Lagarde pide perdón por subestimar la inflación antes de la que puede ser la última subida de tipos
Insiste en que la inflación en la zona euro sigue siendo “demasiado alta”
El BCE necesita a la opinión pública de su lado en el duro proceso de radicales subidas de tipos emprendida hace algo más de un año, que ha disparado las cuotas de las hipotecas de los hogares al tiempo que encaran un mayor coste de la vida por la inflación. Su presidenta Christine Lagarde ha reconocido hoy que la efectividad en la comunicación del banco central, una pieza más de su política monetaria y a veces la más decisiva, requiere humildad y ser accesible con el gran público. Y en todo un ejercicio de autocrítica con el fin de recuperar la confianza de los ciudadanos, ha reconocido también que el BCE se equivocó en su análisis de la inflación, lo que luego condujo a las alzas apresuradas de los tipos de interés.
“Es importante para nosotros reconocer que, al igual que otros bancos centrales, infravaloramos la dinámica de la inflación y su persistencia”, ha declarado Lagarde en el discurso pronunciado hoy en Londres en el European Economics & Financial Centre. En la que será su última intervención pública antes de la decisiva reunión del Consejo de Gobierno del BCE del próximo 14 de septiembre, Lagarde no ha dado ninguna pista sobre si habrá o no una nueva subida de los tipos de interés, solo ha reiterado que la inflación es “demasiado elevada”.
Sí ha destacado las dificultades que plantea una comunicación efectiva de la política monetaria, en un contexto de creciente desinformación y de pérdida generalizada de confianza hacia las instituciones, en un discurso en el que intentar reconciliar la tarea del BCE con los intereses de los ciudadanos, de templar el daño que supone en los bolsillos el aumento del precio del dinero, quizá en la antesala de un nuevo incremento. “No debemos olvidar nunca que al fin y al cabo, servimos a la gente”, ha concluido su discurso, en el que ha hecho hincapié en la importancia de los mensajes de los banqueros centrales, más allá de las decisiones concretas. Parafraseando a Ben Bernanke, expresidente de la Fed, Lagarde afirmó que “el 98% de la política monetaria es charla y solo el 2% acción”. Aunque también puntualizara que “las acciones hablan más alto que las palabras”, una obviedad tras subidas de tipos de 425 puntos básicos en poco más de un año.
Lagarde ha lamentado que la confianza de la opinión pública hacia el BCE esté bajo mínimos, una situación que había mejorado gracias a la rápida respuesta dada ante la pandemia pero que ha vuelto a empeorar ante la escalada de la inflación. Y es a propósito de esa pérdida de confianza cuando Lagarde ha reivindicado “humildad en cómo comunicamos” y en las previsiones que realiza la institución. “Necesitamos hacer un mejor trabajo al transmitir la incertidumbre a la que hacemos frente y el reto inherente a dar una guía de la política monetaria”, ha señalado, para a continuación reconocer los errores al infravalorar la naturaleza de la inflación a principios del pasado año. Durante la primavera de 2022, el BCE aún insistía en que la inflación era un fenómeno transitorio, derivado de la súbita reapertura de la economía tras la pandemia, sin llegar a apreciar el carácter persistente que mostró después y que obligó a un giro radical de la política monetaria. Desde el cero de julio del pasado año, los tipos han subido en la zona euro en 425 puntos básicos.
Lagarde también ha querido hacer propósito de enmienda respecto a la comunicación del BCE. “También queremos ser más transparentes a la hora de explicar nuestros errores de previsión. Aunque estos errores mermaran la confianza, podemos mitigarlos si hablamos de las previsiones de una forma más contingente y accesible, y si explicamos mejor esos errores”, ha defendido.
En definitiva, Lagarde ha insistido en la importancia de que su mensaje llegue a la ciudadanía sin errores, generando la mayor confianza posible con el fin de controlar las expectativas de inflación. “Es precisamente cuando la gente nos está prestando más atención, cuando los bancos centrales deben realizar su comunicación clave para garantizar que esas expectativas permanezcan firmemente ancladas”, ha explicado Lagarde.
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