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El precio de venta de las energéticas creció 42 puntos porcentuales por encima de sus costes entre 2019 y 2022

El resto de sectores no energéticos aumentaron de media en 0,4 puntos sus valores de venta

Costes de producción vs precios de venta Gráfico
Belén Trincado Aznar
P. García

El aumento de los costes empresariales ha afectado al conjunto de los sectores económicos desde el comienzo de la crisis inflacionaria tras la pandemia, aunque no de manera igualitaria. Según un artículo publicado este lunes por el Banco de España, las empresas que componen los sectores de la energía, gas y vapor y las de refino elevaron sus precios de venta 42 y 29,7 puntos porcentuales por encima de lo que crecieron sus costes de producción unitarios –que incluyen el gasto en bienes intermedios y salarios–, entre los años 2019 y 2022. En el resto de sectores, que abarcan desde la agricultura hasta la hostelería, la diferencia en promedio en este mismo periodo entre costes y precios se limitó a 0,4 puntos porcentuales.

La autoridad bancaria explica que en estas compañías el principal input son materias primas energéticas, y por ello son también las ramas en las que estos costes tienen un mayor peso relativo. En la industria eléctrica, de gas y vapor el peso de la energía sobre los costes es de un 36,9% y, en las de refino, un 69,2%.

En otros sectores electrointensivos, como la industria química o la primera transformación de metales, aunque el peso de la energía es de tan solo el 6,5% y el 7,6% cada uno, también se han visto expuestos a los encarecimientos y han elevado en torno a un 25,3% y un 29,6%, respectivamente, sus costes unitarios entre el año anterior a la pandemia y 2022. No obstante, estas compañías expandieron sus precios de venta en consonancia a los encarecimientos de sus gastos: 25,8% y 31,7%, cada uno.

Los investigadores del Banco de España explican que esta traslación tan elevada podría deberse a que la fuerte recuperación de la demanda experimentada en 2022 en las industrias energéticas, tras el levantamiento de las restricciones a la movilidad introducidas para frenar el avance de la pandemia, habría presionado sobre los precios de venta.

Además de la de la energía eléctrica y el gas y la del refino, las ramas del comercio mayorista y de la construcción aquellas en las que los precios de venta aumentaron en mayor medida, en comparación con el avance de los costes de producción unitarios. En todo caso, el diferencial entre la variación de precios y costes en estas dos ramas es mucho más moderado que lo que se observa en la energía y el refino.

El Banco de España también señala que hubo excepciones ante un aumento del precio de la energía y el encarecimiento de costes. La rama que engloba la industria alimentaria y la textil habría experimentado incrementos “sustanciales “de sus gastos de producción unitarios en 2022, a pesar de no figurar entre aquellas en las que los gastos de energía tienen un peso más elevado en sus costes.

Menor productividad, pero no menos empleo

La institución también destaca en sus conclusiones que, como el aumento de los precios de venta hace que descienda el volumen real de ventas, pero no afecta del mismo modo al empleo –que se mantiene igual–; la productividad del trabajo se merma. Por otra parte, al no haber efectos sobre el empleo y el salario medio, la masa salarial no se ve afectada, pero la caída de la productividad genera, a corto plazo, un aumento del coste laboral unitario”, resume.

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P. García
Redactor de la sección de Economía de Cinco Días. Estudió Ciencias Políticas y Sociología en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla y cursó el Máster de periodismo UAM - EL PAÍS.

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