Los particulares compran este año 4.800 millones en letras del Tesoro a un ritmo sin precedentes
Lo adquirido en el primer trimestre bate el récord de 2008 de tenencia de este activo
La fiebre de los pequeños ahorradores por las letras del Tesoro deja cifras apabullantes en el primer trimestre del año. Sus peticiones de este tipo de activos en las subastas realizadas en los tres primeros meses de 2023 alcanzan los 4.840 millones de euros, de acuerdo con las peticiones no competitivas de estas colocaciones. Se trata de la demanda en la que el comprador realiza una petición sin determinar un precio en su solicitud, la fórmula mayoritaria entre los particulares y en la que también se incluyen las peticiones, minoritarias, de sociedades públicas como la Sepi.
El volumen adquirido de letras del Tesoro por parte de pequeños ahorradores en lo que va de año muestra una demanda sin precedentes y apunta a un 2023 de récord absoluto en la tenencia de este tipo de deuda en manos de particulares. Hay que retroceder a 2008 para encontrar un volumen de letras entre particulares superior a los 4.000 millones de euros. En el conjunto de ese año, la cifra alcanzó los 4.730 millones de euros, por debajo de todo lo comprado en letras en el primer trimestre de 2023, de acuerdo con los datos de demanda no competitiva.
Solo en el mes de enero, y según los datos facilitados hasta ese mes por el Banco de España, la tenencia de letras del Tesoro por parte de particulares se elevó a 3.695 millones de euros, lo que supone el 4,94% del total en circulación. Ese porcentaje es el más elevado desde 2008 –cuando superaba el 9%– y contrasta con el 2,44% del pasado diciembre y, sobre todo, con el 0,02% de principios de 2022, con anterioridad a las subidas de tipos de interés.
La subasta que registró el mayor volumen de peticiones de particulares fue la de letras a un año del mes de febrero, por 1.194,84 millones de euros. Es la que recoge el efecto de las colas de ciudadanos en las oficinas del Banco de España para hacer sus peticiones y la que causó el colapso en determinados momentos de la web del Tesoro.
La subasta de enero, en que el Tesoro pagó casi el 3% por las letras a un año –la mayor rentabilidad desde 2012– disparó el apetito por este activo entre los pequeños ahorradores. Fue una suerte de pistoletazo de salida en la búsqueda de rentabilidad para el ahorro conservador, después de años de mínimas o nulas ganancias a causa de los tipos cero y ante la evidencia de que, una vez iniciadas las subidas de tipos de interés, los bancos apenas están mejorando la remuneración de los depósitos.
El interés de los pequeños ahorradores por las letras había comenzado a despegar en octubre del año pasado, en que la tenencia de este tipo de deuda dio un salto desde los 99 millones de euros de septiembre a los 321 millones del mes siguiente. En agosto, después de la primera subida de tipos de interés por parte del BCE desde 2011, el Tesoro había dejado de forma definitiva de cobrar por emitir letras, fue el final de las subastas a interés negativo: vendió letras a tres meses con interés positivo por primera vez desde 2014.
Plazos cortos
A medida que avanza el año y se consolida el atractivo de las letras como alternativa para el ahorro conservador, el interés de los particulares se está empezando a dirigir no solo al plazo de un año sino también al resto de plazos, de tres, seis y nueve meses. En marzo, la subasta de letras a 12 meses fue la más concurrida del mes por parte de los particulares, con peticiones por 1.048,8 millones de euros. La rentabilidad pagada fue del 3,295%. Pero la demanda también creció con fuerza en marzo en las letras a 9 meses y las peticiones no competitivas dieron un salto desde los 212,4 millones de la subasta de enero a ese plazo. El Tesoro también superó en marzo el listón del 3% de rentabilidad en el plazo de nueve meses.
En las letras a tres meses, las peticiones de los particulares en la subasta de marzo alcanzaron los 227,95 millones, en claro contraste con los 45,8 millones de la primera subasta del año a ese plazo. Los plazos cortos de la deuda se han convertido de hecho en un refugio frente a la volatilidad del mercado de bonos de las últimas semanas y tienen un claro reflejo en el auge de los fondos monetarios, que invierten precisamente en letras. En marzo, estos fondos registraron suscripciones netas por 324 millones de euros, según datos de Inverco, y han sido la alternativa que ha ofrecido CaixaBank a sus clientes como refugio de inversión ultraseguro.
La fiebre por las letras está contribuyendo al impulso registrado en la venta de fondos de renta fija por parte de la banca, como alternativa para un ahorro conservador que reclama más rentabilidad.
Para comprar letras de forma directa, la vía más eficiente es hacerlo en las oficinas del Banco de España o en la web del Tesoro con una comisión del 0,15%. La plataforma Auriga Bonos también permite su compra en el secundario una vez emitidas. La próxima subasta de letras del Tesoro, a seis y doce meses, será el 11 de abril.
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