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Menos protección para el inversor: las ‘memecoins’ pasan a ser objetos de colección en EE UU

Bajo esta interpretación los emisores no necesitarían registrar los activos ante la agencia. Los expertos alertan de una posible proliferación de proyectos sin valor real o fraudulentos

Representación de la memecoin $TRUMP.

Algo en la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) de EE UU está cambiando. La salida de Gary Gensler, expresidente del supervisor, considerado un villano por los criptocreyentes por sus investigaciones sobre el sector, sirvió de alivio para la industria. La llegada de Paul Atkins al mando del organismo ha revolucionado su actitud hacia este mercado, con profundas consecuencas. La SEC ha emitido una opinión declarando que “las memecoins son similares a los objetos de colección” y que “tienen una utilidad o funcionalidad limitada o nula. En otras palabras, una memecoin no es en sí misma un valor”. Se trata de un cambio de 180 grados: al no considerarse como valores, los emisores no necesitan registrar los activos ante la SEC y los inversores no están protegidos por las leyes federales de valores.

Hasta ahora, no ha habido una regulación clara en EE UU y la clasificación de cada activo dependía de factores como la intención del emisor y cómo se comercializaba. La SEC evaluaba caso por caso si un criptoactivo era un valor bajo el test de Howey, una prueba según la cual un contrato de inversión existe cuando se cumplen tres elementos: una inversión de dinero, en una empresa común y con la expectativa de obtener ganancias derivadas de los esfuerzos de otros.

En este sentido, la SEC es tajante. “Primero, los compradores de memecoins no están invirtiendo en una empresa, es decir, sus fondos no se agrupan para ser utilizados por promotores u terceros en el desarrollo de la moneda o una compañía relacionada. Segundo, cualquier expectativa de ganancias de los compradores no se basa en los esfuerzos de otros. El valor de estas monedas deriva del comercio especulativo y del sentimiento del mercado, similar a un objeto de colección. Además, los emisores no están llevando a cabo (ni manifestando intención de llevar a cabo) esfuerzos gerenciales y empresariales de los cuales los compradores puedan esperar obtener ganancias”, se lee en la declaración.

No obstante, los datos demuestran que el de las memecoins es un sector valioso: en 2024 superaron los 120.000 millones de dólares de capitalización, según DWF Labs, aunque tras los últimos escándalos cayó hasta los 54.300 millones, según Coinmarketcap. Por ello, tampoco hay unanimidad en la SEC: la comisionada demócrata de la agencia, Caroline A. Crenshaw, ha sido la más critica con esta interpretación. “Las memecoins, como cualquier otro producto financiero, se emiten para generar ganancias. Los promotores obtienen dinero al vender la moneda y, a menudo, también retienen una parte significativa del suministro de tokens mientras su valor aumenta”. Un ejemplo es la criptomoneda meme $TRUMP, lanzada por una filial de la Organización Trump, CIC Digital, que concentraba el 80% del suministro en sus manos: el activo llegó a valer más de 15.000 millones de dólares y se colocó entre las 20 criptomonedas más populares, antes de perder la casi totalidad de su valor.

Para Javier Pastor, director de Formación de Bit2Me, el riesgo más grande es la desprotección de los inversores: “Va a ser más difícil perseguir fraudes, porque al no considerarse valores, los mecanismos tradicionales de legislación van a estar al margen. Los emisores tampoco estarán sujetos a los mismos estándares de transparencia ni requisitos de información que otros activos financieros. Se está trasladando la responsabilidad al inversor y esto podría llevar a más estafas, rug pull, pump and dump”, señala. Eduardo Armenteros, experto fiscal de TaxDown, coincide con este aspecto y añade que, si se aplicara, esta decisión podría fomentar la emisión de memecoins y saturar el mercado con proyectos sin valor real o fraudulentos. “Se abre la puerta a que más actores entren en este sector sin temor a sanciones regulatorias”, destaca.

En este sentido, la SEC ha garantizado que cualquier conducta fraudulenta relacionada con estos activos estaría sujeta a la supervisión de otras autoridades federales o estatales. La duda es cómo lo hará. Pablo Corredoyra, asociado sénior de finReg360, considera que este vacío regulatorio debería suplirse con una normativa específica que regule al resto de criptoactivos no considerados ‘valores’, o con la implementación de controles específicos.

Por su parte, Cristina Carrascosa, CEO y fundadora de ATH21, considera que este mercado, ya muy volátil e inseguro, no sería muy diferente si se optara por una regulación de este tipo. De hecho, apunta que los promotores de estos tokens, con Trump a la cabeza, podían burlar las limitaciones regulatorias emitiendo de forma descentralizada. “Es el mercado más salvaje que hemos visto. Hablamos de activos con absolutamente ninguna utilidad más allá de la revalorización, que es precisamente el argumento que en su día esgrimía Gensler para considerar los activos como valores negociables, lo que sin duda es irónico”, avisa.

La regulación, en la UE

En la UE, la normativa MiCA clasifica las criptomonedas en ARTs (vinculadas al valor de otros activos, como las stablecoins), EMTs (fichas de dinero electrónico) y otros criptoactivos, es decir, todos aquellos que no entran en las categorías anteriores. Es el caso de las criptomonedas meme: “Si bien no son considerados como instrumentos financieros, sí que se encuentran sujetos a MiCA y a sus normas de emisión y oferta al público”, asegura Manuel Calero, asociado sénior de finReg360. El artículo 76 del Reglamento, de hecho, establece que antes de admitir a negociación un criptoactivo los exchanges deberán evaluar su idoneidad, “la fiabilidad de las soluciones técnicas utilizadas y la posible asociación a actividades ilícitas o fraudulentas, teniendo en cuenta la experiencia, el historial y la reputación del emisor y su equipo de desarrollo”.

Asimismo, Carrascosa añade que MiCA establece medidas concretas sobre control del uso de información privilegiada y de manipulaciones o abusos de mercado, que permiten evitar o sancionar casos de rug pull y pump and dump. “En Europa tenemos un régimen muy sólido sobre las implicaciones del uso de estas técnicas. Cualquier inversor que resida en la UE está protegido frente a ambos, y las empresas que decidan usarlos deberán enfrentarse a multas sanciones e incluso prohibiciones de poder volver a trabajar en el sector”.

Aunque la opinión de la SEC no tiene, por ahora, efectos legales, refleja los cambios que se están produciendo en la agencia, que ha desestimado en las últimas semanas decenas de investigaciones contra empresas cripto. Además, da pistas sobre el tipo de regulación y supervisión que podría adoptar de ahora en adelante. Algo ya se ha notado: tras el lanzamiento de la memecoin $TRUMP, la agencia no ha tomado cartas en el asunto. Un cambio sustancial respecto a las acciones de la antigua SEC, que hace tan solo dos años multó con 1,3 millones a Kim Kardashian por promocionar criptoactivos y recomendar la compra del token EthereumMax sin decir que era publicidad. “Aunque las personas influyentes respaldan oportunidades de inversión, incluidos los valores de criptoactivos, no significa que esos productos sean adecuados para todos los inversores”, aseguró Gensler. Por ahora la nueva SEC guarda silencio.



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