Tipos de interés: el final de las subidas está cerca pero no hay prisa para las bajadas
Más allá de si queda algún aumento, el debate va a centrarse cada vez más en cuánto tiempo deberán estar en máximos los tipos antes de caer
Los mensajes que han lanzado esta semana la Reserva Federal de Estados Unidos y el Banco Central Europeo ahondan en la expectativa largamente esperada por inversores y particulares del final del alza de tipos. Pero sin echar las campanas al vuelo. Ni mucho menos para cantar victoria frente a la inflación, como reconoció Christine Lagarde este jueves. Los indicadores de precios sí permiten empezar a pensar en el momento de echar el freno aunque todo va a depender de los datos que se vayan conociendo. Y asumiendo en todo caso que la hora de la bajada de tipos, con la que empezar a revertir todo el enfriamiento de la economía del último año, tardará en llegar.
La Fed ya ensayó en junio una pausa en las alzas de los tipos de interés, a la vista de que la inflación comenzaba a moderarse y de que el encarecimiento previo del coste del dinero ya estaba haciéndose notar en un menor crecimiento y en restricción del crédito. Powell no se cerró entonces a más subidas y esta semana la Fed decidió un nuevo incremento de los tipos, en 25 puntos básicos, que el mercado espera sea el último. Los futuros apenas daban este viernes un 22% de probabilidades a un nuevo ascenso en la reunión de septiembre, mientras que concentran la expectativa de las primeras bajadas de las tasas a partir de la segunda mitad de 2024. Las actuales probabilidades de un recorte son del 70% en junio y del 80% en noviembre.
En la zona euro, Christine Lagarde ha sugerido por primera vez el final de las alzas de tipos. Por primera vez ha renunciado a proclamar que aún queda camino por recorrer frente a la inflación –algo que sí señaló esta semana Powell– y también por primera vez en el último año es una opción no volver a elevar las tasas en septiembre. El mercado sin embargo no las tiene todas consigo y sí da una probabilidad del 43,7% a una nueva subida de tipos el 14 de septiembre. La expectativa de un recorte posterior de las tasas en la zona euro durante 2024 es más tibia que en el caso de la Fed y la probabilidad más alta, del 48%, queda para julio de ese año.
El mercado da un 70% de probabilidades a un recorte de tipos en EE UU en junio del próximo año
Más allá de que quede todavía algún ajuste más al alza en el precio del dinero, el debate para los próximos meses se irá centrando en cuánto tiempo será necesario mantener la dureza de la política monetaria antes de abrir la mano y aliviar a particulares y empresas con una bajada de los tipos.
Según explica Konstantin Veit, gestor de carteras de Pimco, “la atención se está desplazando gradualmente desde el nivel preciso de los tipos de interés finales hacia la duración probable de los tipos máximos”. Para este experto, el riesgo está en que los recortes lleguen más tarde de lo que espera el mercado. Un desencuentro entre bancos centrales e inversores que se ha dado prácticamente desde el primer momento de las subidas: el mercado siempre ha restado credibilidad a la dureza de los mensajes que lanzaba Jerome Powell, y esto ha restado efectividad a las alzas de tipos.
Julius Baer es una de las firmas que sostiene que los tipos de interés han tocado techo en el 4,25% en la zona euro, tras la subida de esta semana. “La probabilidad de una bajada en los próximos doce meses es muy baja. No lo esperamos hasta la segunda mitad de 2024 como pronto”, defiende David Kohl, economista jefe del banco suizo.
Mabrouk Chetouane, jefe global de estrategia de mercados de Natixis IM, sí cree en cambio que el BCE volverá a subir tipos, por última vez, en septiembre, hasta el 4,5%. “El mercado laboral sigue estando tenso en los países centrales, y el nivel de la inflación subyacente, que excluye los componentes de energía y alimentos, sigue estando demasiado lejos del nivel deseado del objetivo de inflación”, defiende.
El IPC de julio de España es un ejemplo de la importancia que cobra la inflación subyacente en la búsqueda del BCE de la estabilidad de precios y de los bandazos que puede arrojar este indicador en los próximos meses. En tasa general, el IPC repunta cuatro décimas al 2,3% –aún entre las más bajos de la zona euro–, pero en tasa subyacente se sitúa en el 6,2%, lejos del 2% a medio plazo al que aspira el BCE para el conjunto de la zona euro a medio plazo.
Respecto a la Fed, “simplemente no sabe dónde se encuentra la economía y está siendo prudente”, sostiene Susan Hill, gestora senior de carteras de Federated Hermes. Powell tiene claro que prefiere pecar de duro, aun a costa del crecimiento, que bajar la guardia antes de tiempo frente a la inflación. Aunque las alzas de tipos paren, aún quedarán meses de decalaje hasta que sus efectos impacten plenamente sobre la economía. Y solo entonces será el momento para las bajadas.
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