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La OCDE mejora hasta el 1,7% la previsión de PIB para España y eleva la inflación subyacente al 5%

Cree que España crecerá más en 2023 que el resto de grandes economías europeas y que tendrá un IPC general menor

Previsiones OCDE Gráfico
Belén Trincado Aznar
Pablo Sempere

En el lado positivo, más crecimiento del producto interior bruto de España y avances más moderados del IPC general. En la parte negativa, un mayor aumento de la inflación subyacente, el indicador que no tiene en cuenta ni los productos energéticos ni los alimenticios frescos y que mejor muestra la espiral de precios y el efecto contagio en el conjunto de la cesta de la compra. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha publicado este viernes sus nuevas previsiones económicas. En ellas, el organismo mejora en cuatro décimas, hasta el 1,7%, el aumento del PIB español para 2023, el mismo avance que proyecta para un ejercicio después. También rebaja en varias décimas, hasta el 4,2% y el 4%, la tasa de IPC general prevista para 2023 y 2024. En cambio, aumenta hasta el 5% la tasa subyacente prevista para este año, que se moderaría hasta el 3,7% ya en 2024.

La comparativa europea que ofrecen los datos, no obstante, sitúa a España en una posición relativa más favorable que la del resto de vecinos. El crecimiento de las otras tres grandes economías comunitarias se sitúa entre el 0,3% y el 0,7% para 2023, con una media en la Eurozona que no llega al 1%. El IPC general también se prevé más bajo en España que en Italia, Francia y Alemania. Las tornas cambian a la hora de analizar el indicador subyacente, que se ha convertido en el punto débil español. En 2023 es Francia quien mejores perspectivas presenta. En 2024, de todas las grandes economías analizadas, incluyendo a Estados Unidos o Reino Unido, España es la que peor panorama presenta.

El organismo con sede en París, de entrada, reconoce que el crecimiento global se desaceleró en 2022 hasta cerrar el ejercicio con un avance medio del 3,2%, “muy por debajo de las expectativas registradas a principios del año”. Tras el revés que llegó con la guerra en Ucrania y la crisis de los precios ahora han comenzado a “aparecer señales positivas” que, sin embargo, siguen siendo tenues y obligan a hablar de una “recuperación frágil”.

Una de las grandes piedras en el camino es la inflación. Aunque la OCDE prevé que se modere gradualmente durante 2023 y 2024, el indicador seguirá por encima de los objetivos de los bancos centrales hasta al menos la segunda mitad del año próximo. Así, aunque se espera que la inflación general en las economías del G20 (incluyendo a España como país invitado) disminuya hasta el 5,9% de 2023 desde el 8,1% registrado en 2022, la subyacente se moderará muy tímidamente, corrigiéndose únicamente del 4,2% al 4%.

La inflación general “está disminuyendo”, resume el organismo presidido por Mathias Cormann, pero la inflación subyacente “sigue siendo elevada, sostenida por fuertes aumentos en los precios de los servicios, por márgenes más altos en algunos sectores y por presiones de costes en los mercados laborales”. Es más, añade, el indicador parece haber entrado en una fase de estabilización y estancamiento que queda reflejada en los propios datos oficiales de España. El IPC subyacente, según los datos publicados esta semana por el INE, cerró febrero en el 7,6%, muy por encima del 6% del índice general. Por todo ello, la mejora de las perspectivas sigue siendo endeble y los riesgos siguen inclinados a la baja.

En este contexto, la OCDE explica que los cambios en la política monetaria son difíciles de medir y podrían “continuar exponiendo las vulnerabilidades financieras de la alta deuda y de las valoraciones de activos ajustadas”, centrándose en segmentos específicos del mercado financiero. Por ello, expone el organismo, “todavía se necesitan más aumentos de las tasas de interés en muchas economías, incluidos Estados Unidos y la Eurozona”. Con la inflación subyacente retrocediendo lentamente, es probable que las tasas oficiales se mantengan altas hasta bien entrado 2024. “La política monetaria debe seguir siendo restrictiva hasta que haya señales claras de que las presiones inflacionarias subyacentes se reducen de forma duradera”, resume el documento. La organización, a su vez, insiste en uno de los mensajes que viene repitiendo desde el inicio de la crisis inflacionista y vuelve a pedir que los países centren sus paquetes de ayudas públicas únicamente en la población y empresas más vulnerables.

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Sobre la firma

Pablo Sempere
Es redactor en la sección de Economía de CINCO DÍAS y EL PAÍS y está especializado en Hacienda. Escribe habitualmente de fiscalidad, finanzas públicas y financiación autonómica. Es graduado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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