España brilla en turismo y renovables como destino de la inversión extranjera
Es el segundo mercado mundial en PPA tras Alemania. También ocupa la segunda posición, tras Reino Unido, como destino europeo en inversión hotelera
Como uno de los países con más horas de sol en Europa, no sorprende que España destaque en sectores vinculados a este recurso, como el turismo y las energías renovables. Tanto es así que, en el ámbito energético, la fuente solar es la que más contribuye a que nuestro país ocupe el 12º puesto del índice de naciones más atractivas para las inversiones en renovables (Recai), elaborado por Ernst & Young (EY).
Y es que la abundancia de luz solar y también de viento “permite que las renovables tengan un coste de producción menor y resulten muy competitivas dentro del contexto europeo”, explica Mario Méndez de Vigo, responsable de financiación de energía e infraestructura de BNP Paribas para España y Portugal. En su opinión, a este atractivo se suma el hecho de que el mercado nacional es amplio y líquido, algo que favorece su dinamismo y facilita que los inversores puedan entrar con perspectivas a largo plazo, no vinculadas a una única operación, sino con un flujo constante de inversiones.
En este sentido, España fue en 2024 el segundo mercado mundial más atractivo en contratos de compraventa de energía (PPA), de acuerdo el mencionado índice de EY, solo por detrás de Alemania. No en vano, como indica Elisa Carbonell, consejera delegada del Icex, también ha sido el segundo país que más inversión extranjera directa ha recibido en la puesta en marcha de proyectos de energías renovables en los últimos cinco años: 47.000 millones de euros, aproximadamente.
16.000 millones de euros de inmuebles turísticos están en manos extranjeras
“Ocupamos una posición de liderazgo en el desarrollo de las energías renovables y es evidente que el inversor extranjero sigue apostando por España”, señala. Pero no solo hay que considerar la capacidad de producción, toda vez que existe una industria sólida que cubre toda la cadena de valor, así como centros tecnológicos y de I+D que permiten ofrecer una de las combinaciones competitivas más atractivas de Europa, aclara Carbonell. Perfiles favorecidos por las políticas encaminadas a la descarbonización, como los objetivos establecidos en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima.
Interés turístico
El número de viajeros internacionales que visitaron nuestro país en 2024 superó su récord histórico, representando un volumen de gasto de unos 120.000 millones de euros, según el INE. Además de la demanda, el sector ha registrado otros máximos en el precio medio y los ingresos por habitación disponible, aclara Bruno Hallé, socio y codirector de Cushman & Wakefield Hospitality en España.
Estos son algunos de los motivos por los que la industria turística española fue el segundo mercado europeo, tras el británico, en captación de dinero en hoteles durante 2024, con un volumen de alrededor de 3.000 millones de euros. Además, argumenta Hallé, “durante la década pasada, la mayoría de las inversiones se destinaban a proyectos de reposicionamiento, para mejorar y aumentar la rentabilidad del activo”; razón por la que, en estos momentos, se observan más operaciones con estos activos bien posicionados, “interesantes para inversores más core”.
EE UU, Reino Unido, Alemania y Francia, los países desde donde más fondos se destinan a solar y eólica
Sobre este aspecto destacan los fondos de origen europeo, más conservadores, que se centran en activos que ya estén funcionando, frente a los asiáticos y anglosajones, que suelen asumir algo más de riesgo. No es de extrañar, por tanto, la diversidad de países desde los que se destina inversión: nueve europeos (Alemania, Francia, Países Bajos, Italia, Dinamarca, Bélgica y Suecia, además de los extracomunitarios Reino Unido y Suiza), tres asiáticos (Japón, Singapur y Emiratos Árabes Unidos) y dos americanos (EE UU y Canadá). En total, los capitales extranjeros aglutinan actualmente 16.000 millones de euros en stock dentro del sector turístico, hostelería y demás actividades conexas.
“España cuenta con un atractivo enorme para las empresas extranjeras”, afirma Carbonell, quien asegura que nuestro mercado turístico no tiene comparación con el de otros destinos similares: “simplemente, es muchísimo mayor”. Esto se respalda en el hecho de que, en los últimos cinco años, España ha sido el cuarto mayor receptor de proyectos greenfield (nuevos) en el mundo dentro del sector del turismo y la hostelería, según datos de FDI Markets.
Perfil y tendencias de los inversores
Competencia. Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y Francia fueron en este orden los principales emisores de flujos de inversión en energías renovables hacia España, señala Juan Elorduy, socio de Elona Capital y director del programa de energías renovables del IEB. Sin embargo, los propios EE UU y Alemania son también, junto a China, los mayores competidores de nuestro país en este aspecto, asegura.
Diversificación. En palabras de Elorduy, la tipología industrial y financiera de los inversores que participan vía capital “es, afortunadamente, muy diversa, incluyendo grandes eléctricas, petroleras, firmas de capital riesgo, fondos de infraestructuras, aseguradoras, family offices, constructoras…”. Una financiación que ha permitido la edificación de las plantas solares más grandes de Europa y de parques eólicos de gran escala.
Cambio. En lo que respecta al turismo, Javier Oroz, director de hoteles capital markets de Savills, aclara que el perfil del inversor sufrió un cambio en 2024: “El inversor institucional tuvo mayores dificultades para estructurar operaciones, impactado por el coste de la deuda y del capital disponible”. Como resultado, tanto los inversores privados como los operadores concentraron cerca del 65% del volumen del mercado.
Preferencias. Entre los inversores extranjeros “hay una clara apuesta por el segmento leisure (ocio), tanto en ciudad como en playa, así como por estructuras contractuales con exposición al riesgo operativo”, en opinión de Oroz. Eso sí, evitando la incertidumbre, por lo que resulta significativo el bajo número de operaciones con riesgo urbanístico realizadas con capital extranjero, indica.