Productividad en España: ¿una recuperación esquiva?
A pesar de la mejora, los contrastes sectoriales y los años perdidos revelan que hay desafíos importantes en el camino hacia una economía más productiva

No cabe duda de que la productividad es, y será durante un tiempo, una de las grandes asignaturas pendientes de la economía y la sociedad españolas. La semana pasada explicaba en esta misma columna cómo la relación entre los ingresos y la productividad, en particular los salarios, seguía siendo evidente, de tal modo que, sin una clara mejora de la segunda, muchos de los problemas asociados a la economía española y su sociedad no se verían resueltos.
Sabemos de sobra que, en las últimas tres décadas, el avance de la productividad en España apenas creció, siendo el saldo apenas algunas décimas en positivo. Si recordamos, este período ha estado marcado por una burbuja inmobiliaria que lastró la productividad al priorizar sectores de bajo valor añadido y cuyo efecto en la eficiencia solo se vio temporalmente frenado por la recesión al reducir el empleo en dichos sectores. No obstante, en la siguiente década, nuestros excesos anteriores se cobraron un peaje en forma de ajustes salariales para recuperar competitividad. Posteriormente, la pandemia de covid-19 supuso un nuevo retroceso, cuya recuperación parece haberse consolidado solo recientemente. En consecuencia, España ha perdido un tiempo valioso y ha visto frenada su convergencia hacia niveles de productividad más acordes con su potencial, lo que ha repercutido negativamente en el bienestar y la calidad de vida de sus ciudadanos.
A pesar del notable crecimiento económico que despierta admiración allende las fronteras, los datos recientes no son tan optimistas como parece. La clave está en que este crecimiento se sustenta, como podría parecer inicialmente, en un mayor uso del factor trabajo, lo que plantea dudas sobre su sostenibilidad a largo plazo y su impacto en la productividad.
Sin embargo, este análisis, muy asentado y debatido, es parcial dado que los indicadores usados para su cálculo son igualmente parciales. Normalmente, para estimar la evolución de la eficiencia de la economía usamos la llamada productividad aparente del trabajo y que se calcula dividiendo el PIB por las horas trabajadas o por el número de ocupados. Sin embargo, esta aproximación es imperfecta, pues dice de forma implícita que todo avance de la eficiencia es patrimonio de un solo factor, cuando en realidad hay más: capital y tecnología. Por eso, la mejor manera de medir la evolución de la productividad es mediante el uso de la llamada productividad total de los factores o PTF. Esto es lo que mide la fundación IVIE juntamente con BBVA Research a partir de los datos del INE.

Tasa de crecimiento de
la productividad en España
En % de variación anual
Productividad del trabajo (por hora trabajada)
Productividad del capital
PTF Productividad total de los factores
4,3
4,0
4
2,7
2,3
2,1
2
1,7
1,6
1,5
1,1
0,8
0,2
0,0
0
-2
-2,3
-4
-4,5
-6
-8
-10
-12
-12,5
-14
2020
2021
2022
2023
2024
Por sectores en 2024
Agricultura, ganadería,
silvicultura y pesca
9,32
Activ. financieras
y de seguros
7,34
Actividades
inmobiliarias
4,59
Activ. artísticas,
recreativas
3,84
TOTAL ECONOMÍA
2,13
Industria
manufacturera
1,97
Comercio, transporte
y hostelería
1,96
Admón. pública,
educación y sanidad
1,76
Activ. profesionales,
científ. y técnicas
-0,18
Construcción
-1,07
Información
y comunic.
-2,98
Ordenado de mayor a menor según su PTF
Energía
-3,37
-10
-8
-6
-4
-2
0
2
4
6
8
10
12
Fuentes: IVIE, BBVA Research e INE
BELÉN TRINCADO / CINCO DÍAS

Tasa de crecimiento de
la productividad en España
En % de variación anual
Productividad del trabajo (por hora trabajada)
Productividad del capital
PTF Productividad total de los factores
4,3
4,0
4
2,7
2,3
2,1
2
1,7
1,6
1,5
1,1
0,8
0,2
0,0
0
-2
-2,3
-4
-4,5
-6
-8
-10
-12
-12,5
-14
2020
2021
2022
2023
2024
Por sectores en 2024
Agricultura, ganadería,
silvicultura y pesca
9,32
Activ. financieras
y de seguros
7,34
Actividades
inmobiliarias
4,59
Activ. artísticas,
recreativas
3,84
TOTAL ECONOMÍA
2,13
Industria
manufacturera
1,97
Comercio, transporte
y hostelería
1,96
Admón. pública,
educación y sanidad
1,76
Activ. profesionales,
científ. y técnicas
-0,18
Construcción
-1,07
Información
y comunic.
-2,98
Ordenado de mayor a menor según su PTF
Energía
-3,37
-10
-8
-6
-4
-2
0
2
4
6
8
10
12
Fuentes: IVIE, BBVA Research e INE
BELÉN TRINCADO / CINCO DÍAS

Tasa de crecimiento de la productividad en España
En % de variación anual
Productividad del trabajo (por hora trabajada)
Productividad del capital
PTF Productividad total de los factores
Por sectores en 2024
4,3
4,0
4
Agricultura, ganadería,
silvicultura y pesca
2,7
9,32
2,3
2,1
2
Activ. financieras
y de seguros
1,7
1,6
1,5
7,34
1,1
0,8
0,2
Actividades
inmobiliarias
0,0
0
4,59
Activ. artísticas,
recreativas
3,84
-2
-2,3
TOTAL ECONOMÍA
2,13
-4
Industria
manufacturera
1,97
-4,5
Comercio, transporte
y hostelería
-6
1,96
Admón. pública,
educación y sanidad
-8
1,76
Activ. profesionales,
científ. y técnicas
-0,18
-10
Construcción
-1,07
-12
Información
y comunic.
-2,98
Ordenado de mayor a menor según su PTF
-12,5
Energía
-14
-3,37
2020
2021
2022
2023
2024
-10
-8
-6
-4
-2
0
2
4
6
8
10
12
Fuentes: IVIE, BBVA Research e INE
BELÉN TRINCADO / CINCO DÍAS
Así, según estos datos, la PTF en España en el IV trimestre de 2024 era tan solo un 1,4% mayor que la del primer trimestre de 2000. En 25 años solo hemos crecido en esa escueta cantidad. Sin embargo, este escaso incremento se debe a un comportamiento diametralmente opuesto de la productividad de los trabajadores, y que ha crecido un 20,3% frente a una caída del 22,4% de la del capital. Esta caída es intensa entre 2000 y 2013, año este último que podemos establecer como punto final de la Gran Recesión. No cabe duda de que la burbuja y la posterior limpieza de la economía explican buena parte de esta. Desde el mínimo en el último trimestre de 2013 la productividad del capital ha aumentado un 9,2 %.
El boom inmobiliario de principios de siglo y la prevalencia de sectores asociados al consumo, en concreto de no residentes, explican gran parte de este comportamiento negativo de la PTF. La construcción, así como la hostelería, la energía y determinados servicios, fueron epicentros de enormes inversiones que, a la postre, no fueron productivas, creando un claro exceso de capacidad.
A estos factores, tal y como destaca el IVIE en su Observatorio de la Productividad y la Competitividad en España (OPCE), se suma la baja inversión española en activos intangibles (I+D, software, diseño, formación empresarial, etcétera), que representa solo el 40,5% de la inversión total, muy por debajo de países como el Reino Unido o Estados Unidos. Sin embargo, hay señales positivas, según la propia Fundación: la inversión en intangibles se ha acelerado tras la Gran Recesión, pasando del 2,6% anual en 2000-2013 al 3,9% entre 2013 y 2019, lo que sugiere una creciente consciencia de su importancia para mejorar la productividad.
Sin embargo, y como comentaba, todo pareciera en estos últimos años que volvemos a acumular intensidad de uso de factores (más cantidad), pero no eficiencia. No obstante, los datos de la PTF de los últimos años dibujan una realidad algo diferente.
Así, en 2024, hemos experimentado un patrón de crecimiento positivo, con un incremento de la PTF del 2,1 %, respaldado por aumentos tanto en la productividad del trabajo (1,7%) como del capital (2,3%) y que mantienen la dinámica ya adelantada en 2023 y, sobre todo, en 2022. Esta evolución marca una continuación de la tendencia de recuperación iniciada tras la fuerte caída de 2020, cuando la productividad del capital se desplomó cerca del 12%, en buena parte por la inactividad casi total en no pocos sectores durante varios meses, y pone unas bases algo más sólidas para un crecimiento futuro. Las cifras estimadas desde 2022 indican que al menos el 50 % del crecimiento vendría explicado por la mejora de la eficiencia. No es poco.
Por sectores, y para 2024, la dinámica ofrece más información que permite comprender mejor este aumento. En cuanto a aportaciones positivas al crecimiento, destacan especialmente la agricultura, ganadería, silvicultura y pesca, con incrementos superiores al 10% en productividad del trabajo y notables mejoras en PTF y productividad del capital. El sector financiero y de seguros también muestra un comportamiento muy positivo, con crecimientos equilibrados en los tres indicadores en torno al 5-7%, aunque casi todo por eficiencia en el uso del factor capital y no tanto del trabajo. El comportamiento de la primera viene muy condicionado por la dinámica meteorológica, mientras que la segunda mantiene su proceso de marcada transición hacia la automatización y eficiencia de las tareas. La mayoría del resto de sectores muestran igualmente ganancias que, aunque más moderadas, son positivas.
A pesar de la mejora observada en estos años, los contrastes sectoriales y los años perdidos revelan que existen desafíos importantes en el camino hacia una economía más productiva. La energía y la construcción, sectores clave para el desarrollo del país, muestran un comportamiento preocupante y requieren de atención urgente y ambas por razones que trascienden a la propia productividad. Por ello, es necesario implementar reformas estructurales que aborden los problemas específicos de cada sector, promoviendo la inversión, la innovación y la eficiencia. Solo de este modo podremos superar las inercias del pasado y construir una economía más competitiva y resiliente.