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Manuel Manrique: “Sacyr no está en riesgo de opa, y si viniera haríamos lo mejor para los accionistas”

El presidente del grupo de infraestructuras urge la vuelta de las concesiones y el pago por uso en las autovías en España, mientras espera la firma antes del verano del contrato de 10.500 millones para construir el puente del estrecho de Messina

El presidente de Sacyr, Manuel Manrique, esta mañana en la junta de accionistas del grupo de infraestructuras.
Javier F. Magariño

El presidente de Sacyr, Manuel Manrique, ve a salvo al grupo de infraestructuras de una eventual opa, una vez que supera los 2.800 millones de euros de capitalización bursátil. “Hemos capitalizado menos de 1.000 millones y no pasó nada. Con casi 3.000 millones, no veo riesgo alguno de opa. Pero si viniera, seguro que sería amistosa y el consejo de administración haría lo mejor por el interés de los accionistas”, ha indicado Manrique ante la junta de accionistas de la compañía, celebrada este mediodía en Madrid.

El primer ejecutivo ha respondido de este modo a la pregunta de uno de los inversores minoritarios, que demandaba decisiones para blindar el capital ante la amenaza de posibles interesados con ofertas que no afloren el valor real de la compañía. La acción de Sacyr transita los 3,53 euros tras una gradual remontada desde niveles inferiores a los 1,1 euros por título en 2020. Sin embargo, el valor en Bolsa está muy por debajo de la tasación de 4.000 millones que el grupo ofrece solo a sus activos en concesión.

El presidente Manrique ha dado un toque reivindicativo a su dicurso ante la junta, aprovechando la cita para demandar a los gobiernos central y autonómico mayor ritmo en la inversión en infraestructuras y una apuesta decidida por la promoción de concesiones tras años de sequía. “Seguir invirtiendo en infraestructuras, su conservación y mantenimiento es de vital importancia para el interés público”, ha afirmado, “es necesario que las Administraciones opten por la colaboración público-privada para impulsar las inversiones”, en un contexto de crecimiento en el gasto público en pensiones, sanidad y servicios sociales.

Desde el punto de vista de Manuel Manrique, la inversión pública y promoción de concesiones es capital para la creación del empleo y el crecimiento de la economía en plena ola de incertidumbre por “las tensiones geopolíticas, una inflación más alta de lo deseable y posibles eventos climáticos extremos”. Este veterano del sector de las infraestructuras también ha abogado por “el pago por uso o métodos similares en las autovías actuales y futuras para asegurar la financiación del mantenimiento de la red viaria”. La de implantar peajes en carreteras de alta capacidad es una opción de momento descartada por el Ministerio de Transportes.

Para esta cotizada, el Ejecutivo de Pedro Sánchez debería seguir el ejemplo de Alemania, Italia y Reino Unido, “que ya están poniendo en marcha grandes planes de nuevas infraestructuras públicas, la mayoría de ellas con fórmulas de colaboración público-privada”. Sacyr dice defender el interés general y también habla en interés propio tras dar un giro en los últimos años hacia el negocio concesional, poniendo incluso su área de construcción al servicio de Sacyr Concesiones.

Al diseccionar el comportamiento del grupo en el último ejercicio, el presidente Manrique ha destacado el avance en el cumplimiento del plan estratégico 24-27, con hitos alcanzados como el de la reducción de la deuda neta con recurso (Sacyr cerró 2024 con un múltiplo de 0,4); superar los 225 millones en distribuciones de dividendos por parte de las concesiones (229 millones el año pasado); la adjudicación de cinco contratos concesionales, con 6.000 millones de inversión aparejada, frente a los tres o cuatro de objetivo anual, y haber superado con creces el listón fijado para el flujo de caja operativo, con 1.294 millones en 2024 frente a los 1.095 millones previstos.

La entrada de nuevos proyectos ha mejorado en 1.000 millones de euros los dividendos futuros que espera obtener Sacyr de sus concesiones, llegando a una cifra estimada en 17.000 millones. “Esto significa 6,5 veces el valor de mercado de la compañía”, ha remarcado Manuel Manrique. “Nuestro secreto es recibir dividendos crecientes de nuestras concesiones para poder reinvertir cada vez más en nuevos proyectos, completando el círculo virtuoso con la rotación de activos”. La compañía acaba de alcanzar un acuerdo para vender tres autopistas en Colombia por 1.600 millones de dólares (unos 1.403 millones de euros), con lo que da entrada a 318 millones de dólares en caja. Una vez cristalizado el valor de las autopistas en Colombia, por la que obtiene un 12% más de la valoración que otorga a los activos, se ha congelado la desinversión en concesiones chilenas y no hay más procesos de venta a la vista que el de Voreantis. Hasta un 49% de la plataforma que recogerá buena parte de las concesiones maduras del grupo se ofrecerá en el mercado entre finales de este año y el primer trimestre de 2026. Si hay turbulencias en el mercado, como las motivadas por la política arancelaria de Donald Trump, se esperará.

Entre los deseos de Sacyr figura convertirse en “la primera empresa desarrolladora de infraestructuras de transporte, salud y agua en el año 2033”. La compañía se ha fijado el reto de alcanzar un equity invertido en los activos concesionales de 4.500 a 5.000 millones de euros en 2033, desde los 2.000 millones en la actualidad. También espera gestionar una inversión de más de 60.000 millones de euros en el mismo horizonte, al tiempo que espera una valoración de los activos concesionales de unos 10.000 millones de euros (4.000 millones en estos momentos).

La dirección financiera persigue ahora la obtención de una calificación crediticia de grado de inversión una vez que ha colocado un bono de 500 millones para refinanciar los vencimientos de deuda de 2026 y 2027. “Con esta operación se ha reducido el cupón del 6,3% y 5,8% de los dos bonos anteriores al 4,75% del nuevo y se ha extendido el plazo a 2030”, ha explicado Manuel Manrique.

En la rueda de prensa posterior a la junta, el nuevo consejero delegado de Sacyr, Pedro Sigüenza, se ha referido a una sólida esperanza sobre la próxima firma del contrato de construcción del puente sobre el estrecho de Messina, en Italia. El macroproyecto, en el que Sacyr cuenta con un 22,4% en el consorcio constructor, asciende a 13.500 millones, de los que 10.500 millones son para obras. “Falta un autorización ambiental de la UE y el permiso definitivo del organismo presupuestario de Italia, pero el Gobierno apoya el proyecto y esperamos firmar el contrato antes del verano”, ha aventurado el número dos de Sacyr.

Pese al volumen de la obra, Sigüenza confía en que no se repita un fiasco como el de la ampliación del Canal de Panamá, con desviaciones millonarias sobre el presupuesto inicial que acabaron en pleitos con la Autoridad del Canal y con el Estado de Panamá. “Conocemos perfectamente el proyecto [por el puente de Messina] porque llevamos 20 años con él”.

Bicefalia

El presidente de Sacyr comparte poderes ejecutivos en el grupo desde este jueves con el consejero delegado Sigüenza, hasta ahora director general del negocio de concesiones. El nombramiento se ha hecho efectivo tras la junta de accionistas y sus primeras palabras han sido para hablar de “una etapa ilusionante, de crecimiento y gran potencial, en la que multiplicaremos por tres el valor de los activos”.

La de Sigüenza, con 20 años de experiencia en la casa, no es la única cara nueva en el consejo de administración. Los accionistas también han dado el visto bueno al nombramiento de dos consejeras independientes, Elena Gómez del Pozuelo y María Pino Velázquez, con lo que se eleva al 43% la presencia de mujeres en el órgano de decisión. Dejas sus puestos Raimundo Baroja Rieu, Augusto Delkader Teig y Adriana Hoyos Vega.

Sacyr ha reducido de cuatro a tres las comisiones con el fin de unificar la información financiera y no financiera. Además de la comisión Ejecutiva, Sacyr tiene una comisión de Gobierno Corporativo, Nombramientos y Retribuciones y una tercera de Sostenibilidad y Auditoría.

Otros puntos sometidos a la votación de la junta han sido el de la distribución de un dividendo de 0,045 euros por acción, bajo la modalidad de dividendo flexible, por el que los inversores pueden optar por cobrar en efectivo o hacerlo en acciones de la compañía. Sacyr va a llevar a cabo un aumento de capital social con cargo a beneficios o a reservas por un máximo de 24 millones de euros atender esta remuneración a los accionistas, prevista para el próximo mes de julio. La empresa tiene comprometido el reparto de al menos 225 millones de euros de caja hasta 2027.

Sobre la firma

Javier F. Magariño
Es redactor de infraestructuras, construcción y transportes en Cinco Días, donde escribe desde junio de 2000. Ha pasado por las secciones de Especiales, Cinco Sentidos, 5D y Compañías siguiendo la información de diversos sectores empresariales. Antes fue locutor de informativos en la Cadena Cope, además de colaborar en distintos medios de Madrid.
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