 12,4% al cierre de la sesión, su segunda mayor caída en 37 años. El Nikkei, que agrupa a los 225 títulos más representativos del mercado nipón, se ha visto arrastrado no solo por los crecientes temores de una posible recesión en Estados Unidos, sino también por el reciente fortalecimiento del yen tras la última subida de los tipos de interés del banco central japonés. Esta caída ha tenido réplicas importantes en el resto de los parqués asiáticos, con los índices de Corea del Sur y Taiwán llegando a sufrir pérdidas superiores al 10% en algunos momentos.

El Nikkei ha comenzado la semana con pérdidas de 4.451,28 puntos con respecto al cierre del viernes, su mayor caída en puntos de la historia, incluso más pronunciada que la del 20 de octubre de 1987, conocido como Lunes Negro, cuando perdió 3.836,48 puntos. Entonces, su depreciación en términos porcentuales fue del 14,9%.

Evolución del yen frente al dólar en 2024

La renta variable de Japón lideró la caída del mercado. El desplome de los rendimientos de los bonos, que amenaza con reducir los ingresos por intereses de los prestamistas, desencadenó un desplome récord de las acciones de los tres principales bancos del país: Mitsubishi UFJ Financial Group, Mizuho Financial Group y Sumitomo Mitsui Financial Group. En solo dos días de negociación, el trío ha visto disminuir su valor de mercado en aproximadamente 12 billones de yenes (71.000 millones de euros). Adicionalmente, el desplome del Nikkei, que ha registrado una caída del 27% desde su máximo del 11 de julio, ha amplificado la crisis. Desde ese pico, el Nikkei ha perdido 113 billones de yenes (672.800 millones de euros) en capitalización.

La situación se ha visto exacerbada desde el miércoles de la semana pasada, cuando el Banco de Japón anunció su segunda subida de los tipos de interés de referencia a corto plazo en lo que va de año, situándolos del 0,1% hasta el 0,25%. Las citadas subidas, que han puesto fin a décadas de una política monetaria ultraflexible con tipos de interés negativos, han desencadenado una fuerte apreciación del yen frente al dólar, una tendencia que perjudica a los grandes exportadores nipones al reducir el valor de sus beneficios en el extranjero. Este lunes, la divisa japonesa se ha revalorizado hasta su nivel más alto con respecto al dólar desde el 3 de enero: un dólar equivale a 142.3 yenes; el 3 de julio, un dólar equivalía a 161.6 yenes.

En consecuencia, desde el jueves, el precio de las acciones en la Bolsa tokiota ha estado a la baja, lo que ha provocado, a su vez, una caída del parqué. Ese día, el Nikkei sufrió un retroceso del 3,5% al cierre de sesión, al que siguió otro del 5,8% el viernes.

Desde el banco holandés ING comentan que el fuerte retroceso está relacionado con el fin de la estrategia de inversión carry trade, es decir, tomar dinero prestado en una divisa con una tasa de interés baja (en este caso, el yen) e invertirlo en una moneda con mayor rendimiento, con el objetivo de beneficiarse de la diferencia entre ambas tasas de interés. “En los últimos meses, esta estrategia se ha topado con un muro”, apunta Chris Turner, jefe de estrategia de tasa de cambio, y Dmitry Dolgin, economista jefe de ING. No obstante, desde el banco de inversión japonés Nomura consideran que los inversores extranjeros están vendiendo sus participaciones debido a preocupaciones globales. “La caída no se debe a razones específicas de Japón”, insiste Naka Matsuzawa, director de estrategias de Nomura Securities, quien opina que los mercados están “aun tratando de encontrar el fondo”.

De hecho, otras regiones de Asia-Pacífico también han visto sus mercados teñidos de rojo en la apertura semanal. Los analistas creen que se han visto afectadas por la ralentización con la que cerró Wall Street la semana pasada, a raíz de un preocupante informe sobre la situación del mercado laboral estadounidense en el mes de julio, que ha hecho sonar las alarmas de recesión. La tasa de desempleo se encuentra en el 4,3%, el dato más alto desde octubre de 2021, y los inversores temen que el recorte de los tipos interés que se espera que aplique la Reserva Federal estadounidense en septiembre llegue demasiado tarde.

Con este telón de fondo, el mercado de valores de Corea del Sur registró este lunes su peor sesión desde la crisis financiera mundial de 2008, y se ha visto obligada a suspender momentáneamente las negociaciones por primera vez en cuatro años. Su índice bursátil de referencia, el Kospi, cerró con una bajada del 8,77%, la mayor caída porcentual desde el 24 de octubre de 2008; en algunos momentos de la jornada ha llegado a hundirse hasta un 10,8%. Por su parte, en Taiwán, el Taiex cerró con una bajada del 8,35%, el mayor descenso en términos porcentuales para el principal índice de la Bolsa de Taipéi en una sola sesión de su historia.

Algunas de las empresas que más pérdidas han experimentado son tecnológicas: en el parqué taiwanés, los títulos del gigante de los semiconductores TSMC perdieron un 9,75%, y los de Hon Hai (Foxconn), ensamblador de numerosos productos de Apple, retrocedieron un 9,92%. Mientras, en Seúl, las acciones de Samsung, el mayor fabricante mundial de teléfonos y televisores, cayeron un 10,3%, y las de la compañía de chips SK Hynix se depreciaron un 9,87%.

En Australia, el All Ordinaries ha cerrado con pérdidas del 3,81%, y en el Sudeste Asiático, el Straits Times de Singapur ha caído un 4,07%, mientras que los parqués de Filipinas, Tailandia y Malasia han cerrado con bajadas del 2,58%, 2,93% y 4,63%, respectivamente.

Los retrocesos han sido menos pronunciados en las bolsas de Hong Kong, Shanghái y Shenzhen: el Hang Seng hongkonés ha caído un 1,46%, el SSE Composite shanghainés un 1,54%, mientras que el SZSE Component de Shenzhen lo ha hecho en un 1,85%.

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