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¿Las 'spanish SPAC' llegan para quedarse?

El Proyecto de Ley de los Mercados de Valores constituye un importante paso adelante en su implementación

CINCO DÍAS

Tras dos años de fiebre de SPAC (siglas en inglés de empresa con un propósito especial de adquisición) en EE UU, esta novedosa figura de inversión comienza su aterrizaje en España con la tramitación parlamentaria del Proyecto de Ley de los Mercados de Valores y de los Servicios de Inversión publicado el pasado 12 de septiembre.

Ello constituye un importante paso adelante en la implementación de las SPAC españolas y, seguramente, su tramitación parlamentaria será uno de los temas que acaparen la atención de fondos de private equity y bancos de inversión en los próximos meses.

Es una realidad que, actualmente, esta nueva figura de inversión está en horas bajas. Los datos de Wall Street reflejan un parón en la creación desde el segundo trimestre de 2021. Se ha pasado de un volumen anual en 2021 de 539 a un total de 51 en lo que llevamos de 2022. Esto ha sido aprovechado por muchos para argumentar el supuesto carácter especulativo de estas sociedades de adquisición de propósito especial o el pinchazo y próxima desaparición de estas figuras en el mundo del M&A.

Y ello si el regulador no lo impide; nada más lejos de la realidad. En primer lugar, porque los datos de EE UU de los años 2020 y 2021 reflejan un claro apetito inversor por este tipo de figuras. El volumen de capital levantado con estas figuras (más de 160 mil millones de dólares) y el hecho de que, por primera vez en la historia, las SPAC en 2021 superasen a las IPO (siglas en inglés de oferta pública inicial) como mecanismos de salidas a bolsa, es un claro indicativo de que esta figura gusta en el mercado.

En segundo lugar, por un tema fáctico. Actualmente hay más de 500 SPAC americanas (con más de 100 mil millones de dólares de capital) que están buscando target. Por tanto, es difícil pensar que esta figura no va a tener un rol importante en el mercado de M&A en 2022 y 2023. Sí que es cierto que el número de SPAC que probablemente se liquiden en los próximos meses por no encontrar un target aumentará, por lo que dicho mercado, como cualquier otro, se someterá a un proceso lógico de depuración marcado por la oferta y la demanda.

Los motivos por los que se ha parado en seco la creación de nuevas sociedades son, principalmente, el contexto macroeconómico mundial de subida de tipos e inflación y la incertidumbre regulatoria generada por la propuesta de nueva regulación de la SEC (Securities and Exchange Commission de EE UU).

Entre las propuestas del regulador americano destacan la regulación sobre conflictos de interés de los sponsors, la responsabilidad que se pretende trasladar a los bancos de inversión que participen en la creación de estas sociedades y en el posterior De-SPACing o la limitación a un plazo de 18 meses para encontrar target.

La banca de inversión o algunos sponsors, como Goldman Sachs, ya han manifestado públicamente su rechazo a dichas propuestas, advirtiendo del impacto que ello tendría para el mercado.

En el caso de España, la tramitación parlamentaria del Proyecto de Ley de los Mercados de Valores aprobado por el Gobierno es una oportunidad para crear una figura alternativa de inversión que sea atractiva para el private equity español.

Sería un error (como está pasando en EE UU), un exceso de regulación o que esta se centrarse excesivamente en los inversores, olvidando al resto de jugadores de la partida. El éxito, sin duda, pasará por encontrar un equilibrio, teniendo en cuenta que, precisamente, es una figura que, ya de por sí, ofrece más protección jurídica a los inversores que un fondo de private equity tradicional (les otorga derechos de voz y voto en las operaciones, así como un derecho de devolución de su inversión antes del De-SPACing).

Víctor Artola, director del área de Corporate de Ontier

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