_
_
_
_
_

El franco CFA, la divisa de la discordia entre África y Europa

Esta moneda, que actualmente se utiliza en 14 países, es considerada por muchos una herencia colonial que mantiene la influencia de Francia y de las élites africanas sobre sus antiguos territorios de ultramar

Luis Alberto Peralta
franco cfa franc áfrica
A close up image of a 25 West African franc coin isolated on a black backgroundVitoria Holdings LLC (Getty Images/iStockphoto)

La reciente inestabilidad política en Níger y el aumento de la influencia de Rusia sobre los países del África francófona ha puesto una vez más en entredicho la relación francesa con sus excolonias. En este contexto, políticos y expertos han vuelto a cuestionar el papel que juega el franco CFA en las economías del África Occidental y Central. Esta divisa, actualmente utilizada por 14 países, fue desvinculada del franco e impuesta a la región por París tras la Segunda Guerra Mundial. No obstante, si bien han surgido posibles alternativas a lo largo de los años, actualmente sigue siendo la principal moneda y la más difundida a nivel del continente.

“Esta moneda se pone en marcha por parte de Francia para establecer un comercio más estable en relación a los tipos de cambio con las que en ese entonces seguían siendo sus colonias. Es interesante ver que algunos países han ido entrando y otros han ido saliendo, de manera que no todos los que usan esta divisa eran colonias francesas. Este es el caso, por ejemplo, de Guinea Ecuatorial, que era colonia española y ahora lo usa. Mauritania, por ejemplo, lo dejó a cambio de su propia moneda”, explica Ainhoa Marín, profesora de Economía Aplicada de la Universidad Complutense de Madrid, a CincoDías.

La divisa ya ha generado polémica en las décadas pasadas. La más reciente se suscitó en 2019, cuando políticos italianos la calificaron como una herramienta “neocolonial” que empobrecía a los países de esa región. En esta línea, miembros del entorno del político ultraderechista Matteo Salvini incluso sentenciaron que el franco CFA es una de las causas de la inmigración ilegal de africanos a Europa, una afirmación que en ese entonces fue drásticamente rechazada por el Gobierno de Emmanuel Macron.

“El paso ha sido de moneda colonial a neocolonial. Solo ha cambiado el nombre. Antes era el franco de las colonias francesas de África y ahora es el franco de la Cooperación Financiera Africana (CFA). De ella solo se benefician Francia y la población más rica de los países que hacen negocios internacionales”, responde a este periódico Dagauh Komenan, historiador africano e investigador de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

¿Beneficios?

Entre los argumentos que respaldan el uso del franco CFA se encuentra su convertibilidad fija con el euro. Según algunos especialistas, este tipo de cambio fijo blindaría de forma parcial ante la inflación a las economías que lo utilizan en comparación con otros países africanos con monedas propias.

“Hay bastantes estudios, pero no todos apuntan en la misma dirección. Hay algunos que muestran que los países del franco CFA han tenido menos inflación. En este sentido, sería una moneda que les da mayor estabilidad monetaria en general”, señala Marín. La especialista, no obstante, destaca que la influencia y el control francés siguen siendo importantee. “Su papel es fundamental. Primero, porque son los impulsores, pero también porque hay unas normas estrictas, como que los países africanos mantengan el 50% de sus reservas en el Tesoro francés. Ellos son los que lo emiten y, aunque es verdad que hay consejos que controlan las emisiones, Francia tiene representantes. Está claro que hay un control directo bastante importante”, agrega Marín. Cabe añadir que entre las condiciones para usar el franco CFA también se requiere a los países mantener una cobertura cambiaria del 20%.

En esta línea, el Gobierno francés subraya que la relativa resiliencia de los países del franco CFA en comparación con el resto de África durante la crisis sanitaria de 2020 muestra los beneficios: un crecimiento del 0,3% en 2020, frente a una recesión del 1,7% en el África subsahariana. “El sistema monetario del franco CFA está diseñado para garantizar la moneda del franco en los mercados internacionales, al mismo tiempo que previene el sobregiro y la inflación en los países miembros de la CFA”, afirma Landry Signé, investigador para el think tank Brookings. En esta línea, Signé resalta que este modelo también favorece la exportación de materias primas, pero no el desarrollo de la industria y los negocios locales.

La paridad con el euro también puede tener un lado negativo. En la opinión de Komenan, el hecho de que los bancos tengan que trabajar con una moneda que mantiene un valor disociado de la realidad de sus ciudadanos es perjudicial para los usuarios. “Por ejemplo, en el caso de la inflación, los indicadores macroeconómicos pueden indicar algo distinto a lo que se vive en los hogares. Las cifras se ven positivas, pero la economía de las personas normales no lo refleja”, apunta el experto, quien recuerda que en el pasado Francia ha devaluado de forma unilateral el valor del franco CFA, perjudicando a millones de personas.

En esta línea, Komenan añade que las entidades financieras en estos países muchas veces se ocupan más en comprar moneda extranjera que en fomentar los negocios locales. “Los bancos no suelen dar préstamos o los dan con intereses muy altos porque saben que tendrán que mantener un valor respecto al euro. Con una moneda que se ajuste a la realidad nacional esto no necesariamente sería así. Naturalmente podría haber complicaciones, pero habría otras posibilidades también. Si bien existe una estabilidad, no todo el mundo se beneficia de ella”, dice el experto.

División

Cabe destacar que, en la práctica, existen realmente dos monedas distintas que valen lo mismo pero no son intercambiables: el franco CFA de África Occidental y el franco CFA de África Central. De hecho, su circunscripción corresponde directamente a la división colonial que los franceses habían impuesto antes de las independencias, aunque son emitidas por entidades diferentes.

En el caso del franco CFA de África Occidental, es la moneda de ocho Estados independientes: Benín, Burkina Faso, Costa de Marfil, Guinea-Bissau, Mali, Níger, Senegal y Togo. La moneda es emitida por el Banco Central de los Estados de África Occidental, con sede en la ciudad capital de Senegal, Dakar, para los miembros de la Unión Económica y Monetaria de África Occidental (Uemoa).

En cuanto al franco CFA de África Central, es la moneda de seis Estados: Camerún, República Centroafricana, Chad, República del Congo, Gabón y Guinea Ecuatorial. Es emitido por el Banco de los Estados de África Central, con sede en la ciudad capital de Camerún, Yaundé, para los miembros de la Cemac (Comunidad Económica y Monetaria del África Central).

Komenan opina que, justamente, la no intercambiabilidad directa entre ambas monedas es uno de los factores criticados, ya que supone un paso adicional para hacer negocios entre África Central y Occidental. “Para un ciudadano ordinario o un empresario de un país que utiliza el franco CFA de África Occidental que quiere mandar su dinero a algún país centroafricano hay costes adicionales, que suelen ser extremadamente caros. Al final los que se benefician son los que te los cambian a euros o dólares primero y se llevan una parte. Se mantienen como intermediarios”, asegura el investigador.

Una alternativa africana

Los países de la región han tratado de impulsar alternativas al franco CFA, aunque por el momento todas se encuentran en pausa. Quizás la más conocida de estas es el eco, una propuesta de moneda común que la Zona Monetaria de África Occidental plantea introducir en el marco del Ecowas (Comunidad Económica de Estados de África Occidental) para 2027.

En esta línea, los impulsores del proyecto aseguran que se busca promover la integración económica y el tránsito de capitales entre los países miembros. La divisa sería utilizada por las ocho naciones que actualmente usan el franco CFA Occidental, y se les sumarían Cabo Verde, Gambia, Ghana, Guinea, Liberia, Nigeria y Sierra Leona.

“Francia, en su momento, ya dio visto bueno al eco. Eliminaría ciertas condiciones, como tener la mitad de las reservas en suelo francés, pero sí se ha planteado que en un primer momento todavía mantuviera un cambio fijo respecto al euro”, cuenta Marín. Cabe destacar que las condiciones pactadas para poder participar del eco por ahora no están siendo cumplidas por muchos de los países interesados. Entre los criterios establecidos, se encuentran mantener un déficit de menos del 3%, una inflación inferior al 10% y una deuda que no supere el 70% del producto interior bruto (PIB).

En este contexto, Marín no piensa que el abandono del franco CFA suponga un cambio de paradigma muy drástico. “En el caso que el eco sustituyera al franco CFA no cambiaría mucho. Sería más que nada una pérdida simbólica para Francia y una pérdida de influencia en las políticas monetarias de estos países. Hay que tener en cuenta también que la Unión Europea es un socio comercial fundamental para estos países y los tipos de cambio flexibles podrían generar inestabilidad”, afirma la economista.

Marín, no obstante, destaca que más allá de la unión monetaria, el proyecto al que el mundo tiene que estar atento es a la integración económica panafricana que algunos países están impulsando. “Hay un proyecto de fondo que es la puesta en marcha del área de libre comercio continental africana. Todos los países menos Eritrea han firmado este acuerdo, que supone poner en marcha un continente sin aranceles. Se plantea a largo plazo incluso crear una unión monetaria continental. Hay que mirar más allá de África del Oeste y entender que están inmersos en un proceso de liberalización comercial que puede ser mucho más relevante”.

Sigue toda la información de Cinco Días en Facebook, Twitter y Linkedin, o en nuestra newsletter Agenda de Cinco Días

Newsletters

Inscríbete para recibir la información económica exclusiva y las noticias financieras más relevantes para ti
¡Apúntate!

Más información

Archivado En

_
_