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Las actas de la Reserva Federal muestran dudas sobre si la política monetaria es lo bastante restrictiva

El banco central mantiene el mensaje de que puede ser necesario mantener los tipos altos más tiempo del previsto

El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, en la rueda de prensa posterior a la reunión del Comité Federal de Mercado Abierto del pasado 1 de mayo.
El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, en la rueda de prensa posterior a la reunión del Comité Federal de Mercado Abierto del pasado 1 de mayo.Kevin Lamarque (REUTERS)
Miguel Jiménez

La Reserva Federal lleva la política monetaria como un conductor en mitad de la niebla. No está muy claro el camino a seguir. Busca cada señal de la carretera (cada dato de inflación, las cifras de empleo...) para tratar de orientarse. La publicación este miércoles de las actas de la última reunión de su comité de política monetaria, del 30 de abril y el 1 de mayo, confirman que el banco central no tiene ninguna prisa por bajar los tipos de interés. Esa mirada al retrovisor de lo que ocurrió hace tres semanas muestra que los responsables del comité tienen dudas de que la política monetaria sea lo suficientemente restrictiva y de que los tipos altos estén teniendo el efecto deseado.

Según las actas, aunque la política monetaria se considera restrictiva, “muchos participantes comentaron su incertidumbre sobre el grado de restricción”. Estos participantes consideraban que esta incertidumbre provenía de la posibilidad de que los elevados tipos de interés estuvieran teniendo efectos menores que en el pasado, de que los tipos de interés de equilibrio a largo plazo fueran más elevados de lo que se pensaba o de que el nivel del producto potencial fuera inferior al estimado. “No obstante, los participantes consideraron que la política monetaria seguía estando bien posicionada para responder a la evolución de la situación económica y a los riesgos para las perspectivas”, añade el documento desvelado este miércoles.

Los participantes debatieron la posibilidad de mantener los tipos altos durante más tiempo en caso de que la inflación no mostrara signos de avanzar de forma sostenible hacia el 2% o de rebajarlos en caso de un debilitamiento inesperado de las condiciones del mercado de trabajo. “Varios participantes se mostraron dispuestos a endurecer aún más la política monetaria en caso de que los riesgos para la inflación se materializaran de forma que tal medida resultara apropiada”, dicen las actas, aunque ese movimiento se considera poco probable.

Tras la última reunión de política monetaria, la Fed insistió en esos mismos mensajes. Dijo que necesita tener una mayor confianza en que la inflación se dirige hacia el objetivo del 2% antes de empezar a bajar el precio del dinero. El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, subrayó la “falta de progreso adicional” en ese sentido. “Es probable que ganar esa mayor confianza lleve más tiempo de lo previsto. Estamos dispuestos a mantener el actual rango objetivo para el tipo de los fondos federales durante el tiempo que resulte apropiado”, explicó, algo que recogen también las actas. Powell ya había ido anticipando ese mensaje en intervenciones anteriores y el mercado lo esperaba. Por eso, aunque el tono se endureció con respecto a la reunión de política monetaria de marzo, los inversores celebraron el hecho de que prácticamente descartase la posibilidad de una subida. Ahora, las actas muestran que algunos de los miembros del comité están abiertos a esa posibilidad, algo que, por otra parte, han manifestado en intervenciones públicas recientes.

Todos los ojos están puestos ahora en la reunión de los próximos 11 y 12 de junio, en la que los miembros del comité de política monetaria publicarán además sus previsiones sobre crecimiento, paro, inflación y, singularmente, sobre dónde creen que deberán situarse los tipos de interés oficiales a final de año. Las cosas han cambiado muy rápido desde la reunión de marzo, en que la opinión mayoritaria era que hasta fin de año habría un recorte de 0,75 puntos en los tipos de interés de los fondos federales, lo que el mercado traducía como tres hipotéticos recortes de 0,25 puntos. Los malos datos de inflación de marzo bastaron para echar por tierra esos pronósticos.

Ahora se da por hecho que la Fed mantendrá el precio del dinero en junio y julio en el rango del 5,25%-5,5%, su máximo en 23 años, que sigue sin cambios desde julio del año pasado. Las cotizaciones de los futuros muestran al mercado dividido sobre la posibilidad de que haya un primer recorte de tipos en septiembre. Ahora mismo, el mercado lo considera la opción más probable, pero sin demasiada confianza, según los datos de CME Watch. Hay una gran división en el mercado con respecto a la posibilidad de una segunda rebaja en diciembre (sin dar por segura la primera). Lo que no se contemplan, a tenor de las probabilidades implícitas en las cotizaciones, son subidas de los tipos. El mejor dato de inflación de abril, posterior a la última reunión de la Fed, aleja ese escenario que ya Powell veía muy improbable.

Jerome Powell estableció la costumbre de comparecer en rueda de prensa después de cada reunión del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC). Sus antecesores solían comparecer una vez cada trimestre. En las reuniones en que el banco central se había limitado a emitir su escueto comunicado sin dar más explicaciones, la publicación de las actas tres semanas después aportaba mucho color, muchos matices, para interpretar la posición de los responsables de la política monetaria. Con Powell, prolijo en las argumentaciones posteriores a cada reunión, las actas suelen deparar pocas sorpresas. Además, en un punto de inflexión como el actual, van por detrás del mercado.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.
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