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Ray Dalio: de ‘caddie’ a amasar una fortuna de 18.000 millones

El financiero creó con solo 26 años un ‘hedge fund’ que se acabó convirtiendo en el más grande del mundo

Ray Dalio, cofundador y copresidente de Bridgewater Associates ayer durante el Foro de Nueva Economía celebrado en Pekín.
Ray Dalio, cofundador y copresidente de Bridgewater Associates ayer durante el Foro de Nueva Economía celebrado en Pekín.REUTERS
Miguel Moreno Mendieta

Un chaval espigado de 12 años acarrea una bolsa llena de palos de golf. Es el año 1961. El adolescente se llama Ray Dalio y proviene de una familia de origen italiano. Su padre -Marino Dallolio- es saxofonista de jazz en Nueva York. Ray acompaña a George Leib, un banquero de inversión de Wall Street que acude a jugar y a cerrar negocios a The Links Golf Club, en Long Island, al este de Manhattan. El muchacho tarda casi dos horas en llegar desde su casa. Pero no le importa. Allí puede escuchar las conversaciones de Leib con otros financieros. Sus oídos no pierden detalle. 60 años después, Dalio se jubilará coronado como uno de los mayores genios de la inversión y con una fortuna de casi 20.000 millones de dólares, gracias a la creación de Bridgewaters, el mayor hedge fund del mundo, con 130.000 millones de dólares bajo gestión. Esta es su historia.

Ray Dalio (Nueva York, 1949) es una encarnación -otra más- del sueño americano. De familia humilde, trabajó de joven repartiendo periódicos, quitando nieve y como caddie de golf. Durante unos años llevó los palos de varios financieros, pero fue su relación con Leib y su mujer la que le abrió las puertas de la alta sociedad neoyorkina. El mundo al que quería pertenecer. El matrimonio le acabó invitando a una de las veladas que celebraban en su exclusivo apartamento de Park Avenue y uno de sus hijos le brindó la oportunidad de hacer sus primeras prácticas, en una firma de corretaje de acciones. Dalio, por su parte, cumplió con su parte del guion: empezó a invertir siendo adolescente -se dice que logró duplicar sus primeras acciones gracias a un chivatazo en uno de esos partidos de golf-, fue becario en la Bolsa de Nueva York y cursó un máster en la Universidad de Harvard.

El salto definitivo lo dio en 1975, dos años después de graduarse. Tras trabajar para varias firmas de inversión, decidió fundar su propia empresa, gracias al apoyo de algunos clientes adinerados a los que había hecho ganar mucho dinero. Bridgewaters Associates se dedicaba al principio al puro asesoramiento. Para ricos y empresas. Dalio era experto en analizar las tendencias macroeconómicas y predecir los movimientos del mercado de divisas y de materias primas... Uno de sus primeros grandes clientes fue la cadena de hamburgueserías McDonald’s. Luego llegaría el contrato para gestionar las pensiones de los trabajadores del Banco Mundial y de Kodak.

Tras esquivar la crisis bursátil de 1987, la fama de Dalio se disparó y para 1991 su empresa Bridgewaters lanzó su primer fondo de inversión libre (hedge fund, en la jerga), un tipo de vehículo que tiene la máxima libertad para decidir dónde, cuánto y cómo invertir. El primer vehículo, llamado Pure Alpha (en referencia a la terminología que se utiliza para referirse a la rentabilidad obtenida por el gestor solo por su talento, y no por la tendencia el mercado) fue un éxito de ventas y de retornos desde el principio. Durante el tiempo que Dalio llevó las riendas de este fondo, logró un retorno medio anual de casi un 13% y logró esquivar la burbuja de las hipotecas subprime.

Sobre cómo consiguió Dalio estos buenos resultados en sus inversiones se han escrito cientos de artículos, pero lo cierto es que sigue siendo un misterio. Los mencionados hedge funds, por su naturaleza jurídica, casi no tienen que dar cuenta de las estrategias que utilizan para invertir. Cuando le han preguntado al gestor, siempre argumenta que el éxito de Bridgewaters Associates se fundamenta en la pura competencia interna, en permitir que las ideas de inversión provengan de cualquier empleado, en que las tesis sean contrastadas por los propios compañeros y después por el mercado. Una suerte de darwinismo de Wall Street. Valga la redundancia.

Ahora bien, esa pátina meritocrática se empezó a resquebrajar el día mismo que se jubiló Dalio, en 2022. El primer año sin tener a su fundador dirigiendo la orquesta de inversión, el fondo bandera -el mencionado Pure Alpha- perdió un 7,6%. Y eso que el ejercicio 2023 fue muy positivo para casi todos los mercados financieros. La Bolsa de Estados Unidos subió un 23% y la europea un 13%. Fue entonces cuando empezaron a saltar algunas alarmas.

El periódico The New York Times realizó una extensa investigación sobre el asunto hace unos meses. A falta de fuentes oficiales, su reportero tuvo que hablar con un puñado de antiguos empleados de Bridgewaters Associates para tratar de desentrañar el misterio. Según la investigación, la clave del éxito se basa en la extensísima red de contactos tejida por Dalio a lo largo de décadas.

Para darse cuenta del halo de dudas que rodea la estrategia de inversión del hedge fund, hay que recordar que el supervisor de los mercados financieros en Estados Unidos (la SEC, por sus siglas en inglés) llegó a iniciar una investigación para ver si se trataba de una estafa piramidal, como la que desarrolló durante años Bernard Madoff, que dejó un agujero de 64.000 millones de dólares. Pero no. No era un esquema Ponzi.

De acuerdo con los ex empleados de la firma, Dalio ha sabido cortejar a altos funcionarios de países de todo el mundo, de Kazajastán a Arabia Saudí, para tratar de comprender qué tipo de políticas económicas van a poner en marcha. Un buen ejemplo es que el inversor trataba con cierta frecuencia con el ex presidente del Banco Central Europeo Mario Draghi, o que asesoró al Banco Nacional de Suiza. También tejió relaciones con varios mandamases del régimen chino.

El gestor siempre ha quitado importancia a estos contactos y en cambio ha querido transmitir una máxima transparencia con la publicación del libro Principios, donde sintetiza su estilo de inversión. En él se habla del pensamiento independiente, del valor de la humildad, de evitar los sesgos... Pero lo cierto es que, más allá de ciertas generalidades, su forma de operar sigue siendo un misterio.

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Sobre la firma

Miguel Moreno Mendieta
(Madrid, 1979) es licenciado en Derecho y Economía por la Universidad Carlos III. También cursó el Máster de Periodismo de El País. Se incorporó al periódico Cinco Días en 2006, tras pasar por la web de El País y Mi cartera de Inversión. Escribe sobre el sector financiero, con un foco especial en fondos de inversión y los seguros.
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