El BCE activa el recorte de tipos pero rehúye el control de crucero
La falta de mensajes sobre la velocidad de los descensos inquieta a los economistas. El consenso prevé otros dos recortes este año y que las tasas bajen en 100 puntos básicos a lo largo de 2025
Con la inflación de la zona euro embridada, que no controlada del todo, el Banco Central Europeo ha activado el esperado recorte de los tipos de interés. La institución no se ha salido de su hoja de ruta y ha rebajado en 25 puntos básicos las tasas rectoras poniendo así fin a su nivel más alto desde 2001.
Digerido en el mercado el revuelo inicial provocado por el incremento de sus previsiones de inflación para este año y 2025 –de dos décimas pero suficiente para retrasar el objetivo del 2% a 2026–, economistas y analistas centran ahora sus cábalas en cuál será la velocidad que tomará el BCE para continuar con los recortes. “La atención se centra ahora en el futuro ritmo de la relajación, que sigue siendo incierto”, apunta Azad Zangana, Economista y Estratega Senior para Europa de Schroders. Christine Lagarde, su presidenta, se mostró inflexible en su comparecencia del jueves y no se comprometió con el ritmo de los futuros descensos, incidiendo en que el camino aún está repleto de baches y que la institución irá analizando dato a dato.
“Aunque el Consejo de Gobierno ha rebajado algo su altitud de crucero, el flujo de datos de los próximos meses decidirá la velocidad a la que el BCE eliminará restricciones adicionales. Mientras tanto, esperamos que la política siga siendo restrictiva y que las decisiones se tomen reunión por reunión, siendo poco probable que el BCE se comprometa de antemano con una senda de tipos concreta”, estima Konstantin Veit, gestor de carteras de Pimco.
Con el botón del control de crucero desactivado, los analistas dan por descartado un nuevo descenso en la cita de julio y apuestan por que las nuevas bajadas llegarán en las reuniones en las que BCE presente nuevas proyecciones económicas. Esto es, en septiembre y diciembre. “Aunque es improbable que se produzcan recortes de tipos consecutivos, el BCE tiene mucho margen para sorprender a los inversores cautelosos”, reconoce el experto de Schroders.
El consenso del mercado vaticina que el banco central ejecutará este año otros dos recortes y otros tres en 2025. Si bien todavía hay firmas como Moody’s que apuestan por un movimiento más agresivo este ejercicio y visualizan tres descensos. John Plassard, senior investment specialist de Mirabaud WM, añade además que “cabe suponer que no se tomará ninguna decisión antes de septiembre, y que Jackson Hole volverá a proporcionarnos más información al respecto”. El tradicional simposio de banqueros centrales, que se celebrará este año entre el 22 y el 24 de agosto, volverá a ser un año más un escenario clave para conocer el guion a seguir en los siguientes meses por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos y el BCE. En el caso de la Fed, la temática de la intervención de su presidente Jerome Powell ya ejerce de avanzadilla: “Reevaluación de la eficacia y transmisión de la política monetaria”.
Menor visibilidad ha mostrado el Consejo de Gobierno del BCE sobre la trayectoria de las tasas rectoras en 2025. El escenario base de UBS, que mantiene sin cambios, pasa por un recorte de 100 puntos básicos el próximo año, “lo que llevaría el tipo de depósito al 3,25% a finales de 2024 y al 2,25% a finales de 2025″. Ahora bien, comentan, “vemos un riesgo de que el BCE recorte los tipos en menos de 100 puntos básicos el próximo año”. En cambio, desde Bank of America estiman que una inflación persistente por debajo del objetivo que “acabará empujando (dando sensación de urgencia) a acelerar el ciclo de recortes más de lo que esperan actualmente”.
El elefante en la habitación es ahora cuándo ejecutará la Reserva Federal el primer recorte de las tasas, descartado ya por el mercado que pueda llegar la próxima semana. “El BCE probablemente esté siguiendo de cerca los movimientos de las divisas y quizá quiera esperar un poco más, ya que las incertidumbres al otro lado del Atlántico siguen siendo elevadas”, comentan Hugo Le Damany y François Cabau, economista y economista senior para la eurozona de AXA Investment Managers, que estiman que el “enfoque ultraprecautorio” utilizado este jueves por Lagarde no era necesario: “Nos cuesta entender la razón para no proporcionar ninguna orientación futura para las reuniones a corto plazo. Esto probablemente confirma que la decisión no ha sido consensuada, sino que resulta de un compromiso alcanzado con anterioridad”.
Por lo pronto el mercado laboral de EE UU sigue dando señas de fortaleza. En mayo generó 272.000 nuevos puestos de trabajo no agrícolas en mayo, según las cifras difundidas este viernes por la Oficina de Estadísticas Laborales, dependiente del Departamento de Comercio. La cifra supera todas las previsiones y manda un nuevo mensaje de aterrizaje suave de la economía estadounidense, lo que vuelve a alejar el recorte de tipos o, incluso, ponerlo en cuarentena.
La inquietud mostrada por Lagarde sobre el comportamiento de los salarios y su impacto en la inflación es visto, por otra parte, como una de las principales trabas para la consecución de última milla de la inflación. La presidenta del BCE apuntó que algunos indicadores ya muestran que el crecimiento de los salarios se empieza ya a estabilizar y sugirió que estará normalizado en 2026. Más allá, en Pimco inciden en la incertidumbre sobre los márgenes de beneficios empresariales y la productividad, el gran lastre, este último de las empresas europeas, que no tiene visos de mejorar.
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