La economía de Estados Unidos creció un 2,5% en 2023
El dato revisado del cuarto trimestre confirma la pujanza de la primera economía del mundo
Estados Unidos tenía en 2023 una cita con la recesión, según buena parte de los economistas y servicios de estudios, pero se la saltó. La primera economía del mundo mostró una resistencia inesperada a la subida de los tipos de interés que acometió la Reserva Federal para tratar de controlar la inflación. El mercado laboral se mantuvo pujante, con una tasa de paro cercana a los mínimos del último medio siglo. La fortaleza del empleo, la bolsa de ahorro acumulada durante la pandemia y la política fiscal expansiva permitieron al producto interior bruto crecer un 2,5% durante el año, según los datos revisados este jueves por la Oficina de Análisis Económico del Departamento de Comercio.
La economía frenó algo su dinamismo en el cuarto trimestre con respecto al tercero, cuando la economía aceleró de forma sorprendente y creció un 1,2% trimestral, su mayor ritmo desde 2021. Aun así se expandió con fuerza, según el dato revisado, que señala que creció a una tasa anualizada del 3,2%, el equivalente a un 0,8% trimestral. La primera estimación, publicada hace unas semanas, se había situado en el 3,3% anualizado, equivalente también a un 0,8% trimestral. Hay una rebaja mínima con respecto a la anterior estimación.
“El aumento del PIB real reflejó incrementos del gasto de los consumidores, las exportaciones, el gasto de las administraciones estatales y locales, la inversión fija no residencial, el gasto de las administraciones federales y la inversión fija residencial, que se vieron compensados en parte por un descenso de la inversión privada en existencias. Las importaciones, que restan en el cálculo del PIB, aumentaron”, indica la Oficina de Análisis Económico.
En el conjunto de 2023, el PIB real aumentó un 2,5% (del nivel anual de 2022 al nivel anual de 2023), frente a un aumento del 1,9% en 2022. En este caso, se confirman las cifras ya adelantadas. El crecimiento interanual del PIB se ha situado en el 3,1% en el cuarto trimestre en comparación con ese mismo periodo de 2022.
Los datos de empleo de enero muestran que la economía ha entrado con una fuerte inercia de crecimiento en 2024. En el primer mes del año se crearon 353.000 empleos no agrícolas, según las cifras difundidas hace unas semanas por la Oficina de Estadísticas Laborales, dependiente del Departamento de Trabajo. La tasa de paro se situó en el 3,7%, igual al 3,7% con que cerró 2023.
La tasa de paro lleva dos años completos por debajo del 4%, algo que no se veía desde hace décadas. La economía lleva creando empleo 37 meses consecutivos a pesar de las subidas de los tipos de interés aprobadas por la Reserva Federal. Las cifras de enero, además, superaron todas las previsiones con una imprevista aceleración en la creación de empleo.
El banco central estadounidense se prepara para empezar a bajar los tipos de interés, aunque sin ninguna prisa. Los miembros del comité de política monetaria de la Reserva Federal pronosticaban en diciembre una bajada de 0,75 puntos en el precio del dinero a lo largo de este 2024, aunque no está claro el momento en que se producirá el primer movimiento.
Las actas de la reunión de los pasados 30 y 31 de enero confirmaron la semana pasada el mensaje que lanzó el presidente del banco central, Jerome Powell: previsiblemente, los tipos han tocado techo y el próximo movimiento será a la baja, pero no es inminente. “La mayoría de los participantes señalaron los riesgos de relajar demasiado deprisa la orientación de la política monetaria y subrayaron la importancia de evaluar cuidadosamente los nuevos datos para juzgar si la inflación está descendiendo de forma sostenible hacia el 2%”, recogía el documento.
Las previsiones de los miembros del comité de política monetaria del banco central estadounidense para 2024 publicadas en diciembre anticipan el escenario deseado: un crecimiento del 1,4%, una tasa de paro del 4,1% y una inflación que se acerca al objetivo del 2%.
En las cifras publicadas este miércoles, se señala para el cuarto trimestre que el índice de precios de los gastos de consumo personal (PCE) aumentó un 1,8%, lo que supone una revisión al alza de 0,1 puntos porcentuales. Si se excluyen los precios de la alimentación y la energía, el índice de precios PCE aumentó un 2,1%, lo que supone una revisión al alza de 0,1 puntos porcentuales. Ese es el indicador de inflación preferido por la Reserva Federal y daba esperanzas de aterrizaje suave en diciembre. El dato de inflación de enero, sin embargo, ha demostrado que la batalla por la estabilidad de precios no está ganada.
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