La japonización monetaria se instala en los bancos centrales
El mundo subsiste gracias a la generosidad de la Fed y el BCE, pero no esperen que imprimir dinero de la nada derive en un crecimiento económico vigoroso
Ni optimista o pesimista, pero la realidad –que no sé el estado anímico que tiene pero que es la más fiable en macroeconomía–, nos dice que el mundo ha subsistido durante los últimos años gracias a la excelente generosidad monetaria de los bancos centrales. No hay crisis que no podamos evitar, o recesión que esquivar, o solucionar la salud de cualquier banco comercial o de inversión que esté en la cuerda floja. ¿Límite de toda está expansión monetaria? La que nos vaya marcando las fuerzas que presionan la necesidad de acudir al rescate de la economía con la utilización del balance del banco central.
En subvención monetaria hay un Master and Commander que es Japón, donde el balance del banco central está en el 131% sobre PIB y en los últimos 10 años lo ha expandido un 100%. Japón tienen una drogodependencia sistemática de la emisión de billetes de la nada, ya que sus ingresos son de 76,9 trillones de yenes pero gastan 107,6 trillones. Y esto va a ser así ya que el envejecimiento poblacional es el que es y no creo que ahora admitan abrir las puertas a la inmigración para aumentar el potencial del PIB. Ni la lengua y escritura nipona son fáciles para adaptarse rápidamente a un ciclo productivo. En los años 90 Japón tenía un equilibrio entre gastos e ingresos, pero las dinámicas poblacionales y la mochila de la deuda acumulada hace que ahora gaste 41,4 trillones de yenes más que en 1990 –24,7 trillones de yenes vienen de la seguridad social y otros diez del incremento de los gastos por el pago de la deuda–.
Cuando una economía gasta más de lo que ingresa entra en déficit y hay que emitir deuda para financiarlo, y cuando los particulares ya no quieren comprar más esa deuda, porque el tipo de interés es bajo o porque ya no se fían de su propio país pues ahí que llega el banco central y aumenta la masa monetaria y compra la deuda del Gobierno o el bono tóxico de empresas que haga falta.
Eso sí, no esperen luego que el país crezca mucho a medida que la subvención monetaria va creciendo. Con sorna e ironía macro, no se preocupen por el estado de salud de la macro europea o americana, a Estados Unidos le quedan 98 puntos de PIB para que la Reserva Federal (Fed) se equipare al Banco Central de Japón (BOJ) y al Banco Central Europeo (BCE) le queda por utilizar 74 puntos de PIB para gastar en lo que haga falta para mantener a flote la economía, rescatar el sistema financiero que haga falta, integrar la Europa de los 25 o recuperarnos de cualquier “cisne negro” que nos visite.
Y esta munición monetaria que le queda a la Fed y al BCE da para muchos años. Eso sí, no esperen que esto de imprimir dinero de la nada nos lleve a un crecimiento económico vigoroso y a un aumento de la confianza en el valor de euro y el dólar. La época de las inversiones en activos alternativos para protegerse de la devastación del dinero no ha hecho más que empezar. Pregunten al domador de cisnes si tiene uno amarillo (oro) o un NFT con la imagen de uno.
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