El repunte del dato de inflación preferido por la Reserva Federal no cambia las expectativas sobre tipos
Los precios del índice PCE subieron un 2,5% interanual en febrero, una décima más que en enero, pero en línea con las previsiones
Con los mercados cerrados y sin sorpresas en cuanto al dato, las cifras de inflación publicadas este viernes por la Oficina de Análisis Económico, dependiente del Departamento de Comercio, no cambian las expectativas sobre posibles rebajas de los tipos de interés. El índice PCE, que mide los precios de gastos personales, una especie de deflactor del consumo, subió un 0,3% en febrero y un 2,5% en los últimos 12 meses (frente al 2,4% hasta enero). Cuando se excluyen los alimentos y la energía, la subida mensual es la misma, pero la interanual es del 2,8%.
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, clavó esas cifras en la rueda de prensa posterior a la reunión de política monetaria del pasado 20 de marzo. Powell dijo que las estimaciones basadas en el Índice de Precios de Consumo y en otros datos indicaban que los precios totales del PCE aumentaron un 2,5% en los 12 meses finalizados en febrero y que, excluyendo las volátiles categorías de alimentos y energía, los precios subyacentes subieron un 2,8%, como ha ocurrido. Este viernes ha celebrado que se hayan cumplido las expectativas.
Sin embargo, ha habido una pequeña revisión al alza en el dato mensual de enero (0,5%) que se ha compensado con un dato una décima menor de lo previsto en febrero. Si acaso, el dato es algo más favorable, pues mostraría unas tensiones de precios a la baja. Los economistas creen que el ajuste estacional no termina de limpiar todas las subidas de precios que se producen al empezar un nuevo año, lo cual puede distorsionar algo la estadística.
Los miembros del banco central publicaron la semana pasada sus previsiones para final de año y situaron la proyección mediana para el índice de inflación PCE en el 2,4% para final de este año, al 2,2% el año próximo y al 2% en 2026.
“La inflación ha disminuido sustancialmente, mientras que el mercado laboral se ha mantenido fuerte, y eso son muy buenas noticias. Pero la inflación sigue siendo demasiado alta, los progresos en su reducción no están asegurados y el camino a seguir es incierto”, dijo Powell la semana pasada. “El comité no espera que sea apropiado reducir el rango objetivo hasta que haya adquirido una mayor confianza en que la inflación se está moviendo de forma sostenible hacia el 2%”, añadió.
Esos mensajes llevaron a inversores y analistas a dar casi por descartada (salvo acontecimientos imprevistos) una rebaja de los tipos de interés en la próxima reunión de política monetaria, a celebrar el 30 de abril y el 1 de mayo. Para entonces solo se conocerán los datos de precios y empleo de marzo. En cambio, en la reunión de mediados de junio, la Reserva Federal contará también con información fiable de abril y mayo y podrá sopesar si es el momento de dar marcha atrás con los tipos de interés. Los mercados dan una probabilidad de casi dos tercios a que haya un primer recorte en junio.
El nuevo dato de precios de este viernes llega después de que la Oficina de Análisis Económico del Departamento de Comercio revisase ligeramente al alza el jueves el dato de crecimiento trimestral anualizado del 3,2% al 3,4% (un crecimiento del 0,8% trimestral en ambos casos). La variación fue tan pequeña que no cambió tampoco el crecimiento económico del conjunto del año, que se situó en el 2,5%, al igual que en la estimación previa.
Los miembros del comité de mercado abierto de la Reserva Federal esperan que los tipos de interés bajen 0,75 puntos hasta fin de año desde el nivel actual del 5,25%-5,5%, máximo en 23 años, hasta situarse en el 4,625% (esto es, en la banda del 4,5%-4,75%), según las previsiones actualizadas la semana pasada. Sin embargo, 9 de los 19 miembros del comité esperan una rebaja algo menor, así que para nada están garantizados los tres recortes que el mercado espera mayoritariamente.
Powell ha declarado reiteradamente que actuará en función de los datos. Por ahora, cree que la historia general de una inflación que desciende gradualmente por un camino a veces accidentado hacia el 2% no cambia por unos datos de precios un poco peores de lo previsto en el arranque de año. “No creo que la historia haya cambiado. Tampoco creo que esas lecturas hayan aumentado la confianza de nadie en que nos estemos acercando a ese punto, pero lo último que diré es que no celebramos en exceso las buenas lecturas de inflación que obtuvimos en los últimos siete meses del año pasado. No sacamos demasiadas conclusiones de eso, lo que nos oyeron decir es que necesitábamos ver más, que queríamos ser cuidadosos con esa decisión y no vamos a reaccionar de forma exagerada tampoco a estos dos meses de datos, ni vamos a ignorarlos”, dijo la semana pasada.
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