Intel firma la peor sesión de su historia: desplome del 26% en Bolsa, pérdidas de 2.091 millones y 15.000 despidos anunciados
El fabricante estadounidense de chips también ha defraudado al mercado en sus previsiones futuras
Con los mercados estadounidenses cerrados, el pasado jueves Intel presentó sus resultados de la primera mitad del año. Las cifras que entregó el fabricante de chips, sus poco optimistas previsiones para el futuro, los problemas en algunos de sus modelos de CPU y un plan de recorte de costes que se traducirá en el despido de 15.000 empleados son los ingredientes que han provocado que Intel haya vivido este viernes la peor sesión en Bolsa de su historia. En concreto, Intel se ha desplomado un 26,06% borrando con ello más de 32.000 millones de dólares de valor de mercado. Según el registro de variaciones intradía de Bloomberg, cuya base estadística se remonta a 1982 en el caso de Intel, la firma nunca había recibido un castigo tan grande en una única sesión. Hasta ahora, la mayor debacle era la que afrontó en septiembre del año 2000, en plena crisis puntocom, cuando la compañía bajó un 22,03%. Tal y como atestigua la magnitud del descenso de este viernes, Intel, la empresa que otrora dominó la industria de los semiconductores, afronta momentos de gran dificultad.
Las cuentas del gigante tecnológico no son buenas. Según la comunicación que Intel remitió al supervisor de los mercados estadounidenses, tuvo unas pérdidas de 2.091 millones de dólares durante la primera mitad de este año, una herida un 61,46% más profunda que los 1.295 millones de dólares que se dejó en el mismo periodo de 2023. La comparativa trimestral es aún más sangrante. Si en el segundo trimestre de 2023 Intel obtuvo unos beneficios de 1.473 millones de dólares, en el segundo trimestre de este año, ha pasado a dejarse 1.654 millones de dólares.
Los ingresos crecieron durante el primer semestre un 3,62% hasta 25.557 millones de dólares. Con unos costes de producción de 15.793 millones de dólares, 8.621 millones de dólares dedicados a I+D, 2.885 millones de dólares invertidos en marketing y 1.291 millones reservados para, entre otras cosas, múltiples litigios que la compañía enfrenta, los números no cuadran.
La huella de las inversiones en las cuentas evidencia que Intel está luchando para no quedarse atrás frente a los otros gigantes del sector de los semiconductores, pero aun así, la competencia le está ganando la batalla. Según recoge Bloomberg, Nvidia ya más que duplica las ventas trimestrales de Intel. AMD, en su día una compañía cuestionada en este segmento, vale 100.000 millones de dólares más en Bolsa y TSMC es reconocida globalmente como la reina mundial de la producción de semiconductores.
Aprovechando la mayor preocupación por asegurar las cadenas de suministro de componentes críticos que llegó a Estados Unidos y a la Unión Europea a raíz de las sucesivas ondas de choque que golpearon al comercio mundial en los últimos años, Intel anunció un ambicioso plan de construcción de fundiciones de chips en Europa y Estados Unidos. Esta división tampoco termina de carburar. Las fábricas han aportado unos ingresos de 8.700 millones de dólares, 300 millones menos que en el mismo periodo comparable del año pasado. En cambio, las pérdidas operativas crecieron hasta los 5.300 millones de dólares desde los 4.200 millones de dólares que restaron en el primer semestre de 2023.
Más allá de las cuentas de los pasados meses, otro motivo de gran preocupación entre el mercado han sido las previsiones que Intel ha desvelado de cara a este tercer trimestre. La empresa estima que las ventas se situaran en la horquilla de entre 12.500 y 13.500 millones de dólares. Los analistas esperaban 14.380 millones de dólares de ingresos de media. A todo este cúmulo de problemas, se le suma que algunos de los productos de Intel, en concreto los procesadores de 13 y 14 generación, están experimentando fallos, según informa la prensa especializada. Los usuarios sufren bloqueos y reinicios del sistema de forma inesperada. Para afrontar esta tormenta, Intel ha anunciado un plan que incluirá el despido de 15.000 personas.
15.000 despidos anunciados
En la presentación de los resultados, Intel comunicó un plan para recortar costes que contempla despedir al 15% de su plantilla, aproximadamente, 15.000 personas. Además, la empresa dejará de pagar dividendos a sus accionistas a partir del cuarto trimestre de este año, una suspensión que mantendrá al menos hasta “que los flujos de caja mejoren”. Intel había pagado dividendos de forma ininterrumpida desde el año 1992.
“No me hago ninguna ilusión sobre que el camino que nos queda por delante será fácil de recorrer”, afirmó el CEO de Intel, Pat Gelsinger, en una comunicación dirigida a sus empleados. “Vosotros tampoco deberíais”, advirtió antes de catalogar estas medidas como “algunos de los cambios más profundos que ha vivido Intel en toda su historia”.
Con todo, Gelsinger se muestra confiado en que Intel está en la senda correcta en lo que a largo plazo se refiere. Argumenta que la vital ala de fabricación de chips va camino de coger el pulso y atraer clientes externos, justificando así las plantas cuya construcción Intel anunció en el pasado. Gelsinger cree que Intel está terminando de pagar la factura de mantenerse competitiva en la industria y que ahora, tendrá que centrarse en arreglar sus finanzas.
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