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El ‘déjà vu’ de la Bolsa japonesa devuelve al Nikkei a máximos históricos 34 años después

La debilidad del yen frente al dólar anima las compras de inversores extranjeros pese a su debilidad económica. Los fabricantes de microchips lideran las alzas en el último año

Bolsa Japón Máximos Gráfico
Carlos Cortinas Cano
Monique Z. Vigneault

La Bolsa japonesa vive estos días en un déjà vu. Su principal Bolsa, el índice Nikkei, que agrupa a 225 empresas del país del sol, cotiza en los 38.916 puntos, niveles en los que se movía hace la friolera de 34 años. En 1989 el milagro japonés brillaba tras décadas de bonanza económica que impulsaron en Bolsa a firmas como Sony, Mitsubishi, Toyota o Nissan. Japón era el modelo económico exitoso de aquella década, en las películas de Hollywood el hombre de negocios nipón era un personaje secundario habitual. La euforia (y las divisas procedentes de las exportaciones) inflaron tanto el yen como el mercado inmobiliario, la burbuja estalló, y la resaca dejó al país sumido en una deflación que duró décadas. Incluso dio lugar a una palabra: japonización, que indica un estancamiento económico secular, en términos de precios y producción, pero también demográficos y de consumo.

El índice Nikkei rozó los 39.000 puntos el último día hábil de 1989, mes y medio después de caer el muro de Berlín. Este 2024 el selectivo asiático ha vuelto a cotizar por encima de los 38.000 puntos al calor del tirón de Wall Street y de la depreciación del yen frente al dólar. En lo que va de año se anota una subida del 15%, por encima del 5% del S&P 500 o del 7% del Nasdaq, mientras que el índice Topix, que reúne a todas las firmas del país, avanza un 13% en el año. Una revalorización que ha llevado a firmas como Citi y Bank of America a aumentar sus expectativas del Nikkei para 2024. Los estrategas de Citi creen que el índice puede acabar el año en los 45.000 puntos, frente a los 39.000 de hace solo unos meses, mientras que los de Bank of America lo sitúan en los 38.500 puntos, frente a los 35.000 previos. Desde los mínimos que marcó el Nikkei en marzo de 2003, el selectivo ha logrado recuperar más de un 380%.

Como en los años 80, la tecnología ha sido el motor del Nikkei: compañías de semiconductores y tecnológicas, como Lasertec y Cyberagent escalan en este periodo más de un 8.000%. Frente la popularidad creciente de los valores de microchips, la Bolsa japonesa lanzará su propio índice de semiconductores a finales de marzo. Pero también por gigantes de la distribución como Fast Retailing -dueño de Uniqlo y competencia de Inditex- que se revaloriza más de un 4.300% desde entonces. Frente a ellos, entre las firmas que más se han depreciado desde 2003 está la tecnológica Sharp (-93%), el fabricante de coches Mitsubishi Motors (-84%) o la energética Tokyo Electric Power, la operadora de la planta nuclear de Fukushima, que retrocede un 66%.

Una gran diferencia con el Japón de los años 80 es que buena parte de la escalada del Nikkei desde el año pasado se debe, apuntan los analistas, a la depreciación del yen frente al dólar, mientras la divisa nipona estuvo sobrevalorada desde los acuerdos del neoyorquino Hotel Plaza de 1985. En lo que va de año la divisa se debilita un 6%, tras el 8% de 2023. Esta circunstancia habría favorecido tanto las exportaciones como la apuesta de los inversores extranjeros por una Bolsa japonesa comparativamente más barata. A esto se suma además la política monetaria del Banco de Japón, que se resiste a acabar con los años de tipos cero y marca distancia con el resto de bancos centrales. Una estrategia que ponen en duda desde Nomura, el mayor banco de inversión de Japón, donde apuntan que “las respuestas de la política monetaria japonesa podrían debilitar el yen aún más” y proyectan que la divisa seguirá situándose a los 140 yen por dólar a lo largo de 2024.

Los máximos del Nikkei se entremezclan, no obstante, con un desempeño económico gris. El país asiático está en recesión y ha cedido el podio de la tercera economía más grande del mundo a Alemania. En el último trimestre de 2023 la economía japonesa se contrajo un 0,4% en términos interanuales, muy por debajo de las previsiones de los analistas que preveían un crecimiento del 1,1%.

El rally de la Bolsa japonesa de los últimos años está beneficiando especialmente a valores como Screen Holding, Advantest y Tokyo Electron, firmas de microprocesadores, que se disparan un 260%, un 175% y un 125%, respectivamente, en los últimos 12 meses gracias al frenesí por los semiconductores. Por contra, entre los más castigados está el banco Aozora, penalizado por su exposición al crédito inmobiliario comercial de EE UU, que retrocede un 23% en el último año.

“Las estrellas de la economía japonesa siempre han sido los exportadores”, explica fuentes del sector en banca japonesa a CincoDías. “Japón siempre es plano. Registra un crecimiento mediocre y por eso las compañías miran hacia operaciones en el extranjero”, recuerda.

Entre las compañías exportadoras destaca la cervecera Sapporo, cuyas acciones se disparan casi un 125% en el último año. Un repunte que se ha visto favorecido por sus nuevas plantas de producción en Estados Unidos y Canadá, mercados con un consumo de alcohol creciente y que han impulsado los ingresos de la compañía un 8,4% este año, hasta los 518.632 millones de yen (3,2 millones de euros). Los valores industriales también tienen cabida entre las mayores alzas: Kobe Steel avanza un 136% en los últimos 12 meses y Mitsubishi Heavy Industries, un 120%.

Política monetaria.

M.Z.V

Tipos. La insistencia del Banco de Japón en mantener los tipos de interés negativos para luchar contra la deflación y su objetivo de alcanzar el 2% de inflación ha debilitado a los instrumentos del Banco Central como ya están en tipos negativos. El tipo de referencia japonés se sitúa actualmente en el menos 0,1%. El banco central japonés lleva años recurriendo a planes de estímulo, el más reciente de 17 billones de yenes japoneses (104 billones de euros) para intentar ejercer algo de política monetaria. 

Deflación. La economía japonesa se ha aferrado con fuerza a la triple política económica del ex primer ministro Shinzo Abe, el apodado 'Abenomics' para luchar contra el bajo crecimiento tras los años 90. Esta estrategia se basa en mantener tipos negativos, la relajación cuantitativa y mantener un techo en el rendimiento de los Bonos del Estado japoneses a 10 años. 

Banca. Los bajos tipos han puesto a prueba al sector bancario, y algunas de las mayores pérdidas del Nikkei han correspondido a los bancos regionales. La banca japonesa probablemente ganará más con el posible fin de los tipos de interés negativos, según un informe de S&P Global. 

Normalización. Los analistas confían en que el Banco de Japón comience a normalizar los tipos de interés hacia el primer semestre de 2024. Por el momento, los reguladores no han apuntado hacia el fin de esta política monetaria poco ortodoxa. 

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Sobre la firma

Monique Z. Vigneault
Periodista multilingüe. Interesada en geopolítica y comercio global. Cursó el Máster de Periodismo UAM-El País.
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