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Las gestoras de fondos españolas pinchan en su internacionalización

Bestinver y Cobas son algunas de las firmas que han tratado de vender fondos fuera sin éxito

El negocio en el extranjero de las gestoras de fondos
Carlos Cortinas Cano
Miguel Moreno Mendieta

En España hay más de 150 sociedades gestoras de fondos de inversión extranjeras tratando de vender sus productos. Desde gigantes como BlackRock a boutiques belgas, suizas, italianas o neerlandesas. Incluso hay grupos coreanos o noruegos que vienen por aquí a comercializar sus fondos. En cambio, la presencia de las firmas españolas fuera es testimonial. Tan solo tienen negocio los bancos españoles con filiales en otros países, que venden fondos a través de sus propias oficinas. Los intentos de salto internacional de entidades independientes han fracasado.

En teoría, el negocio de la gestión de activos es un ámbito en el que buscar la internacionalización no tiene muchas trabas. La mayoría de las gestoras extranjeras que opera en España lo hacen en un régimen de libre prestación de servicios, utilizando sus filiales en Luxemburgo o en Irlanda. Una vez registrados allí sus fondos pueden comercializarlos en toda la Unión Europea. Además, es un negocio con grandes economías de escala: a partir de 100 millones de euros de patrimonio, casi todo los ingresos por comisiones se convierten en beneficio. “Al final, gestionar un fondo con un patrimonio de 50 millones es muy parecido a gestionar uno de 1.000 millones”, explica un veterano gestor.

De acuerdo con los datos de Inverco, la asociación sectorial, las gestoras internacionales que operan en España manejan un volumen de patrimonio colosal, de 250.000 millones de euros, lo que supone más de 1.000 millones de euros de ingresos. Las cinco mayores son BlackRock (EE UU), Amundi (Francia), JP Morgan AM (EE UU), DWS (Alemania) e Invesco (EE UU) y cada una de ellas sobrepasa los 10.000 millones de patrimonio distribuido en España.

La inmensa mayoría de las gestoras extranjeras que opera aquí no pertenece a ningún banco, por lo que sus comerciales tienen que batirse el cobre en España para convencer a banqueros privados, inversores institucionales (fundaciones, planes de pensiones, mutualidades) o selectores de fondos de grandes bancos para que compren sus fondos.

En cambio, el negocio fuera de España de las gestoras españolas se circunscribe a sus filiales de Luxemburgo, que se dedican a vender los fondos a sus clientes españoles. Entidades como Magallanes, EDM o Cobas tienen fondos registrados allí. Pero, ¿por qué? Su clientela prefiere contratar fondos luxemburgueses que fondos españoles, para tener una mayor diversificación de jurisdicción. “Estar en Luxemburgo nos ha permitido acceder mejor al cliente de banca privada”, explica Rafael Valera, consejero delegado de Buy & Hold.

También tienen allí presencia Santander, BBVA o Mapfre, que utilizan Luxemburgo como centro de operaciones para vender sus fondos a los clientes de sus filiales en otros países donde operan, ya sea en Europa o Latinoamérica. En total, las gestoras españolas tienen allí más de 10.000 millones de euros, pero no puede considerarse como una internacionalización real.

“Contratar un fondo luxemburgués en lugar de uno español tan solo se explica por una falsa sensación de seguridad. No hay ningún tipo de ventaja fiscal. Eso sí, allí está más arraigado el anonimato, y las gestoras españolas pequeñas tienen más fácil vender su formato luxemburgués a un cliente de un gran banco español, que hacerlo a través de su fondo español”, explica el consejero delegado de una de las grandes firmas españolas.

En la última década ha habido algún intento de gestoras españolas para captar clientes de fuera, pero no han funcionado. Bestinver, propiedad del grupo Acciona, abrió una oficina comercial en Londres, y allí se trasladó su gestor estrella, Francisco García Paramés, pero no llegó conseguir negocio allí.

Cobas AM, la firma que fundó Paramés tras dejar Bestinver, también intentó internacionalizarse, fichando a una responsable de desarrollo de negocio en Francia, Verónica Vieira, pero a los tres años dejó el puesto y se fue a Generali.

La jefa en España de la firma francesa Tikeahu Capital, Carmen Alonso, recuerda que la situación es diferente para las entidades dedicadas a inversiones alternativas a la Bolsa y los bonos. “En los mercados privados, sí que tenemos a algunas gestoras españolas de capital riesgo que han emprendido proyectos de internacionalización exitosos, pero cuando hablamos de fondos de inversión normales, es otro cantar”, apunta.

También Fidentiis, ahora integrada en Bestinver, heredó una sociedad de valores en Italia, que ha acabado cerrando. Azvalor tiene una oficina en Londres, pero no para labores comerciales, sino sede de su equipo de análisis local. Cobas también intentó abrir negocio en Estados Unidos (con una oficina en Miami), pero acabó desistiendo. Abante lleva años hablando de expandir su negocio internacionalmente, pero aún no ha dado el paso.

Y, ¿por qué gestoras boutique de otros países lo han conseguido y las españolas no? No es fácil dar una respuesta unívoca. España lleva siglos sin ser un centro financiero mundial, lo que no ayuda. “Además, aquí los bancos han dominado totalmente el mercado de los fondos de inversión, por lo que había poco incentivo para que se creara un ecosistema de desarrollo de talento”, apunta un directivo de una firma mediana.

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Sobre la firma

Miguel Moreno Mendieta
(Madrid, 1979) es licenciado en Derecho y Economía por la Universidad Carlos III. También cursó el Máster de Periodismo de El País. Se incorporó al periódico Cinco Días en 2006, tras pasar por la web de El País y Mi cartera de Inversión. Escribe sobre el sector financiero, con un foco especial en fondos de inversión y los seguros.

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