La Reserva Federal se planta y esperará acontecimientos antes de mover ficha
Powell confirmará este miércoles que las perspectivas de rebajas de tipos se han enfriado con los últimos datos de inflación
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, se prepara para enseñar las garras este miércoles. Hace solo mes y medio, la mayoría de los miembros del comité de política monetaria del banco central de Estados Unidos aún pronosticaban tres rebajas de los tipos de interés de 0,25 puntos hasta fin de año. Eso era compatible con un recorte cada trimestre a partir de junio, pero todo cambió con el dato de inflación de marzo. Las rebajas de tipos se han alejado y los inversores lo han asumido. El higher for longer, tipos más altos durante más tiempo, lema que marca su discurso desde hace un año, está más vivo que nunca, y los inversores esperan pistas para orientarse.
De lo que nadie tiene duda es de que los tipos de interés se mantendrán en el nivel del 5,25%-5,50% tras la reunión de este martes y miércoles del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC). Es el tipo más alto en los últimos 23 años, fue fijado en julio del año pasado y se han mantenido sin cambios en otras cinco citas posteriores del FOMC. La intención de Powell es plantarse, esperar y ver. Ya dijo hace unas semanas que no había ninguna prisa por empezar a bajar tipos y en la reunión de marzo dejó claro que necesitará estar muy convencido antes de mover ficha.
Descartado un movimiento, toda la atención del mercado estará este miércoles en los cambios en el comunicado de la reunión y en el contenido y el tono de las palabras de Powell en la rueda de prensa. Secundariamente, también se espera que el banco central frene el ritmo de reducción de su balance para prevenir tensiones en el mercado monetario.
Powell, en realidad, ya ha anticipado por dónde irá su mensaje. “Los datos recientes no nos han dado claramente una mayor confianza” en que la inflación se dirija de forma sostenible hacia el objetivo de estabilidad de precios del 2%, indicó hace dos semanas en un acto paralelo a las reuniones de primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI). Al revés, hay indicios “de que es probable que se tarde más de lo esperado en lograr esa confianza”, añadió.
“Creemos que la política está bien situada para manejar los riesgos que encaramos”, dijo, pidiendo más tiempo para que la política restrictiva funcione y dejar que los datos marquen el camino a seguir. Sus comentarios se interpretaron como que no habrá rebajas de tipos inminentes, pero también parecían descartar subidas adicionales aunque la inflación siga enquistada. Aun así, si este miércoles le preguntan expresamente por la posibilidad de subidas de tipos, lo más probable es que se cuide mucho de no cerrar esa puerta.
Incertidumbre
Powell advirtió hace unos meses que manejar la política monetaria en este entorno de incertidumbre es como navegar guiándose por las estrellas con el cielo nublado. “La dependencia de los datos de la Fed aumenta la incertidumbre en las previsiones sobre la senda de la política monetaria, ya que cualquier desviación de la inflación con respecto a las expectativas del banco central podría provocar un cambio”, indica Ryan Sweet, economista jefe para Estados Unidos de Oxford Economics, que admite que “los mercados han reevaluado considerablemente sus expectativas”, dada la fortaleza de la economía y las tensiones en los precios.
Los inversores han dibujado su propia ruta para la travesía. Según las cotizaciones implícitas en el mercado de futuros de Chicago (CME), el mercado no asigna prácticamente ninguna probabilidad a una rebaja de tipos ni en mayo ni en junio y solo una posibilidad entre cuatro a que haya un recorte en julio. Las apuestas están divididas con respecto a que la primera rebaja llegue en septiembre o ya en noviembre, justo después de las elecciones presidenciales. Ahora mismo, el mercado considera lo más probable es que solo haya un recorte de 0,25 puntos hasta fin de año, aunque muchos analistas siguen esperando dos.
Los miembros de la Reserva Federal se han pasado el mes de abril tratando de rebajar las expectativas que ellos mismos alimentaron en marzo. “Todavía no hemos llegado al punto en que sea apropiado bajar el tipo de interés oficial, y sigo viendo una serie de riesgos al alza para la inflación”, dijo Michelle Bowman, consejera del banco central. “Soy de la opinión de que tenemos que esperar y ver, ser pacientes el tiempo que haga falta, hasta que nos convenzamos de que la inflación está en camino de volver al 2%”, señaló hace dos semanas Neel Kashkari, presidente del banco de la Reserva Federal de Minneapolis en una entrevista en Fox News.
“La inflación es alta, es demasiado alta, y tenemos que llevarla a nuestro objetivo del 2%. Me siento cómodo siendo paciente”, afirmó también hace dos semanas el presidente de la Fed de Atlanta, Raphael Bostic. En otro acto señaló que si “la inflación empieza a moverse en dirección contraria, alejándose de nuestro objetivo, no creo que tengamos otra opción que responder a eso”, añadiendo que incluso debería estar “abierto a subir los tipos”.
La ley establece que la Reserva Federal debe “promover eficazmente los objetivos de máximo empleo, precios estables y tipos de interés a largo plazo moderados”. Es lo que se ha denominado doble mandato, olvidando o dejando de lado el tercer objetivo —en parte se considera menos importante, en parte se supone implícito al lograr la estabilidad de precios—. Con la tasa de paro en mínimos y la inflación enquistada, apenas hay lugar para el debate entre halcones, más preocupados por la estabilidad de precios, y palomas, más pendientes del empleo. Robert McTeer, antiguo presidente de la Reserva Federal de Dallas, decía que “solo los halcones van al cielo de los banqueros centrales”. En la reunión de esta semana, los miembros de la Fed buscarán un hueco en el cielo.
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