Las grandes cotizadas apuestan por el modelo de junta permanente de accionistas
Iberdrola, Santander y Telefónica piden facilitar la celebración telemática de estas reuniones para mejorar la relación entre inversor y empresa
La pandemia forzó a las empresas cotizadas a transformar su tradicional cita presencial con sus inversores en un evento virtual. Las restricciones impuestas por el Ejecutivo llevaron a modificar de urgencia la Ley de Sociedades de Capital, que permitió a las empresas celebrar esta reunión de su principal órgano de gobierno de manera mayoritariamente telemática ese año. Pero hubo un error conceptual, porque el espacio físico y el virtual no son lo mismo. La normativa introdujo una nueva exigencia: las juntas deben contar con una conexión directa con todos los accionistas que participan de forma remota. En la práctica, la condición de conexión directa, aunque bien intencionada, ha significado un imposible, sobre todo para las sociedades con millones de accionistas. Por eso, en la jornada Las Juntas de Accionistas del Siglo XXI, celebrada el pasado miércoles en el Palacio de la Bolsa de Madrid, tres grandes cotizadas como Santander, Telefónica e Iberdrola insistieron en un nuevo concepto, el de junta permanente, como la opción que puede solucionar este inconveniente práctico y teórico.
La situación actual ha derivado en algunos absurdos: resulta legal hacer una junta en un local limitado a 200 personas sin conexión telemática, aunque se queden fuera otros accionistas, puesto que se llena el aforo. Pero es ilegal si se hace de forma telemática y no todos pueden intervenir online. Una de las conclusiones alcanzadas por los expertos es que la junta telemática ideal es aquella que garantice la igualdad de participación para todos los accionistas, sin necesidad de que todos intervengan simultáneamente. Jaime Pérez Renovales, secretario general y del consejo de Santander, comentó que en ocasiones dichas reuniones “se convierten en una puesta en escena en donde algunos llegan a insultar al presidente de la compañía, a armar un escándalo para ganar protagonismo a costa del tiempo de los demás.”
Asimismo, conforme a lo que estipula la ley, una abrumadora mayoría de estos accionistas tampoco puede acudir a las juntas de forma presencial: en el Ibex 35, los inversores extranjeros suponen ya el 49%, según recuerda Javier Hernani, consejero delegado de Bolsas y Mercados Españoles (BME). Un peso que complica la relación de las cotizadas con sus inversores, como manifiestan los secretarios generales y del consejo de estas tres grandes del Ibex 35, que aspiran a que los accionistas de las empresas estén comprometidos con los cambios organizativos que se votan en estas reuniones.
Como explica el secretario del consejo de BME, Ignacio Gómez-Sancha: “Estas empresas buscan maximizar la participación de los inversores en las juntas, pues una mayor involucración de los accionistas se traduce en una mayor fidelidad y, a largo plazo, en una reducción del coste de financiación para las empresas.” Pero la regulación actual es incompleta, continúa Gómez. “Aunque permite las juntas exclusivamente telemáticas, exige el cumplimiento de todas las obligaciones de las juntas presenciales, sin establecer límites que sí existen en estas últimas, como el número total de asistentes o las formas de intervención. Esto puede hacer que las juntas telemáticas sean más difíciles de gestionar”, concluye.
Nuevos hechos requieren nuevos derechos. El espejo al que mirar sobre la realización de las juntas de accionistas es Estados Unidos. Allí, en lo que va del año, el 75% de estas reuniones anuales se han realizado de manera 100% virtual. En cambio, el 97% de las juntas de los miembros del Ibex 35 han sido híbridas y el 2,9% restante se hicieron de manera presencial, de acuerdo con un informe de Georgeson. Que miles de accionistas estén conectados simultáneamente en un mismo espacio virtual resulta inviable. El secretario general y del consejo de Telefónica, Pablo de Carvajal González, reconoce que aunque han abierto los canales para que la gente se una a las reuniones, no ha aumentado la asistencia. “Es un tema cultural de España, sobre todo entre los accionistas minoritarios”, razona. Durante la temporada de juntas de 2024, el quórum promedio de las empresas del Ibex 35 disminuyó ligeramente al 73,5% en comparación con el 74,0% de 2023, aunque se mantuvo por encima de los niveles de 2022 (71,8%) y 2021 (71,6%).
Eso sí, el porcentaje se reduce si se tiene en cuenta solo los pequeños accionistas que años atrás se personaban en estos encuentros para recibir obsequios como mochilas, gorras, libros o bombones -Iberdrola entregó una toalla en su junta de esta año-. Según un estudio de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, más de un tercio de ellos no acude a las juntas.
Aquellas propuestas que tienen que ver con la remuneración de la cúpula de los directivos son las que suelen provocar mayores rechazos por parte de los accionistas. En España este 2024, 27 resoluciones relacionadas con la remuneración tuvieron un rechazo de más del 10%, y el 35% de las propuestas de los consejos se encontró con este nivel de oposición, En las elecciones de directivos, seis resoluciones tuvieron más del 10% de votos en contra, representando el 5,1% del total (comparado con el 16,0% en 2023). En cuanto a las propuestas de emisión de acciones, dos recibieron más del 10% de oposición (fueron ocho en 2023). El documento de Georgeson recoge que los informes de remuneración fueron las resoluciones con mayor proporción de recomendaciones negativas por parte de los asesores de voto este año. Entre las empresas del Ibex, solo una resolución fue rechazada: en Grifols, cuando la junta directiva buscaba autorización para reducir el período de aviso para convocar a Juntas Generales Extraordinarias a 15 días.
Los expertos que participaron en la jornada (desde catedráticos en derecho mercantil, responsables de la relación con los accionistas y magistrados) coinciden en que las juntas terminarán siendo telemáticas en un 100%, con periodos de participación y solicitud de información cada vez más amplios que mejoren la comunicación con los accionistas. Por eso, el concepto de la junta permanente resulta especialmente atractivo para las grandes compañías. Las responsables de comunicación con los accionistas, Ana del Villar (Iberdrola) y Beatriz Bartolomé (Santander), relataron que desde hace años tienen desplegado un canal de comunicaciones con los dueños de las compañías que les permite estrechar relaciones, al tiempo que los mantienen informados. La junta permanente puede ser el prototipo de un nuevo modelo de relaciones con los inversores, explica Gómez-Sancha, de BME, pues permite un contacto constante y directo. La tecnología ha hecho posible ese lazo continuo que garantiza el derecho a la información. Aunque el acto formal de la junta aún es necesario para la adopción de acuerdos obligatorios, “su importancia ha disminuido en favor de una comunicación fluida, continua y constante en el tiempo” concluye.
El panel ha terminado con que se debería permitir que los estatutos sociales de las empresas sean los que regulen las juntas telemáticas para asegurar la igualdad de derechos para todos los accionistas de una manera operativamente viable. La virtualidad es conveniente para garantizar la igualdad de participación, información y capacidad de voto. Pero asegurar que millones de accionistas puedan intervenir en línea al mismo tiempo es un desafío de infraestructura tecnológica y de orden social, al igual que lo era en las juntas tradicionales. En España aún se espera la junta de este siglo.