Las actas de la Reserva Federal corroboran que no hay prisa por bajar los tipos de interés en EE UU
Algunos miembros del banco central piden estar vigilantes con la evolución del mercado laboral para actuar si se debilita
La fotografía retrospectiva de la última reunión de política monetaria de la Reserva Federal no aporta grandes novedades con respecto a lo que trascendió hace tres semanas. Las actas de aquella reunión reflejan cierta división acerca de cuánto tiempo mantener los tipos de interés más altos en 23 años. En general, el mensaje es el mismo que viene reiterando el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, desde hace meses: no hay prisa por abaratar el precio del dinero. Para empezar los recortes no basta un buen dato aislado de precios, sino que el banco central necesita tener una mayor confianza en que la inflación se dirige de forma sostenible hacia el objetivo de estabilidad de precios del 2%.
Las actas de la reunión del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) del 11 y el 12 de junio, publicadas este miércoles, reflejan que mientras “algunos” miembros subrayaron la necesidad de paciencia, “varios” participantes destacaron específicamente que un mayor debilitamiento del mercado laboral podría generar un mayor aumento del desempleo. En general, “subrayaron que no esperaban que fuera apropiado reducir el rango objetivo para el tipo de los fondos federales hasta que hubiera surgido información adicional que les diera una mayor confianza en que la inflación” va por buen camino hacia su objetivo del 2%, la misma idea que figura desde hace meses en el comunicado de cada reunión.
En aquella reunión, la Reserva Federal mantuvo los tipos de interés en el rango del 5,25%-5,5%, el más alto en 23 años, que se mantiene desde julio del año pasado ante la persistencia de la inflación. Los miembros del banco central actualizaron sus proyecciones macroeconómicas y la mediana de esas previsiones apunta a solo una rebaja de tipos de 0,25 puntos hasta fin de año, hasta el rango del 5%-5,25%, frente a las tres que se esperaban en marzo, aunque hubo miembros que pronosticaron dos recortes y otros que no esperaban ninguno. Para 2025, la mediana apunta a que los tipos bajarán un punto, hasta el 4,00%-4,25%, y en 2026 otro punto más, hasta el 3,00-3,25%.
Aun así, los inversores esperan un primer recorte de tipo sde la Reserva Federal en la última reunión del verano, el 17 y 18 de septiembre, según se desprende de la herramienta CME Fedwatch, que asigna a ese escenario una probabilidad implícita en las cotizaciones de mercado mayor de dos tercios.
Según las actas, varios responsables mantuvieron su disposición a subir los tipos de interés en caso de que la inflación siga siendo elevada, algo que también se repite reunión tras reunión, pero que para nada parece el escenario central. “Los participantes señalaron la incertidumbre asociada a las perspectivas económicas y a cuánto tiempo sería apropiado mantener una política restrictiva”, según las actas. Tras una serie de datos a principios de 2024 que indicaban un estancamiento en el avance de la inflación, el panorama ha empezado a mejorar. La medida de inflación subyacente preferida por la Reserva Federal, que excluye los precios de los alimentos y la energía, registró en mayo su menor avance en seis meses.
Las actas muestran una creciente cautela sobre el mercado laboral, ya que los riesgos para alcanzar sus objetivos de empleo e inflación se han equilibrado mejor. Aunque la economía de Estados Unidos sigue creando empleo a buen ritmo, la tasa de paro ha aumentado en los últimos meses.
“Varios participantes señalaron que la política monetaria debería estar preparada para responder a una debilidad económica inesperada. Varios participantes subrayaron específicamente que, con la normalización del mercado laboral, un mayor debilitamiento de la demanda podría generar ahora una mayor respuesta del desempleo que en el pasado reciente, cuando la menor demanda de mano de obra se dejaba sentir relativamente más a través de un menor número de ofertas de empleo”, dicen las actas.
El mercado espera con atención los datos de empleo de junio, que se publicarán este viernes. Se espera una creación de 190.000 puestos de trabajo no agrícolas y que la tasa de desempleo se mantenga estable. En mayo se crearon 272.000 puestos, pero la tasa de paro subió al 4,0%.
El impacto migratorio
Durante la reunión hubo también debate sobre el impacto de la inmigración en el mercado laboral. Muchos participantes señalaron que la oferta de mano de obra se había visto impulsada por el aumento de las tasas de actividad y por la inmigración. Algunos señalaron que era poco probable que la inmigración continuara al ritmo de los últimos años. Sin embargo, varios opinaron que, dado que los inmigrantes recientes se están incorporando gradualmente a la población activa, es probable que la inmigración anterior siga aumentando la oferta de mano de obra.
Unos pocos participantes observaron que el aumento de la participación en la población activa sería ahora probablemente limitado, por lo que no constituiría una fuente importante de oferta adicional de mano de obra. Al considerar los datos recientes sobre nóminas, algunos observaron que, aunque el aumento de las nóminas había seguido siendo fuerte, el aumento mensual del empleo coherente con el equilibrio del mercado laboral podría ser ahora mayor que en el pasado debido a la inmigración. Varios participantes también sugirieron que la encuesta de empresas podría haber exagerado el aumento real del empleo. La encuesta a los hogares ha dado cifras menores de forma sistemática a lo largo del último año.
También hubo debate acerca de los efectos restrictivos de la política monetaria. “Algunos señalaron que la continua fortaleza de la economía, así como otros factores, podrían significar que el tipo de interés de equilibrio a largo plazo fuera más alto de lo que se había evaluado anteriormente, en cuyo caso tanto la orientación de la política monetaria como las condiciones financieras generales podrían ser menos restrictivas de lo que podría parecer”, según las actas.
Los responsables de la política monetaria apuntaron en junio que el tipo de interés neutral a largo plazo, que describe una orientación de la política monetaria que ni impulsa ni frena la economía, había subido al 2,8%, en lugar del 2,6% anterior.
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