El auge del empleo extranjero tira de las remesas, que crecen más de un 11% en 2022
El año registró casi 2,7 millones de migrantes ocupados, más de la mitad en servicios de restauración y otros trabajos elementales. Colombia y Marruecos son los mayores destinos
Las remesas enviadas desde España han alcanzado en 2022 un nuevo máximo histórico, superando los 10.100 millones de euros. Supone un crecimiento del 11,4% respecto al año previo, cuando la cifra fue de poco más de 9.000 millones, según el último boletín estadístico publicado por el Banco de España. El repunte, según los analistas, coincide con el ciclo económico del país, que pese a la guerra en Ucrania consiguió crecer un 5,5% en ese año gracias al consumo y al sector exterior.
También se respalda en la evolución del empleo, pues en ese tiempo el número de ocupados extranjeros creció casi un 10%, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística (INE). De esta forma, el año cerró con 2.688.600 migrantes trabajando. En cuanto a los sectores en los que esta población trabaja, es llamativo que casi el 54% están en la restauración, son vendedores, ofrecen servicios personales y de protección o cualquier otra ocupación elemental como limpiadores, asistentes domésticos, peones de la industria o ayudantes de cocina.
De todas las regiones, Latinoamérica es el mayor receptor de estas transferencias de dinero, con más de la mitad. Colombia es el principal destino, con casi 1.300 de los 5.700 millones de euros que los migrantes envían a esta parte del mundo. No obstante, Perú registra el mayor crecimiento interanual, pues sus remesas crecieron un 24% en 2022. La cifra puede ser resultado del bajo coste por transacción, pues según el Banco Mundial, el envío de dinero a este país desde España fue uno de los cinco corredores más baratos regionales en ese año.
El protagonismo regional parece lógico para Íñigo Moré, director de Remesas.org, pues el mercado laboral español se distingue por tener una elevada demanda de mano de obra con baja cualificación. Esto, sumado a la facilidad idiomática, lo hace un destino preferente entre los trabajadores latinoamericanos.
A pesar de esta preponderancia, Marruecos sigue siendo el mayor país receptor de remesas provenientes de España. El año pasado superó los 1.320 millones, una cifra récord en la serie histórica. Por si fuera poco, un año antes los envíos hacia el país africano se dispararon más de un 50%, lo que hace suponer que cada vez quita más terreno a América Latina. El aumento también es efecto de la pandemia, pues las limitaciones de movilidad de la población durante ese año y medio les obligó a usar canales regulares de transferencia de dinero a quienes hasta ese entonces iban a su casa cada verano cargados del dinero ahorrado. Esta dinámica, según Moré, pudo haberse normalizado.
Marruecos provoca un efecto arrastre en las remesas de toda África, que han repuntado casi un 10% en el último año. Se trata de una tendencia que va a contracorriente, pues según un informe publicado por el Banco Mundial en junio, el envío de dinero a Medio Oriente y África del Norte cayó un 4% en 2022 a consecuencia de la erosión del salario real en la Unión Europea. De hecho, lo único que respaldó el flujo de dinero hacia los países del Magreb, que sí aumentaron un 1,7%, fue “el sólido crecimiento de los principales países destinos”: Francia y España.
Del mismo modo, Asia cobra cada vez más protagonismo. En 2022, el envío de remesas al continente aumentó un 21% interanual, superando los 1.100 millones de euros. Pese a que en España la mayor cantidad de población asiática es de origen chino, no son ellos sino los pakistaníes los que envían más dinero a sus familias. El año pasado prácticamente la mitad de las transferencias tuvieron este destino. Se espera que en el futuro la tendencia se mantenga no solo por el auge de este tipo de trabajadores, sino también por su dependencia a las remesas; el año pasado representaron casi el 9% del PIB del país.
Para este año se prevé que las remesas mantengan su evolución positiva gracias al aguante de la economía y el auge del mercado de trabajo. En mayo el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, anunció una rebaja de los requisitos para permitir que los extranjeros se incorporen a las filas del empleo a fin de cubrir las necesidades de la hostelería, el transporte y la construcción.
Hasta ahora, la ocupación extranjera sigue creciendo. En el segundo trimestre -último periodo del que tiene registro el INE- había 2.850.100 personas foráneas empleadas en alguno de los sectores de la economía. Esto supone un aumento del 10,15% respecto al mismo periodo de 2022. Por contra, la ocupación nacional solo ha crecido en ese año un 1,2%, si bien siguen ostentando ocho de cada diez puestos.
En cualquier caso, el aumento de las remesas parece que será moderado. El Banco Mundial atisba un crecimiento del 1,4% a nivel global. En Europa y Asia Central, el envío de dinero se está desacelerando debido a un alto efecto de base, la persistente debilidad de los flujos a Ucrania y Rusia, y la pérdida de valor del rublo frente al dólar estadounidense.
Sigue toda la información de Cinco Días en Facebook, Twitter y Linkedin, o en nuestra newsletter Agenda de Cinco Días