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La punta del iceberg
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Una pequeña gran revolución tecnológica asoma en el empleo

La afiliación en el sector TIC crece en más de 100.000 personas en un año, un hecho más a añadir a la lista de cosas que no parecen las de antes

Parque científico y tecnológico Cartuja en Sevilla.
Parque científico y tecnológico Cartuja en Sevilla. Paco Puentes

Es evidente que la pandemia ha supuesto un antes y un después para numerosas cuestiones económicas. La posterior recuperación acelerada, la guerra en Ucrania y la gestión asimétrica de la salida por los diferentes países introdujeron choques y reacciones que nos han sumergido en tendencias y evoluciones coyunturales difíciles de prever, si no impensables hace ahora tres años.

Uno de estos comportamientos y cuya naturaleza merece un estudio en profundidad es la evolución del mercado de trabajo en España. Tras una caída importante de la actividad por un exceso de celo en las medidas de cierre y la aplicación de unos ERTEs que ayudaron a contener la sangría laboral, la afiliación y la ocupación en el sector privado se recuperó definitivamente en 2022, con incrementos que han perdurado incluso en lo peor del aumento de los precios. Hace no muchos días conocimos los datos de afiliación de abril y estos eran, sencillamente, magníficos.

Otro de los comportamientos dignos de mención es el de las exportaciones españolas. Una vez descontadas las exportaciones de bienes energéticos (refino, principalmente) y el efecto de los precios, estas han aumentado de forma sostenida y continuada, incluso frente a una perturbación como la experimentada hace ahora un año. Se mantiene de este modo una tendencia que se iniciara al finalizar la Gran Recesión y que ha llevado a nuestro país a ser uno de los pocos que sostuvo el tipo en un mundo donde la globalización experimentó un estancamiento, si no un pequeño retroceso.

Pero lo más llamativo de estas dos tendencias dignas de mención es el protagonismo que adquiere en ambas las actividades llamadas TICs (tecnologías de la información y comunicación). Tanto los datos de afiliación de las actividades incluidos en esta categoría como los de exportaciones muestran cifras que merecen atención.

Afiliación TIC Gráfico
Belén Trincado Aznar

Así, los datos de afiliación lo que muestran es que desde enero de 2022 el empleo en estas actividades (definidos como tales por el Instituto Nacional de Estadísticas –INE–) ha crecido en tasas de dos dígitos y muy por encima de la media del conjunto de la economía. Si en enero de 2022 habría unas 495 mil afiliaciones en sectores TICs, en marzo de 2023 serían cien mil más, con casi 600 mil. Un crecimiento sostenido e importante que debemos añadir a la lista de cosas que ya no parecen las de antes.

Muy buena parte de estos afiliados nuevos lo son en la actividad de programación y consultoría informática (+27 %). Otros sectores como servicios de información e incluso fabricación de productos informáticos aportarían otras cantidades significativas a la afiliación.

Respecto a las exportaciones, estas se han elevado también en lo que llamamos servicios a empresas, en particular en las telecomunicaciones. Estos aumentos, una vez descontados los incrementos de los valores unitarios (algo así como los precios de los productos que se exportan) reflejan crecimientos significativos, ahondando en la especialización que nuestro país poco a poco adquiere en este tipo de exportaciones.

Es obvio que es muy necesario, sin embargo, un análisis más detallado de las cifras, comprobar exáctamente qué tipo de empleo es este que se está creando, cuáles son las tareas o qué salario se paga. Los datos de afiliación son un indicador relevante, pero ni es el único ni el más apropiado para hablar de un cambio sostenido ni, aún, con una masa crítica para suponer una revolución tecnológica en nuestro país. Mucho tiempo tiene que pasar y muchos datos nuevos debemos conocer.

Una posible explicación, entre muchas otras, de esta pequeña “revolución” puede ser la afluencia de inversión directa extranjera. Así, los datos de la consultora especializada en inversiones directas extranjeras Sifdi sobre proyectos greenfield en España nos indican que una buena parte de estas inversiones, que han crecido de forma singular en los últimos meses, irían a sectores TICs. Buena parte de estas inversiones se han localizado en regiones como la Comunidad de Madrid, Cataluña, la Comunitat Valenciana y, también, Andalucía.

Respecto a esta última, que es la que mejor conozco, la confluencia de inversiones desde 2018 es considerable, según los propios datos de dicha consultora. No en vano, la región cuenta con dos de los ejes de desarrollo asociados a actividades tecnológicas de éxito de nuestro país, como son Málaga TechPark y, sobre todo, el Parque Científico y Tecnológico Cartuja de Sevilla, el más grande de la región y que, asociado a otros parques de la provincia de Sevilla, como es el aeronáutico, se está convirtiendo en un centro fundamental de desarrollo económico andaluz.

Solo por poner unos números de lo que representa el PCT Cartuja y que seguro su comportamiento tiene réplicas en muchos otros. La facturación creció más del 10% en los últimos años, con 25.686 empleados directos, de los cuáles el 65% tenían estudios universitarios. Hablamos de una facturación de 3.449 millones de euros en 2021 y que seguro aumenta en 2022, nada más y nada menos que el 8,6% del PIB provincial. Sus sinergias con el tejido productivo regional y nacional son muy elevados, encontrándose en este parque empresas de gran tamaño, así como de I+D+i y cuya inversión en el PCT Cartuja en 2021 ascendió a 120 millones de euros, el 3,5% de la actividad económica del parque, superior al promedio de la UE y que ligeramente supera el 2%.

En resumen, los datos de afiliación y exportación muestran una tendencia positiva en cuanto a los sectores que lidera el crecimiento en ambos grupos de datos. Es evidente que no podemos hablar aún de un cambio de modelo tan deseado desde décadas atrás, pero los números son tan relevantes que hay que tenerlos en cuenta. La cuestión es analizar en detalle, como he avanzado, la calidad de estos y, sobre todo, plantear políticas que las sigan favoreciendo.

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