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El PIB confirma los primeros signos de ralentización: baja el ritmo al 0,3% en el tercer trimestre

El consumo logra compensar la escasa aportación externa y deja el avance anual en el 1,8%

Inflación
Un puesto de frutas del mercado de abastos de Triana, en Sevilla.María José López (Europa Press)
A.M.R.

España está cerca de confirmar su liderazgo en el crecimiento europeo en 2023, pero los avisos de cierta ralentización aportan incógnitas a la ecuación. El Producto Interior Bruto (PIB) registró una variación del 0,3% en el tercer trimestre de 2023 respecto al trimestre anterior, lo que supone una décima menos respecto al anterior periodo, según recoge el avance de Contabilidad Nacional del Instituto Nacional de Estadística (INE). De nuevo, la demanda interna tira de un carro en el que la externa (esa desaceleración europea con Alemania coqueteando con la recesión) continúa muy cerca de la aportación nula. La variación interanual del PIB se sitúa en el 1,8%, frente al 2,0% del trimestre precedente.

La creación de empleo da aire al desempeño económico, como constató la Encuesta de Población Activa conocida ayer. Pero también despunta el peso de la demanda nacional, que contribuye al crecimiento interanual del PIB con 1,7 puntos (aunque cae cinco décimas en cuanto al trimestre precedente) frente a los escasos 0,2 de la externa. Entre lo positivo, destaca el consumo de los hogares, que se incrementó en un 1,4% en un trimestre en el que siempre da oxígeno a la economía, si bien se aprecia un fuerte retroceso respecto al avance de hace un año, cuando se anotó un 2,5%; aun así, es el mejor trimestre desde entonces. El gasto público, a su vez, desaceleró un punto su avance trimestral, hasta el 0,6%.

Por el lado de la inversión, paso atrás de la construcción, que se deja un 2,2% que compensa en parte el 2% en positivo de la apuesta empresarial en bienes de equipo y deja el total en un descenso del 0,4% frente al 1,9% en verde del segundo trimestre. Nada de aire tampoco en la balanza externa: las exportaciones retroceden un 4% y las importaciones, un 3,1%.

En cuanto a las magnitudes laborales, el empleo explica la resistencia del crecimiento español: en términos de horas trabajadas, se registra una variación intertrimestral del 0,1%, una tasa de mayor magnitud en el caso de los puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo (del 2,4%, lo que supone dos puntos más que en el segundo trimestre). La variación de las jornadas medias a tiempo completo retrocede un 2,3% mientras que en términos interanuales, las horas trabajadas varían un 1,9%, ocho décimas más en relación al segundo trimestre de 2023.

En suma, los puestos equivalentes a tiempo completo suben un 3,5%, cuatro décimas más, lo que supone un incremento de 678.000 empleos a tiempo completo en el último año. Finalmente, la variación interanual del coste laboral unitario se sitúa este trimestre en el 5,9%.

Con todas estas cifras, el PIB a precios corrientes (sin contar la inflación) aumenta a una tasa interanual del 8,1%, seis décimas inferior al registrado en el segundo trimestre, y el deflactor implícito de la economía presenta una variación interanual del 6,1%, cuatro décimas inferior a la del trimestre anterior.

El Ministerio de Asuntos Económicos ha destacado en un comunicado que el crecimiento trimestral del PIB en un 0,3% es un “dato muy notable en un contexto de elevada incertidumbre internacional y subida de los tipos de interés”. “Este dato confirma el crecimiento diferencial de la economía española respecto a los principales países de la zona euro y está en línea con las previsiones macroeconómicas incluidas en el Plan Presupuestario”, ha remarcado Economía.

En la misma línea, la vicepresidenta primera del Gobierno en funciones, Nadia Calviño, ha abundado en la idea de que el dato conocido “está alineado” con la previsión del Gobierno para el conjunto del año (2,4%) y no ve peligrar su cumplimiento. “La noticia que hemos tenido del crecimiento en el tercer trimestre, igual que el dato de la Encuesta de Población Activa de ayer, lo que confirma es la fortaleza de la economía española”, ha subrayado.

Este avance de datos se ha elaborado con indicadores estadísticos que llegan en la mayoría de los casos hasta el segundo mes del tercer trimestre, es decir, hasta agosto, por lo que está sujeto a revisiones. En la estadística de hoy, el INE ha procedido a revisar algunos datos de trimestres anteriores, como el crecimiento trimestral e interanual del segundo trimestre, que se han rebajado hasta el 0,4% y el 2%, respectivamente.

Esta primera estimación del INE llega después de que en las últimas semanas se hayan acumulado las previsiones de organismos internacionales y nacionales en torno a dos ideas: España resistirá este año el chaparrón de dudas e inflación que aqueja a la mayoría de los países europeos (y a Estados Unidos), pero los primeros síntomas de ralentización que se detectan ya a lo largo de este otoño cristalizarán en un 2024 más contenido, con tasas de crecimiento que se empiezan a acercar más al 1,5% (como el 1,7% que apuntó ayer mismo la AIRef o el 1,5% calculado por la OCDE) que al 2% consignado por el propio Gobierno en funciones en el plan presupuestario para 2024 remitido a Bruselas.

Buena parte de lo que se logre (o no) es consecuencia directa de lo que sucede en estos momentos. El Banco de España o el FMI tienen claro que un eventual final al paquete de ayudas especiales a la inflación supondrá un freno en el crecimiento, tensionará la inflación pero al menos acercará a España a cumplir con ese objetivo de 3% del PIB de déficit que no parece muy lejano de volver a exigirse desde las autoridades comunitarias.

Además, los tipos de interés parece que seguirán altos y la inflación no está por la labor de separarse demasiado del 4% hasta primavera... y menos con los precios energéticos de nuevo presionados por el conflicto en Israel que, además, rebrotan cuando se acerca el invierno y las exigencias de gas continentales volverán a recordar a más de uno que la guerra en Ucrania no se ha cerrado. Sea como sea, los precios altos podrían arañar en torno a un punto de avance de PIB y el fin de las medias algunas décimas más. La recesión alemana y el escaso crecimiento del conjunto de la zona euro dan la puntilla por el lado de la demanda externa a un panorama que se ensombrece desde casi todos los flancos.

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Sobre la firma

A.M.R.
Jefe de sección de Empresas y Sectores. En prensa económica desde el cambio de siglo, ha trabajado en periódicos locales y provinciales así como en nacionales salmón y páginas web. También tiene experiencia en diferentes gabinetes de comunicación públicos y privados.

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